Las principales sustancias por las que los canarios solicitaron tratamiento en la ONG Proyecto Hombre son la cocaína, el alcohol, la heroína, el crack, el cannabis y las benzodiacepinas, según se desprende del informe de la actividad de esta organización en 2018. Este trabajo se realizó sobre una muestra de 388 adultos y 108 familias y adolescentes de las unidades de Proyecto Hombre en Canarias.
Durante el acto de presentación del informe se mostró un vídeo con testimonios de trabajadores, voluntarios y personas atendidas por la ONG.
Antonio Hernández, presidente de la ONG en Canarias, manifestó que “hay un repunte del consumo de heroína, que en lugar de pincharse se esnifa”. De esta manera “su consumo es muy disimulado”. El alcohol sigue siendo la droga más generalizada, y se ha producido un repunte en su consumo entre las mujeres. Hernández también mostró su preocupación por la ludopatía y el “uso generalizado” de las máquinas tragaperras, por lo “increíblemente fácil” que es jugar y, sobre todo, por lo accesibles que son “para los menores por medio de los móviles”. Aunque no tienen en rehabilitación afectados por esta adicción, sí les preocupa, ya que “el problema no es la sustancia, sino la persona que está detrás”, apuntó.
En el caso de los adolescentes, la edad de inicio en el consumo de estas sustancias fue los 14 años, y en el 72% de los casos sus familias eran monoparentales. Destaca el consumo de cannabis (95%) -con una frecuencia diaria y semanal en el 75% de los casos-, seguido por el alcohol y los medicamentos psicotrópicos, hipnóticos o ansiolíticos.
Entre los adultos, el 47,6% de los hombres consumían cocaína, seguido por la heroína con el 15,7%, mientras que entre las mujeres la cocaína (24%) fue la sustancia más usada, seguida por alcohol y crack, con el 22%. El informe destaca que el 69,7% de las personas que pidieron tratamiento en 2018 presentaban un patrón de policonsumo y el 45,4% consumían de forma diaria. La edad de inicio fue a los 20 años.
Situación personal
El 61% de los usuarios estaban en situación de desempleo (afectando esta situación al 72,5% de las mujeres). En cuanto al nivel de estudios, el 29% habían finalizado Primaria; el 31,4%, la ESO; el 17,2%, Bachillerato o ciclos formativos; el 7,1%, estudios superiores, y el 1,1% eran analfabetos.
Es llamativo que el 49% de las mujeres atendidas habían sido víctimas de violencia machista, y el 11,3% del total tenía alguna discapacidad. El 18,5% estaba en situación de exclusión social o en riesgo de estarlo (una de cada cuatro mujeres) y el porcentaje de personas con causas penales se situó en el 25,3%.
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