El sector empresarial tinerfeño acogió ayer con gran pena el fallecimiento de Carlos González Toledo, propietario de Ferretería Chafiras y muy querido y respetado por todo el tejido empresarial isleño. González Toledo (San Miguel de Abona 1950) era un empresario de los de antes, leal y trabajador; de los que cerraba los acuerdos con un fuerte apretón de manos.
Comenzó muy pronto en el gremio de la construcción, lo que le llevó a abrir varias empresas que no tuvieron éxito. Sin embargo, eso no le hizo decaer hasta que finalmente constituyó la principal empresa de ferretería de Tenerife en Las Chafiras. Los que le conocen destacan su humildad y su capacidad de trabajo, por eso sus incursiones en la política fueron tan breves. Hace unos meses concedió una entrevista a DIARIO DE AVISOS con motivo de las colas en Las Chafiras, y lo tenía claro: “Las Chafiras, con aproximadamente tres millones de metros cuadrados dedicados a la distribución, es uno de los centros logísticos más grandes de Canarias, con más de 40 años de vida, y con más de 5.000 puestos de trabajo. Es un centro logístico muy importante para el abastecimiento del sur de Tenerife, y es fundamental que sus comunicaciones de entrada y salida al centro estén bien conectadas, tanto desde Granadilla a Las Chafiras como desde Los Cristianos a Las Chafiras. Es cierto que nunca llueve a gusto de todos, por lo que pido generosidad de todos los sectores, pues cada uno debe perder un poquito por el bien general”.
“De los políticos espero mesura, inteligencia, cordura, responsabilidad y visión de futuro. No me vale que los políticos se enfrenten a sus ciudadanos utilizando engaños para intentar ganar un sillón. A los ciudadanos cada vez nos importa menos el color del gato, lo importante es que cace ratones. Alguien decía que la soberbia construye muros tan altos que solo los derriba la generosidad”. Sabias palabras.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas