Diría un catalán que la pela es la pela. Así se podría entender que muchos de los políticos (?) que se presentaron a las elecciones municipales y que salieron elegidos hayan renunciado a su acta, antes incluso de jurar o prometer el cargo, una vez conocido que estarán en la denominada fría oposición. Se entendería por aquello de no quitar tiempo a su estatus profesional, ¿pero dónde queda la vocación de servicio público o el respeto a quien te votó? Que se sepa, en Arona ya tenemos tres ejemplos, y pueden llegar más: Carolina Reverón, número 2 de Ciudadanos por Arona, renunció, pero no entró el 3, el exjefe de Policía Miguel Miranda, sino que lo hizo Nauzet Fariña. Como señala su líder, José Antonio Reverón, ahora fuera del Gobierno local por la mayoría socialista: “Estamos obligado a una reflexión”.
El tercer abandono se produjo en el PP que lidera Águeda Fumero. Su número 2, Juan Pablo Morales Rancel, dejó el sitio a Daniel González Rov. También ha habido renuncia en Güímar, donde Carmen Lucrecia Díaz (3 del PP) deja el sitio a Pedro Daniel Pérez, o en Candelaria, donde Reinaldo Triviño (12) suple a Silvia García (11), que igual no esperaba que su partido (PSOE) alcanzara la mayoría absoluta.
Y en San Miguel, dos pesos pesados del PSOE, Víctor Chinea y Samuel de León, concejales del Gobierno pasado (CC-PSOE), dimitieron tras quedarse en la oposición por la mayoría de Arturo González. La combativa Dora González liderará al PSOE, compaginando ahora la política con la labor de docente.
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