santa cruz

Y los ingleses, hoy, lo volverán a intentar…

Valleseco se convierte en el primero de los escenarios en los que se recrea la Gesta del 25 de Julio, que cumple 221 años desde que Gutiérrez derrotara al almirante Nelson
Gesta del 25 de Julio. | Fran Pallero
Gesta del 25 de Julio. | Fran Pallero
Gesta del 25 de Julio. | Fran Pallero

Los ingleses avanzan hacia la zona donde se encuentran los españoles por debajo del puente de la carretera de San Andrés. Entonces se da la voz de alarma y comienza el disparo de los cañones y fusilería en defensa del litoral de Santa Cruz. Los ingleses se refugian en las ruinas que se encuentran en la zona y continúan los enfrentamientos. Finalmente, el enemigo se bate en retirada a la zona de reem- barque perseguidos por los defensores. Ayer, este fragmento de la historia de Santa Cruz de Tenerife, se revivió en Valleseco con motivo de la conmemoración del 221 aniversario de la Gesta del 25 de Julio de 1797, en la que el general Gutiérrez derrotó al contralmirante Nelson, el mismo al que, al día siguiente de esta escaramuza fallida, el cañón El Tigre, le arrancó el brazo.

Precisamente, esta pieza de artillería que cumple 250 años de su fabricación, es el motivo central de la Gesta 2018. Lo vivido anoche en Valleseco es el primero de los tres días en los que se recreará lo acontecido aquellos días, de la mano de Asociación Histórico-Cultural 25 de Julio de 1797. Si la batalla de Valleseco hizo que los ingleses volvieran a los ocho barcos que esperaban para asediar la ciudad, la que se recreará hoy permitirá revivir en el centro de Santa Cruz no solo los enfrentamientos hombre a hombre, sino también una auténtica jornada del siglo XVIII.

Así, hoy, a partir del mediodía, y con el izado de las banderas en la plaza isla de La Madera, con el disparo de una salva de cañón, Santa Cruz se trasladará al 25 de julio de 1797. Quienes se acerquen a disfrutar de esta jornada podrán encontrarse con los elementos necesarios para recrear la vida cotidiana de las tropas defensoras durante esos días, como la guarnición con su vigilancia y los paisanos en sus quehaceres. Coincidiendo con cada hora en punto se hará sonar una salva de cañón. Por la tarde-noche se dará la alarma y los británicos lo volverán a intentar, desembarcando para atacar Santa Cruz, dentro de una representación en la que resultará herido el almirante Horacio Nelson. La recreación trata de mostrar unos combates duros, en los que no solamente intervendrán las tropas sino también, como ocurrió históricamente, la población civil. Se concluirá con la petición de rendición de las tropas británicas.

Asimismo, otro de los actos destacados acontecerá esta tarde, con la escenificación del desembarco en el que cae herido Nelson, así como los combates callejeros entre los ingleses y las tropas mandadas por el general Gutiérrez, en el centro histórico de la ciudad. El acto de la toma del convento de Santo Domingo, en la plaza de la Isla de la Madera, está previsto que comience a las 21.30 horas. Este apartado de la conmemoración de la Gesta del 25 de Julio concluirá mañana, día 22, a las 12.00 horas, con la representación de la firma de la capitulación inglesa y el reembarque de las tropas, en la plaza de la Isla de la Madera.

Hace 221 años, fue Domingo Palmas, desde su atalaya de la Punta de Anaga, favorecido por la luna, quien aquella noche del 24 de julio, divisó las velas de ocho barcos acercarse a la Isla. Con señales de fuego preestablecidas avisó al vigía del cercano pueblo de San Andrés, que partió a caballo hasta el Castillo de San Cristóbal, la fortaleza más importante y centro de reunión de Gutiérrez y su plana mayor: Juan Ambrosio Creagh y Gabriel, capitán de Infantería y ayudante secretario de Inspección; el teniente del Rey, segunda autoridad militar de Canarias, Manuel Salcedo; el coronel Marcelo Estranio, jefe de la Comandancia de Artillería de Canarias; el teniente coronel Juan Guinther, comandante accidental del Batallón de Infantería de Canarias, y el comandante jefe de Ingenieros, coronel Luis Marqueli.

Solo quedaba aguardar, aquella escuadra sin duda era británica, y sus intenciones eran más que evidentes. Efectivamente, se trataba de una poderosa escuadra formada por los navíos Theseus (donde enarboló su insignia el contralmirante Nelson), Culloden y Zealous, las fragatas Seahorse, Emerald y Terpsichore, el cúter Fox y la bombarda Rayo (el navío Leander, procedente de Lisboa, se unió a la expedición la mañana del 24).

Un total de 393 bocas de fuego y 2.000 hombres, instruidos, experimentados y bien armados. En la madrugada del 22 de julio los ocho buques se situaron frente a la costa de Santa Cruz. Es nuestra historia.

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