

Nuria Campos, educadora social que lidera la entidad provincial que integra a enfermos y familiares, tiene plena consciencia de los cambios, las dificultades y la necesidad de trabajo constante cuando se diagnóstica la enfermeda. Ella tenía apenas 12 años cuando su madre, ahora ya fallecida, tuvo que hacer frente a unos cambios neurológicos contra los que solo cabía una posibilidad.
luchar para mantener el control de su cuerpo y de su vida. Esta expedición palmera que quiere visibilizar y concienciar sobre la existencia y las consecuencias de esta enfermedad, que ha llegado a Isla Bonita en su cuarto año de desarrollo en una iniciativa liderada por la asociación provincial que preside Nuria Campos Gutiérrez, es otra de las fórmulas para visibilizar a los enfermos de Parkinson, una enfermedad que no tiene cura, pero cuyo tratamiento farmacológico puede favorecer el control de los síntomas, para cuyo contorl también es imprescindible mantener un estilo de vida sano, con ejercicio, fisioterapia para centrar el equilibrio, y un tratamiento psicológico que permita asumir y encarar cambios y hasta una concepción normalizada de la enfermedad.
Desde hace unos tres años los ayuntamientos de El Paso y Breña Alta prestan un espacio físico a la asociación pronvincial de enfermos de Parkinson y sus familias en el marco de un proyecto de apoyo liderado por la Consejería de Bienestar Social del Cabildo, que dirige Jovita Monterrey. El objetivo de la asociación es integrarse en la Plataforma Palmera Integral de Atención a la Discapacidad (Indispal), donde se agrupan unas 8 asociaciones y extender su red de ayuda y los apoyos complementarios a enfermos y familiares palmeros. El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico, producido a consecuencia de la destrucción de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra por razones que se desconocen.