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El Tenerife cae ante el Oviedo y regresa a la dura realidad de toda la temporada (1-0)

Tras cuatro partidos sin perder, los blanquiazules vuelven a mostrar su peor cara fuera de casa frente a un Real Oviedo que dominó en todo momento y casi sin despeinarse
El partido lo dominaron casi por completo los locales, que refuerzan su posición en la tabla y complican más las cosas a los insulares. / Álex Piña

El CD Tenerife lleva casi 300 días sin ganar un partido fuera de casa. Ayer hizo concretamente 286 fechas de calendario en las que los blanquiazules se muestran incapaces de conseguir una victoria lejos de la Isla. Este alarmante dato tampoco cambió en la visita al Carlos Tartiere. Todo lo contrario. El último partido de la primera vuelta volvió a sembrar muchas dudas sobre el futuro de este equipo. El Oviedo dominó de principio a fin a un grupo de supuestos jugadores, que no equipo, sin fútbol y, por momentos, sin alma.

El entrenador José Luis Oltra introdujo una variante en su esquema y decidió sustituir al sancionado Suso Santana, metiendo a Carlos Ruiz. Pero no jugó con cinco defensa. Se mantuvo el 4-4-2, con Milla escorado a la derecha. Sorprende que contando con Joao en el banquillo, el preparador optase por colocar a Milla en esa posición, en la que además se pierde. Claramente el colombiano no tendrá muchas opciones de jugar en el Tenerife, por lo que tiene la puerta abierta para irse desde que lo desee.

Aunque la puesta en escena de los blanquiazules fue buena, pronto el tinerfeño Omar Ramos comenzó a acaparar protagonismo en el choque, por lo que su exequipo comenzó a pasarlo mal. El de La Punta, que en principio no iba a ser titular, pero que lo fue después de que un compañero se lesionase en el calentamiento, fue el puñal ovetense que se clavó, una y otra vez, por el costado blanquiazul.

Sin embargo el gol carbayón fue obra de Bárcenas. Tras una pérdida de balón de los blanquiazules, el jugador del cuadro ovetense disparó, libre de marca, a la escuadra de un Dani Hernández que no pudo hacer nada para evitar el 1-0.

Solo al final de la primera parte mostró el Tenerife algunos signos de mejoría. Justo cuando Milla se acercó más al centro y la pelota comenzó a fluir de otra manera. Así apareció Naranjo, Montañés y Malbasic. Precisamente de los dos últimos fue obra de la única ocasión de verdad peligrosa que tuvieron los blanquiazules antes del descanso. Malbasic centró y Montañés remató fuera en el 40. Cuatro minutos después fue el serbio el que disparó desde la frontal y el portero Champagne rechazó.

La segunda parte comenzó con la tarjeta amarilla que vio José Naranjo. Poco después, la escuadra astur dispuso de un par de ocasiones muy peligrosas, con las que estuvo a punto de ampliar diferencias. La primera fue un remate de cabeza de Carlos Hernández, mientras que luego llegó una doble oportunidad de Javi Hernández, pero sacó con los pies un providencial Dani.

Oltra no esperó más para intentar que su equipo reviviese. En el minuto 55 entró Nano por un Undabarrena desacertado y perdido. Probablemente el vasco echó en falta a Milla. En el 67 entró el colombiano Joao, mientras que se retiró Cámara, por lo que pasó a cerrar el equipo con tres defensas.

Pero aún así, nada cambio y el Tenerife ayer demostró que lejos del Heliodoro es un equipo sin alma, sin amor propio y sin fútbol, que es lo más preocupante.

Con el Oviedo dominando el esférico, el Tenerife no logró hacer daño, por muchos jugadores de ataque que acumuló. Todo lo contrario, fue el Oviedo el que pudo marcar en el alargue en una contra en la que Dani Hernández mandó a córner un disparo exterior de Johannesson.

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