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La guagua que hace justicia

La asociación tinerfeña Villa Feliz logra los fondos para comprar un vehículo escolar que acabe con las caminatas de 10 kilómetros diarios de los niños de Samaná (República Dominicana), gracias a un gran almuerzo solidario en Fasnia que movilizó a juristas y empresas
FOTO: Marcos Zafra

El primer proyecto solidario que pone en marcha Villa Feliz, una asociación recién creada por un grupo de juristas tinerfeños, no ha podido salir mejor. Las Casas del Camino Real, en Fasnia, uno de los iconos de la hostelería rural de las medianías del Sur, fue el marco elegido para escenificar la masiva respuesta de jueces, fiscales, abogados y empresarios, entre otros invitados, al llamamiento del colectivo para apoyar una iniciativa benéfica en la que lleva trabajando durante meses. Entre los 150 asistentes figuraban destacadas personalidades estatales y provinciales del estamento judicial, como el presidente de la Audiencia Nacional, el tinerfeño José Ramón Navarro, o la fiscal provincial Anticorrupción, María Farnés.

El objetivo era recaudar los fondos necesarios, mediante un almuerzo solidario, para comprar una guagua escolar en Samaná, una de las zonas más deprimidas de República Dominicana, que acabe con las caminatas de hasta 10 kilómetros diarios de niños y niñas a partir de los cinco años para ir al colegio. Los alumnos de la Escuela Primaria Sección Acosta sufren las inclemencias del tiempo (acaba de comenzar la época de las lluvias tropicales), se ven obligados a transitar caminos y veredas de tierra y fango y arriesgan su vida por carreteras sin aceras ni arcenes por las que circulan todo tipo de vehículos. Estas dificultades provocan que muchos de ellos acaben por abandonar sus estudios.

Los organizadores cuidaron hasta el más mínimo detalle. El menú, confeccionado con productos canarios, corrió a cargo de tres grandes de la cocina de las Islas como son Alberto Margallo, Armando Saldanha y Severo Zamora. Hubo actuaciones musicales de Jonathan Flores, Kilian Boy, Banda Joes Band, Enrique Barrios y Ni 1 pelo de tonto, y hasta se subastó una obra de arte cedida por el artista tinerfeño Celestino Mesa, un óleo sobre lienzo que plasma la labor de la vendimia a través del impresionismo lumínico, que fue adquirida por el empresario Francisco Gómez al precio de 7.000 euros. Esta cantidad, unida a la aportación de los comensales y las donaciones de una treintena de empresas de las Islas, sobrepasaron ampliamente el objetivo, al alcanzar los 40.000 euros, casi el triple de lo fijado inicialmente.

La iniciativa para ayudar a los niños samaneses es la primera acción que promueve la Asociación Villa Feliz, un proyecto social y humanitario sin ánimo de lucro, que ya estudia otras propuestas solidarias para hacer frente a nuevas causas sociales, dentro y fuera del Archipiélago. Sus promotores, Juan Pablo Carlos Barett (presidente), el abogado Alejandro Quintana (secretario), la jueza María de los Ángeles Lorenzo Cáceres (madrina), el notario Nicolás Quintana (padrino) y Yazmina Tarife (tesorera) celebran el éxito de su primera acción y agradecen a todas las personas y empresas implicadas su colaboración, tanto con sus aportaciones económicas y materiales como con su trabajo.

María de los Ángeles Lorenzo Cáceres destacó, en declaraciones a este periódico, que “el colectivo jurista no solo apremia en los tribunales, tiene alma, corazón y es solidario ante la falta de oportunidades de los más vulnerables”. Además, reiteró su agradecimiento a cuantos han apoyado la iniciativa e hizo una mención especial al letrado y fotógrafo Marcos Zafra, al que definió como un “generoso colaborador, tan silencioso como eficaz plasmando con su hacer cada paso, cada imagen y cada momento de esta asociación. Hay que darle las gracias por su profesionalidad y por formar parte de este proyecto solidario”.

Para Alejandro Quintana, “el éxito de la fiesta jurídica solidaria significa mucho para Samaná. Los fondos obtenidos llevan a plantearnos un segundo objetivo: dotar a la escuela beneficiaria de unas instalaciones polideportivas”, explicó el letrado, que ya tiene en su cabeza cuál sería el siguiente paso. “Si monitorizamos un programa de formación académica y deportiva, en el que sea la propia población local la que ejerza las funciones de profesores y entrenadores, la guinda final sería conectar con universidades americanas y conseguir becas”, añadió.

De momento, lo próximo será plasmar en un convenio con la Alcaldía de Samaná la adquisición de la guagua escolar y su mantenimiento. Los niños y sus familias ya han recibido la noticia y preparan su gran fiesta.

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