El historiador Julio Hernández García, uno de los americanistas más relevantes de la Universidad de La Laguna, falleció en Tenerife a la edad de 69 años. Deja una obra brillante, con títulos que forman parte de una bibliografía imprescindible sobre las relaciones entre las dos orillas a lo largo de los últimos siglos, entre ellas su tesis doctoral sobre la emigración canaria a América, que le valió el Premio de Investigación Viera y Clavijo.
Hernández García combatía un aneurisma que le había sido localizado en el tórax, a causa del cual murió el pasado sábado día 13. La noticia, que tiñe de luto al mundo académico de las Islas sin que hubiera trascendido hasta ahora, supone una pérdida muy sentida para generaciones de alumnos y colegas que potenciaron junto a él esta rama de la investigación.
Erudito en el sentido más literal de la palabra respecto al cúmulo de conocimientos sobre el papel de Canarias en América, Hernández García era un gran divulgador de los temas de su especialidad y un conferenciante brillante, que se prodigaba en los medios de comunicación.
Atento lector de Martí y García Márquez, eran habituales en sus textos las citas del poeta cubano de origen canario y del novelista colombiano. Del mismo modo, exhibía un profundo conocimiento de la Revolución cubana y era una voz documentada sobre los procesos emancipatorios en América. A su vez, prestó una especial atención a las dos grandes figuras políticas del estallido revolucionario de Cuba en 1959: Fidel Castro y Che Guevara. Fue coautor del libro biográfico Cuba en Canarias: Casanova, el amigo isleño de Fidel Castro, con prólogo, precisamente, del Comandante cubano. En esa introducción a la trayectoria del orotavense Francisco González Casanova, Fidel desveló sus orígenes canarios, al ser hijo de Lina Ruz González, descendiente de isleños.
Natural de Las Palmas de Gran Canaria y afincado en Tenerife, donde desarrolló su actividad docente e investigadora, era doctor en Historia por la Universidad de La Laguna y autor de una tesis fundamental sobre la huella de las Islas en América, La emigración canaria contemporánea, que ahondó en sus raíces y abarcó todo el siglo XIX. Con esta obra obtuvo el citado Premio de Investigación Viera y Clavijo en 1977.
Asimismo, produjo monografías sobre temas de interés y actualidad, como Canarias-América: el orgullo de ser canario en América, que editó hace 30 años el Centro de la Cultura Popular Canaria.
Dada su condición de autoridad en la materia, participó en congresos y obras colectivas, como la Historia general de la emigración española a Iberoamérica. Se consideraba discípulo y heredero de historiadores de la talla de Francisco Morales Padrón y Antonio de Bethencourt Massieu.
Casado con la profesora Elvira Toledo, era padre de Julio y Francisco, psicólogo y filólogo, respectivamente, y de Elvira, licenciada en Traducción e interpretación, que desarrolla su actividad profesional en el Parlamento Europeo.
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