La ruta nocturna al antiguo ere del primer santo canario, un espectáculo único en El Médano

Cuando sonaron los primeros acordes de Nube de hielo, la noche desplegó todos sus encantos sobre el coqueto auditorio natural donde el primer santo canario, el Hermano Pedro, llevaba su rebaño de cabras hace más de 350 años para que, de forma casi milagrosa, calmara la sed a poco que se escarbara la tierra en la árida costa de Granadilla de Abona. El aura de magia de este paraje se conserva intacta y luce especialmente en noches como las de este viernes. Miles de estrellas salieron al encuentro del himno instrumental creado por Benito Cabrera, que interpretó acompañado en la guitarra por otro grande del folclore canario, José Manuel Ramos.

Un calambre de emoción recorrió en ese momento el abrevadero natural situado en el fondo del barranco sureño, cuidadosamente decorado con luces violetas, verdes, azules y naranjas, y abarrotado por medio millar de personas que disfrutaron de una velada “mágica”, como la calificó hasta en tres ocasiones el maestro del timple, que eligió celebrar su cumpleaños con una inédita actuación en tan singular paraje. Su confesión encontró la respuesta inmediata del auditorio, que le dedicó a coro un sentido cumpleaños feliz que emocionó al compositor.

Ambos músicos deleitaron con una escogida muestra del mejor folclore canario, y así lo entendió el público que los retuvo todo el tiempo que pudo en la hondura del barranco antes de cerrar la noche y emprender el camino de vuelta por la vereda de tierra hasta El Médano. Cabrera y Ramos pusieron la guinda con una improvisada fusión de orillas –“un potaje de coles”, en palabras del timplista- al cerrar su repertorio incorporando elementos musicales tradicionales de la campaña romana, a cargo de Césare Lauri y Allessandro Mazziotti, que habían conquistado minutos antes a los presentes con su mezcla de poesía y sonidos elaborados con instrumentos artesanales, y que alcanzó su cénit con el baile de la tarantela, cuyos compases marcó el graderío con palmas.

Pero no sólo hubo música en este rincón del litoral. El teatro costumbrista del grupo Thynisara, del barrio de Chimiche, arrancó las carcajadas de los asistentes, con una representación plena de humor socarrón que no escondió las duras condiciones de vida que soportaron tantas familias de las medianías del Sur a lo largo del siglo pasado, época en la que la agricultura y la ganadería eran prácticamente los únicos medios de subsistencia. Su escenificación, con esmerados diálogos y cuidado vestuario, en ambos casos respetuosos con la tradición, rayó a gran altura.

El acto, conducido por Lucy González y José Juan Cano, contó con la asistencia, entre otros representantes políticos, del alcalde de Granadilla de Abona, José Domingo Regalado; el primer teniente de alcalde, Marcos González, y la consejera insular de Patrimonio Histórico, Josefa Mesa. Los tres coincidieron en subrayar las extraordinarias condiciones naturales de un paraje que ya utilizaban los guanches en su ruta con el ganado, antes de ser descubierto por el religioso chasnero en el siglo XVII.

Al filo de la medianoche las linternas volvieron a encenderse y la fila de senderistas emprendió el camino de regreso a la plaza de El Médano. Por delante más de media hora de caminata en una noche veraniega atenuada por una suave brisa. Unos elogiaban el espectáculo que acababan de contemplar, otros pactaban volver el año que viene. La ruta nocturna al antiguo ere del Hermano Pedro volvió a ser un éxito.