La Cueva de El Tendal ha sido un yacimiento clave para conocer el pasado aborigen de la isla de La Palma. Próximamente abrirá las puertas al público un centro de interpretación de este espacio, ubicado en el barranco de San Juan, en Los Galguitos (San Andrés y Sauces), que mostrará toda la riqueza que ha aportado al conocimiento de la vida y la cultura de los antiguos habitantes de la Isla, los benahoaritas.
Clave porque dos arqueólogos, Juan Francisco Navarro Mederos y Ernesto Martín, decidieron centrar sus investigaciones en esta zona de la comarca noreste de La Palma para desentrañar la dinámica de poblamiento de la isla, entre los años 1980 y 1987.
“Entre 1979 y 1980, Ernesto Martín y yo estuvimos buscando un lugar donde investigar para conocer la evolución de la historia antigua de La Palma. Buscamos un sitio que tuviera las mejores condiciones de habitabilidad, que contara con recursos de todo tipo, en definitiva, el mejor lugar para vivir. Y cuando llegamos aquí, al barranco de San Juan, decidimos que este era el lugar porque tiene unas condiciones climáticas óptimas para la vida humana y una facilidad de acceso a los recursos necesarios para la subsistencia extraordinaria. Es un sitio con posibilidades de cultivo”, comenta Navarro Mederos.
Los trabajos se centraron en la cueva de El Tendal, donde realizaron hasta cinco campañas arqueológicas (1981, 1983, 1985, 1986 y 1987) y otra en la conocida como Cueva Derrumbada (1985) “Coincidió con una época en la que no había recursos económicos, pero tampoco había demasiadas exigencias, ni crematísticas ni de comodidad para trabajar”, destaca el prehistoriador, quien recuerda que pasaron meses viviendo en la misma cueva mientras realizaban las excavaciones.
El Tendal fue además un espacio por donde pasaron nuevas generaciones de arqueólogos de Canarias con hambre de investigar y formarse en esta disciplina, en la que en aquel momento La Palma aparecía como avanzada en las Islas en cuanto a la investigación. Así se produjo un enfoque multidisciplinar, con trabajos especializados en distintos campos, como la industria lítica, los mamíferos o los peces. “De todo esto salió un conjunto de estudios de primerísima fila como no se habían hecho hasta entonces en Canarias”, comenta el también profesor de Prehistoria de la Universidad de La Laguna.
Entre los hallazgos relevantes que se hicieron en esta cueva, destaca que “se descubrió por primera vez que en La Palma hubo agricultura”, como recuerda Navarro Mederos, quien señala que hasta ese momento no había aparecido en la isla resto ningún de cereales de la época prehispánica. Estos cereales, de hecho, ya se encuentran desde “una época muy antigua, desde prácticamente el primer poblamiento de la isla, con la presencia de cebada, trigo, lentejas e incluso habas”.
El arqueólo tinerfeño destaca que El Tendal fue un lugar que estuvo poblado “prácticamente desde el principio y sabemos que lo estuvo de manera continuada por lo menos un millar de años”. Un hecho que reconoce que algo “extraordinario” encontrarlo en Canarias.
Navarro Mederos insistió en que “en buena medida, lo que hoy sabemos de los antiguos pobladores de la Isla se debe al conjunto del barranco de San Juan y en particular a la Cueva de El Tendal”. Si bien, este espacio no ha terminado de hablar sobre el pasado insular y la intención del arqueólogo es que se pueda seguir estudiando con al menos una nueva excavación.
“Hace unos años que tenemos intención de volver a trabajar en El Tendal, pero por circunstancias está parado. Todavía puede hablar más porque ahora mismo hay técnicas que hace 20 años no existían. Hay que adecentar el yacimiento, porque ha sufrido expolios, y es la oportunidad para realizar una exploración”.