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Añaza: así se fraguó un acuerdo negociado sin red

Entre Clavijo y Valido se repartieron las reuniones presenciales con altos ejecutivos del Santander mientras desde el Instituto Canario de Vivienda se engrasaron las cañerías para que manara un acuerdo necesario para ambas parte como un manantial
Un afectado de Añaza reclama que no se rescate a los bancos sino a las personas. FRAN PALLERO

Justo antes de unas elecciones y ante la imposibilidad de realojar a 358 familias (ni a 10 siquiera, en realidad), el Gobierno de Canarias ha negociado sin red posible un acuerdo gestado con hasta cuatro reuniones presenciales.

Gracias a dicho pacto, el Ejecutivo regional se ha comprometido a pagar al Banco Santander un total de 24.890.000 euros por los inmuebles de protección social existentes en la confluencia de la avenida de Bentacayse y la calle de La Coruja del santacrucero barrio de Añaza.

Dicho pacto, que tardará unos dos meses en plasmarse en el preceptivo expediente administrativo, se produce ante la imposibilidad de ofrecer otra solución a los vecinos dadas las carencias en la política de vivienda social existente en la actualidad, sin olvidar la cercanía de las elecciones.

En dos de las citas, informan fuentes conocedoras de la negociación, estuvo presente el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, mientras que las otras dos fue la consejera regional de Vivienda, Cristina Valido, la que defendió los intereses de la Comunidad Autónoma ante dos altos ejecutivos de Santander España.

En el interin quedan los múltiples contactos de Pino de León y su equipo, que ha contado con el inestimable refuerzo de la activista Inma Évora como nexo con los vecinos.

Las claves para alcanzar el precio pasaron por la tasación gubernamental, que prácticamente coincidió con el valor contable que las viviendas tenían en los balances del Santander.

Para el banco, los inmuebles de Añaza valen 29 millones; para el perito del Gobierno de Canarias, 28,5 millones. Dada la necesidad del Ejecutivo regional en comprar y la conveniencia del Santander en vender, el pacto se cerró en 24.890.000 euros.

¿Lo mejor? La alegría de los vecinos de Añaza, que ven despejado de su futuro la sombría amenaza de un fondo buitre controlando sus hogares, como lamentablemente ha sucedido en lugares como Madrid.

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