Jessica Anderson trabaja de enfermera en el Hospital Royal London. El pasado 28 de abril corrió la famosa Maratón de Londres y además fue la mejor; la más rápida de todas (3 horas, 22 minutos y 8 segundos). Además, lo hizo vestida de enfermera, toda una proeza.
Sin embargo, el libro Guinness de los récords no reconoce la hazaña de Anderson, principalmente, porque no llevaba el atuendo clásico de enfermera; es decir, el típico vestido blanco y delantal, propio en las profesionales de este gremio allá en el siglo XX. La joven corrió con la vestimenta actual, con pantalones y camiseta.
Jessica Anderson se mostró un tanto disconforme con la decisión de dicho organismo internacional, ya que entiende que se trata de requisitos “anticuados”, si bien, nada le quitará lo vivido: “Ayer fue increíble […] no podía haber pedido un día mejor”.
Ante el revuelo que se ha formado, los responsables del libro Guinness de los récords han comentado que valorarán su caso, ya que, al menos en la teoría, no quieren ser identificados por aproximarse a valores sexistas.
“La inclusión y el respeto son valores que Guinness World Records considera extremadamente valiosos y, si bien siempre debemos asegurarnos de poder diferenciar las categorías, es bastante claro que este título de registro y las directrices asociadas llevan mucho tiempo atrasados. Priorizaremos la revisión del mismo en los próximos días”, informó el GWR a través de un comunicado.
Lo cierto es que Anderson se animó a correr la Maratón de Londres por ayudar a los demás. Concretamente, en beneficio de la casa de caridad Barts Charity. La previsión era que Jessica consiguiera al menos 500 libras, pero logró 2.800 euros.