debate sobre el estado de la nacionalidad canaria

Román Rodríguez, al Gobierno de Canarias: “Son ustedes unos aficionados”

“El problema no es el coche, sino el piloto”, espeta el líder de NC a Clavijo. “Esto descarrila porque no tiene un proyecto”
Román Rodríguez, presidente de Nueva Canarias. | Fran Pallero
Román Rodríguez, presidente de Nueva Canarias. | Fran Pallero
Román Rodríguez, presidente de Nueva Canarias. | Fran Pallero

Si el Parlamento de Canarias fuera un circo, las fieras se reirían de los payasos y los malabaristas huirían en monociclos. Pero no. La ley autonómica de protección de los animales prohíbe este tipo de espectáculos. En la segunda jornada del debate de política general, sus señorías seguían comportándose ayer como si estuvieran en una tienda de campaña electoral megáfono en mano. Con Román Rodríguez en la cartelera, la sesión matutina prometía diversión.  

La energía con la que el expresidente del Gobierno regional entró en escena trasladó a Fernando Clavijo la maliciosa sospecha de que el portavoz de Nueva Canarias se había dopado. “Me medico por motivos de salud”, aclaró. Acabaron desafiándose a un duelo dialéctico fuera de la Cámara legislativa. Se mentaron a sus respectivos “amigos”. Faltó que se dijeran: “¡Nos vemos en la calle!”.   

En el fragor de la confrontación, y arropado desde una abarrotada tribuna de visitantes, el líder de NC se mofó de la propaganda del Ejecutivo: “Son ustedes unos aficionados. Lo que está bastante bien depende de otros”. A Clavijo le colgó la etiqueta de consejero delegado de una empresa media. 

Román Rodríguez se desesperaba porque Asier Antona no llegaba. Ya con el candidato del PP en su escaño, le afeó que el día anterior ensayara una suerte de investidura. “Soñar es libre y bueno para la salud”, comentó con “cariño”. Sin embargo, otorgó mayor capacidad para ejercer la presidencia a un sonriente Casimiro Curbelo (ASG). En el hemiciclo se interpretó como un chiste gomero. Antona se acomodó en el asiento y no se sintió desautorizado. Al contrario, se reafirmó en sus convicciones. 

Rodríguez situó su discurso en un contexto de “derechización mundial derivada de la crisis económica y la austeridad, que han causado más pobreza y más vulnerabilidad, lo que ha beneficiado a las propuestas populistas de extrema derecha”. En ese recorrido, arrimó al ascua de quienes claman “España se rompe en la plaza de Colón” a Fernando Clavijo, a la consejera de Hacienda, Rosa Dávila; al presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, y a la diputada Ana Oramas [“en Cuenca conseguiría más votos que aquí”], que son “los que mandan en Coalición Canaria”. La constatación del “frentismo” en la política española le llevó a reconocer su temor a que los comicios del 28 de abril dejen a su partido sin representación en las Cortes. “No será fácil”, asumió sin bajar los brazos ni arrojar la toalla. 

Rodríguez reprochó a Clavijo que anteponga los prejuicios a la ideología. “El problema de Canarias no es el coche, sino el piloto”, recalcó. “Y lo vamos a cambiar”, avisó. Su interlocutor le afrentó que vaya “perdiendo nacionalismo por el camino y subirse al carro del populismo”, como si ambos movimientos usaran distinto combustible: el de la fibra sensible. “Esto descarrila por su culpa”, replicó Román Rodríguez. “Carece de proyecto, ha naufragado. Improvisa. Canarias es la comunidad autónoma que peor redistribuye los recursos. Los canarios son más pobres y el paro no baja, y con el sector turístico yendo como una tralla. No se ha hecho nada, solo desayunar con los empresarios, y cuanto más grandes, mejor. Lo más dramático y desgarrador es la pobreza, la tasa más alta de España. ¿Dónde está el plan? Un comisionado calentando el sillón, eso es lo que hay”. En la traca, salvó de la quema a Narvay Quintero, en Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, “porque trabaja y se preocupa”. 

Rodríguez articuló una alternativa fundamentada en iniciativas “para Canarias, su economía, su sociedad y su gente”, que incluyen “la recuperación de los impuestos irresponsablemente reducidos, la implementación de una ecotasa turística, una renta básica de ciudadanía, 6.000 viviendas, una reorientación de los servicios sanitarios, potenciar la atención a la dependencia, la educación, la inclusión y la sostenibilidad”. 

Clavijo lo acusó de “complicidad” en el bloqueo de 300 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado de 2018. “Se le ha acabado el tiempo”, sentenció Rodríguez en los minutos de cortesía que le concedió Carolina Darias. 

Tres diputados piden la palabra por alusiones cruzada

La intervención de Román Rodríguez (NC) cumplió con las expectativas. “Tiene usted un alto concepto de sí mismo”, rezongó Fernando Clavijo (CC). “Por supuesto”, respondió. “En inteligencia no me gana, ni dialécticamente”.  Por alusiones cruzadas, de Clavijo o Rodríguez, pidieron la palabra Gustavo Matos (PSOE), Rodríguez y Asier Antona (PP). 

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