No es la primera vez que ocurre ni tampoco será la última: alguien saca unas fotos y las sube a la Red sin comprobar primero si hay algo comprometedor en las imágenes que acaba de compartir. Para cuando descubre el error miles, o tal vez millones, de personas ya han visto algo que no debían.
Es lo que le ha ocurrido a un usuario de Facebook que quiso vender a través de un grupo en esa red social su microondas. Hasta aquí todo normal, salvo porque la foto que eligió para ilustrar el anuncio mostraba mucho más que el pequeño electrodoméstico.
“Nuevo microondas, nunca usado. Recogida o encuentro, ambos posibles”, dijo en el anuncio, en el que pedía unos 80 euros por el aparato. Lo que no vio el vendedor es que en el cristal de la puerta salía él reflejado, en cuclillas, desnudo, con sus partes íntimas al aire.
Al darse cuenta de lo que realmente salía en la imagen, muchos usuarios de Facebook comenzaron a compartir el anuncio, hasta que llegó a oídos del protagonista de la foto, que acabó por eliminar el anuncio. Pero ya era demasiado tarde: su anuncio y su foto ya se habían hecho virales.
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