desde la tronera: cultura popular

Recuperación, defensa y reconocimiento de antiguos hidrotopónimos de Gran Canaria (I)

Aunque se llevó a cabo un gigantesco estudio de recuperación y corrección del patrimonio toponímico de la isla a finales de la década de los 80 [SIGLO XX], muchísimos hidrotopónimos de la antigua Agricultura no fueron registrados
La Noria. Archivo: Jaime J. González Gonzálvez.

Por Jaime J. González Gonzálvez*

Los topónimos son los nombres que se otorgan a los lugares, a las obras hidráulicas con historia, etc. Aunque se llevó a cabo un gigantesco estudio de recuperación y corrección del patrimonio toponímico de la isla a finales de la década de los 80 [SIGLO XX], muchísimos hidrotopónimos de la antigua Agricultura no fueron registrados en el mapa toponímico de Gran Canaria [Suárez J., Santana Fleitas, A., y Tavío, F., Toponimia de Gran Canaria E: 1/10.000. Inédita. Las Palmas de Gran Canaria, 1990]. Ahora bien, muchos topónimos del mundo del agua permanecen recogidos en los documentos antiguos de nuestro enorme patrimonio documental hidráulico: mapas de situación, planos de planta, memorias de proyectos, informes, estudios, etc. Documentos firmados por ingenieros hidráulicos, geólogos de presas, ingenieros de minas, etc. Por consiguiente, aportamos en el presente artículo un pequeño registro de nombres de obras hidráulicas y lugares que ejercieron o ejercen una gran influencia a propios y extraños. Gran Canaria merece ser conocida.

Los nombres Noria de Jinámar y Valle de Jinámar no fueron registrados en el estudio sobre la toponimia de Gran Canaria [1990], pero han sido los más utilizados en las últimas décadas por los arquitectos, periodistas, historiadores, arqueólogos, etc. en sus artículos, libros, estudios o proyectos sobre esta obra de gran interés cultural. Ahora bien, la realidad es que el pozo construido por el Conde de la Vega Grande en el siglo XIX se llama La Noria. Y su nombre se debe a que este pozo fue dotado de una noria con un edificio en forma de torre construida de piedra labrada y de arquitectura elegante, tal y como citó Emilio Fernández González en su artículo sobre captaciones en Gran Canaria en el Simposio Internacional sobre Hidrología de Terrenos Volcánicos (Lanzarote, 1974). Además, en su viejo mapa de trabajo Emilio registró el nombre correcto del pozo y el de su propietario de mediados del siglo XX: La Noria [de] Alejandro del Castillo. Esta construcción notable se localiza en el tramo final del Barranco de las Goteras al pie del Lomo del Conde. Dicen que los hechos son los que importan, así que lo mejor que podemos hacer es nombrarla como se merece: La Noria del Conde de la Vega Grande. 

Peñones. Archivo: Jaime J. González Gonzálvez.

La Presa de las Cuevas de las Niñas fue el topónimo registrado por los especialistas que recuperaron, dibujaron, clasificaron y estudiaron los topónimos de Gran Canaria. Con el tiempo se ha impuesto su variante Presa de las Niñas, pero en la década de 1940 la presa en construcción se la conocía por el nombre de su barranco: Majada Alta. Así pues, los nombres antiguos y con historia son los de Barranco de Majada Alta y Presa de Majada Alta. 

El espacio es un concepto, así que a finales de 2016 recuperamos el topónimo Montañeta del Sifón en el artículo El error abunda cuando la verdad es sencilla: Montañeta del Sifón [Gran Canaria]. Fue en este breve bosquejo sobre un sifón bien visible donde incluimos por primera vez un pequeño registro de topónimos con valor que no fueron recuperados por el equipo de campo del estudio toponímico de Gran Canaria [1990] y donde defendimos con un sentido seguro de los hechos los nombres correctos de las grandes presas de Tirajana, Los Molina y Salvia India. Porque la Presa de Tirajana no se llama Sorrueda; la Presa de los Molina no se llama Presa del Molino [tal y como defiende el Cabildo de la Gran Canaria]; y la Presa de Salvia Indiano es Salviaiandia [una errata].

*Geógrafo

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