festival hispanoamericano de escritores

El agitado vuelo de Carlos Franz y otros escritores a La Palma llega a Chile

El autor dedica su artículo semanal del diario La Segunda al foro literario celebrado en Los Llanos de Aridane

El nombre de La Palma ha volado al otro lado del Atlántico con motivo de la celebración del Festival Hispanoamericano de Escritores de la mano de autores que han viajado desde latinoamérica hasta Canarias para participar en este foro que acogió la ciudad de Los Llanos de Aridane la semana pasada, organizado por el Ayuntamiento de la localidad y la Cátedra Vargas Llosa.

En el caso del escritor chileno Carlos Franz, el turbulento vuelo que vivió junto con un grupo de escritores que viajaban de Madrid a La Palma el pasado 18 de septiembre, el mismo día que daba comienzo el Festival, ha sido objeto de inspiración para el artículo que publica en el diario chileno La segunda, titulado Exageración.

El impacto de un buitre, o más de uno, según los distintos relatos de los escritores que llegaron felizmente a La Palma, provocó daños en el avión al poco tiempo de despegar, lo que obligó a regresar el vuelo al Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid. “Somos narradores pero por poco no lo contamos”, ironiza Franz, o no tanto, en esta pieza periodística donde describe distintos espacios de la isla de La Palma, como Los Llanos de Aridane o el Observatorio del Roque de Los Muchachos.

Un texto en el que también hace referencia a los autores canarios y su relación con América a través de la migración y, sobre todo, pretende ser una reivindicación del “derecho a exagerar”, como “una revancha lícita contra la mezquina dosis de aventura que nos ofrece el mundo”, escribe el autor de Si te vieras con mis ojos, obra galardonada con el Premio Bienal Vargas Llosa.

Y así el relato de “los supervivientes del buitre kamikaze” se agrandaba al contarlo, como relata el autor, también por la imaginación del oyente, hasta que enseñaron una imagen con el daño que había causado el ave y se desvaneció su magia. “Nunca hay que ofrecer pruebas de una buena historia”, recalca como un “principio básico del arte literario”.

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