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Fernando de León (Flamenca): “El comercio tradicional está abocado a transformarse y cambiar”

Fernando de León Egger comenzó con una pequeña tienda de souvenirs en la zona del Mercado de Nuestra Señora de África, y en 2001 decidió ampliar su oferta a zapatos, bolsos, bisutería y complementos fundando Flamenca
Fernando de León, propietario de Flamenca. Fran Pallero

Todo el mundo conoce la tienda Flamenca. Un nombre que define la marca España, pero que, además, tiene sangre canaria, ya que se trata de una empresa 100% isleña. Fernando de León Egger, de padre guanchero y madre austríaca, comenzó con una pequeña tienda de souvenirs en la zona del Mercado de Nuestra Señora de África, en Santa Cruz de Tenerife, y en 2001 decidió ampliar su oferta a zapatos, bolsos, bisutería y complementos fundando Flamenca. Una empresa que 17 años después tiene más de 35 establecimientos repartidos por las siete islas y con ganas de dar el salto al territorio nacional y, ¿por qué no?, a Europa. En 2016, el grupo presentó una facturación que se situó en los 9,8 millones de euros, con un Ebitda de 400.000 euros. Su propietario, Fernando de León, apuesta por un cambio en el comercio tradicional, que, dice, está abocado a cerrar, y critica el enorme coste que supone enviar un producto al exterior.

 

-Usted viene del sector turístico, pero apostó por el comercio. ¿Cómo decidió abrir la tienda?

“Sí, mi padre estudió hostelería y fundó el hotel Punta del Rey, en Las Caletillas. Estudió en Suiza y Alemania, donde conoció a mi madre, que era austríaca. Yo me dediqué a lo mismo, pero a los 23 años estaba cansado de trabajar en la hostelería y decidí ir por mi cuenta. Me hice mayorista y vendía souvenirs. Unos años más tarde, mi mujer quería montar una tienda de moda y entonces abrimos una cerca del Mercado de Nuestra Señora de África, en Santa Cruz, de unos 40 metros cuadrados, y tuvo aceptación. Era la época del Todo a 100 y la verdad es que la idea cuajó”.

-¿Y cómo surge el nombre de Flamenca?

“Todo el mundo me lo pregunta. Como desde que abrimos la tienda mi idea era crecer y salir fuera, pensé en un nombre que todos reconocieran. El toro de Osborne es identificado con España, y la flamenca también. De ahí el nombre. El que vea una flamenca aquí y en Japón, identifica el producto con España. Vimos entonces que el nombre, en realidad, aporta valor añadido al producto”.

-Pero aún no han dado el salto fuera, ¿no?

“No. Estamos en ello. La marca tiene una gran aceptación fuera. Nos han preguntado cuándo nos vamos a Madrid o Barcelona, pero aún no estamos preparados. Estamos pensando cómo, pero no será muy tarde”.

-¿Y cómo será? ¿A través de franquiciados?

“No quería apostar por un franquiciado al uso, así que he apostado por una fórmula de autoempleo, que en la época de la crisis ha dado mejor resultado. Es importante que una persona que lleve una tienda sepa que eso es suyo, porque si no lo es, no pondrá en la tienda el amor necesario. Hoy el pequeño comercio está muerto porque las grandes cadenas se lo han comido. Por eso, la única manera de sobrevivir es ser abanderado de una marca que te dé cobertura para poder competir. Nuestro valor añadido es la marca. No podemos competir con las grandes cadenas, por eso es tan importante”.

-El sector del comercio ha sido uno de los grandes afectados por la crisis económica. ¿Cómo le afectó a usted?

“Bueno, si le digo la verdad, a nosotros no nos afectó tanto. Nos fue bien, pero somos conscientes de que desaparecieron muchos comercios. Lo que si nos afectó bastante fue la llegada de Primark, porque nosotros éramos como el Primark canario, a pequeña escala. Tuvimos que cambiar. Vimos, además, que había un hueco en el mercado al desaparecer Mary Paz a nivel nacional y lo aprovechamos. Lanzamos productos de buena calidad hechos en su mayoría en España y Europa. Antes el 80% de nuestros productos eran asiáticos, ahora no llega al 20%. Estamos ofreciendo un calzado, que en otras zapaterías costaría 60 euros, a 24 euros. Lo que hemos hecho es vender un producto de buena calidad a buen precio. Es un poco como vender un Porsche a precio de BMW. Lo que queremos es que, sobre todo, la gente se dé cuenta de que lo está comprando no es aquel producto chino de plástico que olía a pegamento y te hacía sudar el pie. Ahora son marcas nuestras, en exclusiva para nosotros, fabricadas en Italia, Portugal y España. Si le digo la verdad, la crisis enseñó a la gente a comprar y a disfrutar de la vida. Ya se opta más por el alquiler que por una hipoteca de por vida, y esto es influencia de Europa”

-Se usa mucho en el comercio el producto chino… aunque la calidad deja mucho que desear.

“Sí, pero fíjese que estos, como han visto que ya hemos empezado a fabricar en Europa y España por las pegas que está poniendo Merkel subiendo los aranceles a los chinos, se están viniendo a Europa. Lo paradójico es que ahora, en lugar de comprarles nosotros a ellos, son ellos los que nos compran a nosotros”.

Fernando de León, propietario de Flamenca. Fran Pallero

-Dice que las grandes cadenas han sido la peor competencia para el comercio tradicional, pero ¿internet? El comercio digital está irrumpiendo con una fuerza brutal. Amazon y El Corte Inglés van, incluso, a caminar de la mano.

“Las nuevas generaciones tienen tres brazos: dos brazos y un móvil, por lo que cada vez irán menos a las tiendas y utilizarán los móviles para comprar. Está claro que las tiendas tenderán a desaparecer. ¿Y qué va a subsistir? La marca. La digitalización de una empresa es importantísima, pero de nada nos sirve internet y poder vender a cualquier parte de España o el extranjero si llevarlo a ese país me cuesta el doble que el propio producto. Mire, a nosotros nos llaman muchos clientes que han venido en un crucero y han visto la tienda y le gustan los zapatos para que se los mandemos, pero es que el precio de los portes es carísimo. Es lastimoso que los de la Península puedan venir a vender aquí y nosotros no podamos ir allí o que nos salga costosísimo”.

-Soy consciente de la excesiva burocracia que hay en los puertos para exportar e importar, pero ¿sacar mercancía de las Islas es tan caro?

“Lo es. Le digo que la insularidad no es ningún chollo. Nosotros no estamos subvencionados, como los aviones o los productos de alimentación. Compramos la mercancía total, pagamos los impuestos y el transporte, sin saber si vas a vender el producto. Hay muchas empresas que están abiertas gracias a las subvenciones que reciben. Nosotros no tenemos ninguna ayuda en ese aspecto e incluso, como le dije, tenemos que pagar los impuestos antes de vender el producto. Es una desventaja sobre los demás. El otro día vendimos unos zapatos a un señor de Galicia que le costaron 25 euros y tenía que pagar 25 euros más por llevárselos allí. Por eso pensamos en salir, porque si al final quieres vender en la Península, hay que estar allí, porque de otra forma no se puede. Nos da mucha pena no poder exteriorizar nuestra producto. Para hacerlo hay que salir de aquí, porque aunque pagues el IVA, al final te sale más barato”.

-¿Aconseja a los comerciantes abrir los domingos?

“Hay que abrir. No se puede ir en contra de los tiempos. La gente cada vez tiene menos tiempo de comprar y lo hace en otras horas que no son las habituales. Por eso la comodidad al cliente es importante. ¿Por qué la gente va a un centro comercial? Porque le sale gratis y es cómodo. Hay que ofrecer comodidad. En Alemania, los aparcamientos, por ejemplo, cuestan solo 0,50 euros la hora. Hay parkings gratis si se presenta el ticket de compra. Los políticos tienen que pensar que el comercio que cierra no paga impuestos, por lo que hay que ayudarlo. Al final se trata de que todo funcione. Vienen cruceros y se encuentran todo cerrado. No puede ser. Hay que abrir aunque no nos salga rentable, porque no podemos ir en contra de los tiempos. En Santa Cruz, a las tres de la mañana está todo cerrado un sábado. Mire, creo que comercialmente llevamos muchos años de retraso con Europa, pero es que hasta con La Laguna. No estamos dando nada a cambio. Santa Cruz se está convirtiendo en una ciudad de oficinas que por la mañana hay mucho caos, pero que a una hora determinada no hay nada. No podemos limitarnos a los actos del Ven a Santa Cruz o el Carnaval. El comercio tradicional está abocado a cambiar y a transformarse”.

-¿Cómo se le ocurrió traer a Belén Esteban a las Islas para promocionar la marca?

“Fue idea de un amigo mío que tuvo sus detractores, pero a nosotros ni nos benefició ni nos perjudicó. Está claro que el objetivo se consiguió, que era hablar de la marca”.

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