mundial de rusia

Las 18 horas en las que el Madrid dividió a la selección española

Los hechos se precipitaron desde que el club blanco anunció el fichaje de Lopetegui, algo que entendió Rubiales como una traición que en el vestuario solo defendió Sergio Ramos en un primer momento
Fernando Hierro junto a Luis Rubiales. | RFEF

Las cámaras de Cuatro captaban a Fernando Hierro, director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) cuando hablaba, sobre el césped del campo principal de la Ciudad Deportiva de Krasnodar, con Julen Lopetegui, hasta ese momento seleccionador. Hierro se dirigía una y otra vez al vasco, que asentía por momentos y callaba la mayor parte del tiempo. Luis Rubiales estaba enfadado con el seleccionador. No era para menos: hacía solo unas horas, a espaldas de todos, el Real Madrid había confirmado al seleccionador como su próximo entrenador.

“Estoy muy triste”, decía ayer Lopetegui, a la espera de ser presentado hoy por el Real Madrid. Florentino Pérez lo ha puesto en el ojo del huracán y quiere ahora arroparlo, pero lo cierto es que el enfado de Luis Rubiales, presidente de la RFEF, va más allá de que el pasado 22 de mayo Lopetegui renovara su contrato y pidiera a sus jugadores que “solo hablaran del Mundial” dejando a un lado sus situaciones personales en sus clubes de origen. Quería evitar un culebrón Griezmann, y al final el culebrón vino por su lado. A Rubiales no le gustó estar al margen de la negociación del exseleccionador con el Real Madrid, fundamentalmente porque le fue comunicado solo cinco minutos antes que que la web del club blanco lo anunciara a bombo y platillo y a 72 horas del debut mundialista de España.

sentirse traicionados

“Nos vemos obligados a hacerlo”, dijo, recalcando que “nadie puede estar por encima de las reglas” y que la Federación no podía “mirar para otro lado” en un asunto de esta importancia. Rubiales llegó a la RFEF tratando de insuflar aires renovados, dejando atrás viejos vicios y el Real Madrid le echó un pulso, si cedía su credibilidad quedaría en tela de juicio a las primeras de cambio, por lo que optó por mostrarse firme.

Pero había algo más. Sergio Ramos, uno de los jugadores más importantes del vestuario del Real Madrid y la selección española había tomado parte en el asunto: iba a defender la postura de Lopetegui, su próximo entrenador. En ningún momento, tras contemplar el alboroto formado por la noticia, Lopetegui pensó en la dimisión, por lo que el futbolista andaluz se convirtió en su principal defensor de cara a sus compañeros, varios de ellos muy enfadados con el técnico guipuzcoano.

Luis Rubiales, antes de ofrecer la rueda de prensa en la que anunciaría la destitución de Lopetegui, decidió visitar el vestuario. Como exfutbolista sabe a la perfección cómo se siente el jugador, algo que palpó dentro de la AFE, lo que le catapultó a la presidencia de la RFEF. Allí se produjo el encuentro con Ramos que, también fiel a sus ideas y estilo, le echó en cara la decisión. Rubiales apeló al estilo, a que no todo vale, hasta que Sergio Ramos vio como, sin conocerse aún al sustituto de Lopetegui, se quedaba muy solo en la defensa de este. La desilusión en el grupo de jugadores era irreparable, solo la salida del seleccionador podía calmar a algunos. Borrón y cuenta nueva. No había otra posibilidad. Ellos habían confiado en el míster, habían seguido al pie de la letra sus instrucciones ante los medios y ahora, por ellos, se enteraban de lo sucedido. Se sentían traicionados.
Ramos, como capitán, escribió en su cuenta personal de Twitter: “Somos la Selección, representamos un escudo, unos colores, una afición y un país. La responsabilidad y el compromiso son con vosotros y por vosotros. Ayer, hoy y mañana, siempre juntos”.

El vilipendiado Gerard Piqué, acostumbrado a vivir en la continua duda de su implicación con la Roja a la espalda, arrimaba el hombro con el mismo fin y, curiosamente, utilizando un símil cestista. “Universidad de Michigan. Baloncesto. 1989. Campeón de la NCAA. No sería la primera vez que ocurre. Todos unidos, ahora más que nunca” pidió en Twitter.

El jugador del FC Barcelona hizo referencia al histórico caso de la Universidad de Michigan, que despidió a su entrenador principal y nombró a su asistente justo antes de comenzar la fase final de la NCAA. Tras cambiar de técnico, el equipo sumó seis victorias seguidas en eliminatorias y ganó el prestigioso título de la NCAA.

El sustituto de Lopetegui es otro referente del madridismo como Fernando Hierro. El hombre que perdió dos ligas en el Heliodoro Rodríguez López ante el CD Tenerife tenía que hacerse con las riendas de un equipo que volvió a ser una piña.

La clave son ellos

El malagueño, siempre líder de un vestuario tan complicado como el del Real Madrid durante 15 años, lanzó un mensaje de tranquilidad y continuidad. “No se puede cambiar en dos días el trabajo de dos años”, dijo, tratando de ser contrapunto a la ambición mostrado por su antecesor en el cargo.
Carlos Marchena, Julián Calero y Juan Carlos Martínez serán sus ayudantes. Todos ellos personas de su entera confianza para tratar, lo más rápidamente posible, de hacer borrón y cuenta nueva. El caso de Marchena es curioso, pues hizo el camino inverso a Lopetegui, fue el Sevilla el que lo liberó para poder ayudar al equipo español.
“Acepto este reto con valentía”, decía el nuevo seleccionador ante una nube de periodistas no solo de España. En Portugal, primer rival de la selección, se sigue con especial atención todo lo que ha ocurrido en las últimas horas.

“Esto es un reto bonito, apasionante, pero las circunstancias son las que son y a partir de ahí acepto esta responsabilidad con valentía, mirando y pensando que tenemos un grupo de jugadores y trabajadores que llevan dos años trabajando para estar en el Mundial”, indicó Hierro junto a Luis Rubiales, presidente de la RFEF, que, como había hecho con Lopetegui hasta el momento, quiso respaldarlo públicamente.

Luego, al césped, sabedor de la ascendencia que tiene con buena parte del vestuario, como con Sergio Ramos, clave a la hora de poder tenerlo de su parte y de continuar con el grado de implicación máximo de los integrantes de La Roja. Fernando Hierro habló durante unos minutos con sus jugadores de manera tranquila, luego le tocó el turno a Sergio Ramos.

Mientras, Lopetegui regresaba a España para ser hoy presentado como nuevo entrenador del Real Madrid. Florentino tenía lo que quería, pero: ¿habrá perjudicado eso a la selección en un momento tan importante?

REACCIONES


Ramón Besa (El País)

“Hay momentos que sirven para medir a los presidentes y el mensaje de Rubiales ha sido tan contundente como revelador: la ambición le pudo a Lopetegui”.
José María García (Radio Marca)
“Saco un titular y una conclusión de todo este asunto: el Real Madrid ha saboteado a la selección española antes del Mundial de Fútbol”.
Jorge Calabrés (El Español)
“La bomba en la selección española la puso Rubiales cuando, en una decisión sin precedentes, quiso elegir la extravagancia a la normalidad”.
Iñako Díaz-Guerra (El Mundo)
“Lopetegui no lo hizo bien, no es inocente, como tampoco Florentino, pero, después del bombazo, lo de Rubiales es un ataque de cuernos de manual”.
Manolo Lama (Cadena Cope)
“Para Julen, el Madrid está por encima de La Roja, hay que aceptarlo; para Rubiales la selección está por encima del Madrid, y también hay que aceptarlo”.
Antonio Romero (Cadena Ser)
“No creo que despedir a un seleccionador a 48 horas de un Mundial sea buena decisión, pero el egoísta ha sido Julen Lopetegui, no Luis Rubiales”
Javier Clemente (Onda Vasca)
“Futbolísticamente hablando, Luis Rubiales es un paleto, es un novato y sus argumentos son siempre
un poco dictatoriales”.
José Sámano (El País)
“A dos días de un Mundial, Lopetegui no puede ser un pirómano en la que aún era su casa; tampoco el Madrid se ha movido con la mínima delicadeza”.

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