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La gesta palmera de producir luz eléctrica cumple 125 años

El 31 de diciembre de 1893 Santa Cruz de La Palma se convirtió en la primera ciudad canaria con fluido eléctrico y la sexta del mundo gracias a la iniciativa ciudadana El Electrón
CÉSA
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La plaza de España de Santa Cruz de La Palma. | CÉSAR BORJA

No es casualidad que la luz eléctrica llegara a Canarias por una isla con una genética ilustrada, abierta y atenta a las vanguardias sociales y culturales y, en definitiva, a la luz del conocimiento. Tal día como hoy, hace 125 años, se encendieron las primeras farolas de Santa Cruz de La Palma con la energía eléctrica procedente de la central hidroeléctrica que por iniciativa de unos ciudadanos, agrupados en la sociedad El Electrón, se construyó en el barranco de El Río.

Santa Cruz de La Palma se convertía así el 31 de diciembre de 1893 en la primera ciudad de Canarias en recibir la luz eléctrica y la sexta del mundo en disfrutar de este invento, después de París, Nueva York, Londres, Barcelona y Madrid. Un hito que hoy sigue dando algo de vértigo al imaginar cómo aquellos pioneros, con tanta ingenio como afán de superación, fueron capaces de poner en marcha esta innovación tecnológica que representó una revolución en la vida cotidiana desde la periferia.

Aún se conservan en el barranco de El Río vestigios de aquella gesta tecnológica, donde hace unos años se llegó a plantear recuperarlo como un espacio museístico, sin que hasta la fecha se haya hecho nada por devolver la dignidad que se merece este desafío ciudadano promovido por una burguesía comprometida con el progreso social de su pueblo, cuya iniciativa no estuvo exenta de críticas de los sectores más inmovilistas de la sociedad palmera del momento.

Aquella central, que producía la energía aprovechando una caída de agua de unos 110 metro, suministró de electricidad a la ciudad hasta 1949. Esta apuesta por la soberanía energética forma parte del planteamiento que ha puesto en marcha la isla de La Palma de cara a promover las energías renovables en los últimos años. De ahí que el manifiesto que han respaldado administraciones, colectivos empresariales y sociales lleve el nombre de El Electrón.

Este carácter pionero en la producción de energía eléctrica ha sido también uno de los principales argumentos que han motivado recientemente al hermanamiento entre Santa Cruz de Tenerife y La Orotava. La Villa tinerfeña fue la segunda población canaria en tener luz eléctrica casi un año después que la capital palmera.

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