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Ni rastro en las tres inquietantes desapariciones que se produjeron en 2017 en La Palma

En ninguno de los tres casos se desplazó a La Palma una unidad especializada en la búsqueda de personas desaparecidas, ni siquiera grupos del conocido como K-9, en el que se cuenta con perros especializados en seguir rastros, en encontrar evidencias de personas vivas o de restos humanos
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Tres desapariciones sin pistas. El dato es inquietante, no solo para las familias de los desaparecidos sino para los investigadores, que mantienen abiertos los tres casos cuyas investigaciones iniciaron, en un período de solo seis meses en La Palma, pero cuya resolución dependería de nuevas pistas que, según transcurren los días y los meses, parecen más improbables de encontrar.

En el año 2017 no solo se produjo la desaparición en La Palma de Alejandro, el joven que contaba 26 años y padre de un niño de cuatro, cuando se perdió su pista en la carretera de la Costa a las 20:30 horas de la tarde, María del Mar Pérez Sánchez, la tarde del jueves 11 de mayo, apenas dos días antes de la celebración de la Transvulcania y del que solo se encontró su coche abierto en una pista agrícola en la costa de Tazacorte, lo que la convirtió en una desaparición de alto riesgo. Solo dos meses antes algo similar ocurrió en Tijarafe, cuando la familia de Pedro Pérez Martín de 46 años y vecino de la zona de La Punta dio la voz de alarma frente a la ausencia injustificada de este hombre, que pese a tener problemas de salud que le llevaban a aislarse en su casa de forma ocasional, desapareció como una exhalación sin dejar rastro.

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Cuando esas dos investigaciones continuaban abiertas y con sumarios judiciales en curso en el Partido Judicial de Los Llanos de Aridane, el 22 de agosto de ese mismo año se decretó la búsqueda de otro hombre, en este caso de 68 años edad, una desaparición en la que apenas unos días más tarde se encontraron indicios de lo que podría ser una desaparición vountaria, después de que los conocidos de este británico residente en la zona garafiana de Roque Faro, encontraran dentro de su vivienda una nota en la que expresaba su deseo de morir.

En todos los casos se iniciaron búsquedas en las que participaron agentes de la Guardia Civil, Voluntarios de Ayuda en Emergencias Anaga, Bomberos Voluntarios, personal de Cruz Roja y de Protección Civil, además de Policía Local, e incluso algunas unidades de Medio Ambiente en el caso del desaparecido en Roque Faro, y con la ayuda de drones en el caso del joven Alejandro, para buscar su cuerpo en la costa. En ninguno de los tres sucesos hay pistas del paradero de estas personas, pero tampoco en ninguno de los tres casos, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en La Palma, como sí ocurre en islas capitalinas y en la mayor parte de puntos del territorio nacional, contaron con el apoyo de la unidad especializada, dentro de la Guardia Civil, en la búsqueda de personas desaparecidas, que sí han actuado en los dramáticos casos de desapariciones resueltas o en proceos de investigación más mediáticas. Tampoco han intervenido en La Palma para la búsqueda de estos hombres la conocida como Unidad K-9, en la que se cuenta con perros especializados en seguir rastros, en encontrar evidencias de personas vivas o de restos humanos.

María del Mar, madre de Alejandro, que espera que La Palma pueda acoger un curso de formación para voluntarios y cuerpos y fuerzas de seguridad d el Estado en la búsqueda de desaparecidos. | DA

Las familias, mientras tanto, siguen buscando en barrancos, cunetas y pajeros de cualquier zona rural, próxima o alejada del lugar donde fueron vistos por última vez sus seres querido. No pierden la esperanza de encontrar, con vida o sin ella, a sus familiares, mientras algunos, como en el caso de la madre del joven Alejandro, su activismo dentro de SOS Desaparecidos en Canarias crece exponencialmente según avanzan los días para conseguir que el caso de su hijo no quede en el olvido y se comience de cero con apoyo especializado de la UCO. Desde la asociación a la que pertenece reclama que se mantengan vivos y abiertos estos tres casos. “No tenemos apoyos, ni jurídico ni psicológico ni de cómo afrontar esta situación. Solo tenemos nuestra voluntad, nuestra inquietud constante y nuestro dolor para seguir adelante”, relata María del Mar.

La madre de Alejandro sigue dejando flores frescas en el lugar donde fue encontrado el coche de Alejandro, en una pista agrícola de la costa bagañeta. | DA

Su objetivo a corto y medio plazo es lograr que en La Palma se imparta un curso de formación de voluntarios en la búsqueda de personas desaparecidas, iniciativa que liderarán desde la Asociación para incorporar mecanismos y protocolos con alto nivel de eficacia y esenciales durante las primeras horas de la desaparición. La calificación de niveles de riesgo, cómo iniciar las búsquedas y de obligado cumplimiento por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y en coordinación con grupos de voluntarios. Es evidente que con perros de búsqueda, equipos de rastreo que se utilizan en unidades especializadas en la búsqueda de personas incluso con aeronaves tripuladas y sistema aéreos operados de forma remota, las posibilidades de éxito en las búsquedas son mayores. Espera que en La Palma pueda llevarse a cabo el curso que se realizó en el municipio andaluz de Vera, en el que participaron más de 400 personas, entre ellas gran número de agentes de la Guardia Civil y personal de Asuntos Sociales para una intervención psicológica inmediata. De momento, la madre de Alejandro mantiene la esperanza de que La Palma, como el resto de islas menores del archipiélago, pueda contar con garantías de desplazamientos de equipos especializados, tras la peticion realizada al Diputado del Común y de la que se dio curso ante el Defensor del Pueblo, que admitió a trámite la queja y que ha elevado una consulta a la Dirección General de la Guardia Civil, dependiente del Ministerio del Interior.

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