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Canarias, antes y después

El crecimiento económico del Archipiélago en los últimos 30 años ha sido notable, mucho más elevado que la media nacional
La economía canaria
La economía canaria
La economía canaria

El miércoles, cuando aún permanecía en el aire la resaca electoral del domingo, Canarias cerraba los primeros meses del año con cifras récord de crecimiento del PIB, hasta alcanzar los 47.416 millones de euros, según informó la consejera de Hacienda del Gobierno regional, Rosa Dávila. Estos datos, los más elevados de la historia autonómica, garantizan la sostenibilidad de la economía en las Islas en un momento convulso a nivel nacional, europeo y mundial.

Pero ¿cómo estaba Canarias hace 40 años? ¿Crecía económicamente al mismo nivel que ahora? ¿Cuál era su aportación al Estado? Pues la Canarias de 1978 era muy diferente a la actual. Su crecimiento económico de los últimos años ha sido muy superior al del Estado, pasando de un PIB de 17.071 millones de euros en 1995 a los 47.416 de los últimos meses. Al aumentar la actividad económica también ha crecido el empleo de forma extraordinaria, pasando de 417.000 ocupados en 1978 a 897.000 el año pasado. Según el boletín La economía canaria en gráficos, presentado recientemente por la Confederación Provincial de Empresarios (CEOE-Tenerife), existen varios cambios en la sociedad canaria de merecido reconocimiento. Por ejemplo, la población. En el año 1978, la población residente canaria se situaba en 1,3 millones frente a los 2,2 millones de 2018. El problema es que, a pesar de haber más residentes en las Islas, la tasa de natalidad es muy baja y está aumentando la tasa de personas que no tienen edad de trabajar.

Por sectores, el peso de la construcción, por ejemplo, en la actividad económica de Canarias ha bajado del 11% en el año 2000 al 6% en 2018. No ha ocurrido lo mismo en el sector servicios, que, en el año 2000 tenía un peso en el VAB del 79%, frente al 85% del año pasado. Pero analicemos sector por sector. En la agricultura, los ocupados eran 87.000 en 1978, y en 2018 la ocupación en este sector fue de 22.300
(-75%). La producción agrícola en el año 2004 fue de 1.047.300 toneladas y en 2017 de 882.800 (-16%). La superficie cultivada también se redujo el 24%, pasando de un máximo de 52.300 hectáreas en 2005 a 39.800 en 2017.

En cuanto a la construcción, sector clave en la evolución económica de las Islas, se han pasado de 135.300 ocupados en 2007 a 49.200 en 2018 (-64%). Asimismo, es merecido destacar que los visados de obra nueva han descendido el 87% desde el inicio de la crisis, 2007, hasta el año pasado. Otra cifra destacada es el número de hipotecas constituidas sobre fincas urbanas, que pasaron en 2003 de 65.577 a tan solo 19.465 en 2018. La industria turística es la que parece mejorar en los últimos años, pasando de más de 10 millones de visitantes extranjeros en 2010 a cerca de 16 millones el año pasado. Cifra récord nunca alcanzada en nuestra historia turística. El mercado laboral también ha variado, pasando de una tasa de paro del 9,89% en el año 1978 a la actual del 20,8%. Pero es que esta cifra llegó a estar en el 33,73% en la época más dura de la crisis, en el año 2013. De hecho, fue a partir del año 1979 cuando se sobrepasó el 10% y, desde entonces, no se ha vuelto a bajar de los dos dígitos. En cuanto al sector exterior, las empresas sí que se han vuelto más exportadoras y se ha pasado de 1.474 en el año 2000 a 7.236 el año pasado. El gasto en pensiones, debido sobre todo al envejecimiento, ha pasado de 141 millones en 1992 a 3.294 en 2018.
Otra de las variables interesantes son las normas jurídicas aprobadas en Canarias, por ejemplo, entre 1983 y 2016. En este punto han pasado de 121 normas a 342 en 2016, pero es que en el año 2008 se llegaron a aprobar 618. Una vía interesante para comprobar el control regulatorio al que se tienen que someter las empresas en las Islas. Fiscalmente, el Archipiélago también ha sufrido cambios. Entre 2001 y 2018 se han inscrito en la Zona Especial Canaria (ZEC) 1.109 empresas, que dan empleo a 13.035 personas. La inversión acumulada de dichas empresas ha sido, en el mismo periodo, de 1.278 millones de euros. Por último, otro de los índices que demuestra el cambio de la sociedad en estos últimos años es su evolución digital. En este sentido, el número de hogares que tenían un teléfono fijo en 2003 era del 85%, frente al 80% actual, diferencia que ha aumentado en relación con el teléfono móvil, que ha pasado del 79% en 2003 al 97% en 2018. Lo mismo ocurre con el ordenador. El número de hogares que tienen una computadora en casa ha aumentado el 30% con respecto al año 2003. El número de viviendas que disponen de Internet ha pasado del 29% en 2003 al 87% en 2018.

Para el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, José Luis Rivero Ceballos, la evolución económica de Canarias con respecto a 20 o 30 años atrás ha sido “notable” a pesar de la crisis económica. “Canarias ha crecido económicamente por encima de la media estatal en todos los sectores. Puede parecer que hay algunos, como la agricultura, en la que el crecimiento ha sido menor, pero si se tiene en cuenta el conjunto, el crecimiento ha sido notable”, insistió.

Otro cambio importante que se ha producido en los últimos años ha sido el de la distribución insular de la renta y la actividad económica entre las diferentes islas, e incluso entre distintas zonas de la misma Isla. Por ejemplo, islas como Fuerteventura o Lanzarote, mucho más pobres hace 20 años, o zonas como el sur de Gran Canaria o Tenerife, ahora “lideran el crecimiento y la renta per cápita”. El empleo ha sufrido, para Rivero Ceballos, otra “extraordinaria” evolución, ya que el turismo, principal actividad económica de las Islas, es un gran generador de puestos de trabajo.

Por el contrario, hay algunos factores que hacen que la realidad no sea del todo tan positiva. Por ejemplo, la distribución de la renta. Otro de los factores es la escasa productividad existente en Canarias. Esto se debe a la propia distribución de la actividad económica, que es muy intensiva en empleo, pero no tanto en alta productividad, lo que provoca “una brecha importante”.

Aun así, Canarias se enfrenta en estos momentos a una coyuntura nada favorable con riesgos en la economía interna, con un turismo en claro descenso por la dependencia de la turoperación, la situación de las aerolíneas y la apertura de destinos competidores. A este problema hay que unir la contención del consumo interno y la sombra del brexit.

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