A tres puntos del descenso, con siete jornadas por delante y con la visita a Almendralejo la próxima jornada. Ese es el desolador panorama que deja la catastrófica derrota que encajó el CD Tenerife. El Almería le hizo un descosido descomunal al equipo blanquiazul, que jamás tuvo opciones de ganar el choque. Ni siquiera de empatarlo. El cuadro andaluz aprovechó las típicas facilidades que concede el cuadro de Oltra en los comienzos de cada parte. Marcó en el minuto cinco y en el segundo acto, hizo otros dos en otros cinco minutos. Así derrotó a un pésimo equipo que se empeña en complicarse la vida hasta el final.
José Luis Oltra optó por devolverle la titularidad a Uros Racic, en lugar de un Undabarrena que estuvo formidable en el Cerro del Espino. No hubo más novedades en el once inicial.
Tras unos pocos minutos de tanteo y en la primera llegada del Almería al área blanquiazul, el cuadro andaluz se adelantó en el marcador. Ya es una tradición esta temporada que los blanquiazules vayan a remolque en el marcador y ayer no podía ser menos. LLegó Rioja hasta la línea de fondo para meter un centro que no pudo interceptar Luis Pérez. El balón llegó franco para Álvaro, que libre de marca (¿dónde estaban Racic y Dos Santos?), batió en semifallo a un Dani Hernández que no pudo hacer nada para evitar el primer gol almeriense. Esta es la misma película que los aficionados tinerfeños llevan viendo toda la temporada.
Hasta el minuto 29 no pasó absolutamente nada en el partido, pero en ese momento el Almería pudo ampliar su ventaja en una acción prácticamente calcada a la jugada del gol.
Rioja le pilló la espalda a Luis Pérez con una facilidad pasmosa, lo que le permitió colocar un buen centro que remató de nuevo Álvaro, esta vez rodeado de dos jugadores locales que no pudieron hacer nada para evitarlo. El balón se estrelló en el larguero de la portería de Dani y rebotó en el suelo, sin que entrase en la portería insular. El segundo gol andaluz estuvo más cerca que nunca de llegar. Y a todas estas, el Tenerife no demostraba ni un atisbo de reacción.
En los 15 minutos restantes del primer acto, al Tenerife le fue imposible superar la línea de mediocampo del Almería y apenas inquietó a René.
Para complicar más las cosas, los dos centrales acabaron el primer acto con una tarjeta amarilla cada uno, por lo que ambos corren peligro en la segunda parte.
La segunda parte arrancó con un cambio extraño. Se quedó en la caseta Jorge y entró como acompañante de Mauro Dos Santos el majorero Alberto.
No tardó mucho el Almería en despejar el camino hacia una cómoda victoria. En cinco minutos sentenció el encuentro con dos goles. El primero llegó en un penalti que cometió Dani Hernández a Álvaro Giménez. La acción vino precedida por una caída de Luis Milla en el área visitante. Los blanquiazules reclamaron la acción antirreglamentaria, pero el colegiado la pasó por alto.
Aprovechó el despiste general el Almería para montar un contragolpe que acabó con Juan Carlos teniendo un mano a mano ante Dani. El exblanquiazul tiró muy flojito intentando superar por alto al espigado portero adversario, pero el esférico rechazado le llegó a Álvaro, quien fue zancadilleado por el cancerbero vinotinto.
Sin tiempo para recuperarse del shock, llegó el tercero, obra de Luis Rioja. Clamorosa pérdida de balón de Mauro dos Santos, que no está para jugar y mucho menos para ser titular, y tras recortar, Rioja bate por raso a Dani, que por tercera ocasión tenía que recoger el balón del fondo de su portería.
Solo con tres goles en contra logró despertar el cuadro chicharrero, que empezó a llegar con algo de peligro a la meta de René. Se activó Suso y el de Taco empezó a crear peligro por su costado. Un centro suyo lo mandó a las nubes Nano cuando el canterano tenía todo a su favor para marcar.
Con todo perdido, Oltra metió en el campo a Naranjo y a Coniglio. La idea era, a la desesperada, lograr el empate. Otro centro del capitán lo aprovechó Naranjo para marcar el quinto tanto de la temporada, el primero del partido para su equipo, quizás el tanto que creaba esperanzas en que algo podía rascar el equipo tinerfeño. Era el minuto 77 y había tiempo, pero pocas esperanzas.
En los siguientes minutos de partido recibieron tarjetas amarillas tanto Suso como Alberto, por lo que ninguno de los dos viajará a Extremadura para jugar en Almendralejo. Y para completar una tarde fatídica, ya con el minuto 90 cumplido, gran parte de la grada le cantó a Concepción aquello de “Concepción, dimisión”. Luego, al final del choque, los pitos fueron generalizados y dirigidos a unos jugadores que están empeñados en jugar con fuego.
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