La Isla está lista para acoger a refugiados del Aquarius

Hace dos años, la isla de La Palma acogió a dos menores refugiados sirios procedentes de Melilla. Ahora, con la crisis de la embarcación Aquarius, vuelve a poner a disposición del Gobierno de Canarias sus recursos para acoger hasta cinco menores no acompañados, que es la capacidad que tienen en estos momentos en los centros destinados a la atención de este colectivo en la Isla.

Así lo confirmó la consejera insular de Servicios Sociales, Jovita Monterrey, quien concretó que la Isla también tiene ahora algo más de medio centenar de plazas disponibles para la acogida de refugiados adultos o familias procedentes de esta embarcación, que llegó a la costa española el pasado domingo con 629 personas a bordo rescatadas en el Mediterráneo después de ser rechazados por las autoridades italianas. En concreto, Garafía tendría 25 plazas; Puntagorda, 8, y Fuencaliente, 20. Se trata de antiguos colegios, casas de maestros, etc, que están en desuso y reúnen condiciones de habitabilidad para que puedan ser ocupadas de forma inmediata, en el caso de que fueran requeridas por motivos sociales.

Monterrey señaló que La Palma cuenta con los recursos y la experiencia necesaria para atender a estos menores que viajan solos y que son el rostro más extremo de este drama de la inmigración. De hecho, en la actualidad hay un total de diez niños en La Palma que llegaron a Canarias en patera residiendo en los centros que dispone el Cabildo para estos casos. Los seis últimos llegaron a la isla en el mes de enero.

La consejera recordó que la experiencia con los dos menores sirios que estuvieron en La Palma fue “muy buena”. Finalmente, los dos pequeños encontraron a sus familiares en el continente europeo y se reunieron con ellos. “Los menores no acompañados, las mujeres embarazadas y las personas enfermas han de ser la prioridad”, subrayó Monterrey, quien valoró el gesto del Gobierno de España de acoger a esta embarcación como una llamada de atención a Europa.

Monterrey recordó que La Palma fue una tierra de emigrantes. “Muchas personas partían del puerto de Tazacorte en falúas para buscar un futuro mejor en América”, recalcó la responsable de los Servicios Sociales insulares, por lo que considera que la sociedad palmera es especialmente comprensiva y solidaria con estas personas que arriesgan su vida en el mar en busca de un nueva oportunidad a pesar de poner en riesgo su vida.