Hasta 100 kilos de basura, microplásticos en su mayoría, recogió ayer un centenar de voluntarios movilizados por la plataforma Canarias Libre de Plásticos en la Playa del Porís de Abona (Arico), uno de los puntos más afectados del Archipiélago por la llegada de estos residuos a través de la corriente oceánica del norte.
Así lo confirmó a este periódico Ignacio Fernández de la Puente, cofundador de la ONG, nada más terminar la campaña de limpieza promovida por este colectivo, que reconocía sentirse “muy feliz” por la respuesta de los voluntarios al llamamiento en redes sociales y por la cantidad de material retirado de la arena, que duplica al recogido por la misma organización el verano pasado.
“La predisposición de los participantes ha sido espectacular y hasta bañistas que tomaban el sol en la playa se incorporaron y nos echaron una mano”, manifestó Fernández de la Puente, que expresó su agradecimiento a los voluntarios “de todas las edades” y destacó el “buen ambiente” que se vivió a lo largo de la jornada, así como el número cada vez mayor de personas que se implican en este tipo de campañas. La batida de limpieza se desarrolló en grupos distribuidos por zonas “hasta filtrar la playa entera y su entorno”, aprovechando la marea baja, para lo que se utilizaron coladores de piscina y de cocina, cubos y barreños donde se depositaban los residuos y una gran lona sobre la arena a la que iban a parar los desperdicios para acelerar su secado.
Preguntado por el destino de todo el material recogido, Fernández de la Puente explicó que “una parte de los microplásticos se entregarán a las universidades públicas canarias para sus estudios, otra se destinará para los proyectos de charlas de la ONG y la mayor parte se dedicará a hacer manualidades y obras de arte en colaboración con la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna”.
Luis Valién, también cofundador de Canarias Libre de Plásticos, subrayó la importancia de generar conciencia a través de este tipo de iniciativas. “Todo el mundo sabe que hay basura en el mar pero no hay tanta sensibilidad sobre la cantidad de microplásticos que llegan a la costa. Cada día se tiran toneladas de residuos al mar, por eso es más importante crear sensibilidad que limpiar a pie de playa”, indicó. “Las campañas que hacemos buscan eso, generar conciencia, más allá del número de kilos que podamos recoger.” A su juicio, la playa junto al faro del Porís de Abona se ve afectada por una “especial condensación” de la corriente que discurre entre Tenerife y Gran Canaria. “Una parte pasa por la zona norte de la Isla y la más potente por el sureste, golpeando de lleno a la costa de El Porís de Abona, que actúa como un colador. En cambio, en el Norte, el mayor oleaje, los días de lluvia y la orografía evitan que se produzca este nivel de acumulación”.
Recientemente, un estudio realizado por siete investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria reveló que los microplásticos que el Océano Atlántico arrastra hasta las costas del Archipiélago llegan con hasta 81 contaminantes químicos diferentes que han absorbido del agua. Los análisis advierten no solo del peligro que comportan estas diminutas partículas por su propia composición sino sobre todo por su capacidad para absorber y acumular otros contaminantes, desde hidrocarburos hasta pesticidas, entre ellos el clorpifiros, un plaguicida agrícola que los principales grupos ecologistas europeos llevan años pidiendo su prohibición.
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