baloncesto

La Virtus no da opciones al Iberostar en la gran final de la Champions (73-61)

Los aurinegros van a remolque durante todo el encuentro

La Virtus Bolonia fue mejor que el Iberostar Tenerife en la gran final de la Basketball Champions League celebrada ayer en Amberes. Los italianos se impusieron por 73-61 porque fueron mejores y porque los insulares, que protestaron mucho a los colegiados, la impresión por televisión fue que en algunos casos con razón y en otros no, se salieron un poco del encuentro con tantas protestas.
El criterio sí parece algo a saber establecer próximamente. Una falta debe serlo en el primer y en el último cuarto y compensar tampoco debe ser nunca una solución. Con todo, ellos fueron mejores. No hay más. Hay que admitirlo.
La salida con un 7-0 para Bolonia fue como un puñetazo directo al mentón canarista que, como en la semifinal, llegó tarde al partido. Punter era una pesadilla, algo que todos esperábamos, y con nueve puntos, gracias a tres tiros de tres sin fallo, obligó a Vidorreta a parar el duelo con 15-4. Ellos no fallaban nada; el Canarias no defendía nada.
Lo peor estaba por llegar cuando Mbaye, dominante, machacó el aro insular para el 20-8. La imagen del Canarias era mala, porque le faltaba la energía que sí tenían los de Bolonia. Además del 53% en tiros de campo de los italianos, sus cuatro rebotes en ataque terminaban por castigar a los aurinegros, que seguían sin dar sus justa medida. A estas alturas del compromiso el triple empezaba a ser un problema.
Un 0 de 10 en lanzamientos de tres puntos era un bagaje demasiado malo como para pensar en que el Canarias pudiera acercarse en el electrónico. La Virtus, a lo suyo. Nueva máxima diferencia de 17 tantos (29-12), superada luego por un 32-18 y Gillet anotando el primer lanzamiento de tres tras 14 intentos fallidos. El belga, en su casa, lo celebró con mucha rabia, como el que se quita un peso de encima, pero el barco, aún a estas alturas de duelo, hacía aguas por varios lugares.
Para colmo de males, ellos habían disfrutado de hasta 10 rebotes ofensivos, lo que hacía que el Canarias, al descanso, llegara perdiendo por 38-24. Con todo, y esta es la mejor explicación de lo que ocurría sobre el parqué, el resultado era lo menos malo. Con un 6% de acierto en el triple poco se puede hacer y eso justamente lo que le pasaba al Canarias, que, sin amenaza exterior, estaba siendo muy bien frenado por parte de los jugadores de Aleksander Djordjevic.

Mejora insuficiente

Punter, con un 3+1, dio la bienvenida al Canarias tras el paso por los vestuarios (42-24). Brussino cometía la cuarta personal tras cuarenta segundos jugados, lo que comenzaba a desesperar ya al Iberostar Tenerife con los tres colegiados que, posteriormente, se meterían en un lío de señalar personales y luego querer compensarlas que no vino bien a nadie.
Lo mejor de todo es que con el Canarias siempre está viva la esperanza de la remontada, si no es por calidad, es por garra, por carácter, por esa máxima que mantiene de no rendirse nunca, por los que dos jugadas de 2+1, una de Beirán y otra de Abromaitis, sirvieron para que el equipo se acercara a 12 (47-35) antes de que, a lo loco, marca de la casa, Davin White metiera un 3+1 logrando, tras muchos minutos, rebajar la diferencia por debajo de los diez puntos. Ahora sí, al menos sus directivos e invitados VIP, la Virtus Bolonia pasaba algo de nervios. El 58-44 del final de esta manga dejaba una cosa clara: solo quedaba apelar a la heroica.
Y lo intentó, pero fue imposible. El Canarias conseguiría acercarse nuevamente a diez puntos (60-50), pero los errores y las personales señalads no dejaban a los de Vidorreta estar, de verdad, dentro del duelo como para amenazar con una posible remontada.
La certificación de la derrota llegaría cuando Rodrigo San Miguel, con 65-59 en el marcador y bola en su poder, esquivó a Moreira. El base maño hizo falta, es verdad, porque suele hacer alguna de esas durante los partidos, no siempre pitadas, por cierto, pero también es verdad que Moreira desplazó con la cadera al canaristas. Los colegiados señalaron falta del insular, que protestó, por lo que fue eliminado al serle señalada una técnica. El Canarias se saldría del partido.
Los italianos, con justicia, lograron la copa de campeón, la misma que el Iberostar Tenerife alzó hace dos años y por la que, ojalá, volverá a competir la próxima temporada.

TE PUEDE INTERESAR