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Juan José Hernández: “El control del registro horario aumentará la productividad porque todos vamos a quedar retratados”

Canarias se enfrenta a una situación económica convulsa. La guerra comercial entre los dos grandes gigantes EE.UU. y China, una Europa que ya no tira económicamente, y una España enferma de deuda no le ponen nada fácil el camino al Archipiélago que se topa ahora con un resfriado en el turismo, mientras en otros destinos empiezan a curarse

Canarias se enfrenta a una situación económica convulsa. La guerra comercial entre los dos grandes gigantes EE.UU. y China, una Europa que ya no tira económicamente y una España enferma de deuda no le ponen nada fácil el camino al Archipiélago, que se topa ahora con un resfriado en el turismo, mientras en otros destinos empiezan a curarse. Políticas eficientes que aumenten la productividad, nuestro talón de Aquiles, es la vía para que el Archipiélago afronte este período con más garantías. Esta es la apuesta del secretario técnico del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, que, en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS, habla también del registro horario y de las consecuencias.

-¿Es hora de bajar los impuestos?
“Bueno eso es algo que se dijo a la ligera durante toda la campaña electoral…”.

-Muy pocos en campaña dicen que van a subir impuestos…otra cosa es lo que hagan después, si gobiernan.
“Exacto. Lo que a mi me sorprende es que lo digan cuando tenemos fijado en la Constitución un déficit cero y un plan de estabilidad que nos dice que en un año, es decir, en 2020, no podemos tener déficit público, y somos un país que tiene un 2,3% de déficit todavía y, lo peor, es que no se ha hecho nada para intentar reducirlo. Me preocupa que se diga esto porque tenemos que tener en cuenta que la política monetaria no es nuestra. Nosotros no podemos decidir si bajar o subir los tipos, o si devaluar la moneda, esto corresponde a Europa y, los políticos, nos hablan como si fuéramos soberanos, y no lo somos”.

-Entonces ¿qué hay que hacer? ¿subirlos?
“Lo que se tiene que decir es la verdad. Que los impuestos es el método de sostenimiento de este sistema y que tenemos que bajar el déficit con una política presupuestaria sostenible y esto, lamentablemente, solo se puede hacer a través de los impuestos. Bueno, hay otra vía, que es reducir los gastos, pero creo que esa no se contempla. Lo que me da rabia es que, a veces, nos tratan como si fuéramos menores de edad, y somos mayores para saber la situación que hay”.

-¿Estamos en recesión? Muchos indicadores apuntan a que Canarias ha levantado el pie del acelerador…
“El análisis que hay que hacer es global. No podemos sustraernos de lo que ocurre en el mundo. Estamos en plena guerra económica entre EE.UU. y China, lo que nos afectará bastante. En Europa, los países que supuestamente tiran de la economía de los demás, como Alemania o Italia, están teniendo datos de crecimiento francamente preocupantes. España está enferma de déficit y, Canarias, cuya función es ofrecer sol y playa a los trabajadores de Europa, está teniendo problemas con su principal sector económico: el turismo, con caídas importantes de visitantes. Las crisis existen, han existido y existirán siempre, lo que hay que hacer es arbitrar las medidas oportunas para afrontar estos ciclos. Lo que sí echamos en falta es que se aproveche la época de vacas gordas y los vientos de cola para que cuando haya un parón lo sepamos afrontar. Es verdad que tenemos un PIB elevado, gracias al turismo, pero ¿de qué nos sirve? cuando tenemos un desempleo del 20% y nos sacan los colores en otros ratios, como pobreza o exclusión social. Al final es como si tuviéramos un motor que hace mucho ruido, pero que tira poco. Si seguimos haciendo lo mismo, seguiremos obteniendo lo mismo. A lo mejor ha llegado el momento de cambiar”.

-En este contexto ¿es bueno asimilar una política de gastos tan expansiva?

“Hay que tener en cuenta que España está enferma de deuda y esto nos hace depender mucho de nuestros acreedores, que permanentemente nos miran de cerca a ver si somos capaces de pagar. Para resolver esto hay que ser más productivos, es lo único para poder pagar los intereses de la deuda. Es que nos miran de cerca si vamos a ser capaces de pagar y sustrayendo recursos que podrían ser productivos para otras áreas como politicas sociales, como más de 30.000 millones al año para pagar los intereses de esa deuda. Nosotros, España, haremos lo que nos dé la gana en función de lo que nos dejen hacer nuestros acreedores. Hay que trabajar por una sostenibilidad de la deuda y para ello tenemos que ingresar lo suficiente para tener un gasto eficiente. Gobernar no es contentar a todos y la productividad es la clave, sobre todo ahora, que se ha impuesto el registro horario”.

-¿Cree que aumentará la productividad este nuevo sistema tan polémico?
“Por supuesto. El control horario incrementará la productividad laboral porque todos vamos a quedar retratados en el uso que le damos, empresarios y trabajadores. Tenga en cuenta que ya quedan exentas las salidas a fumar o al café, incluso en algunos casos las llamadas telefónicas. Esta herramienta infernal que nos va a retratar a todos va muy en la senda de cumplir con la productividad. Esto convencido de que se notará un cambio en la productividad. Es verdad que en un sector servicios como el turismo será difícil, pero ahí el empresario también tendrá que invertir en nuevos sectores productivos, porque tenga en cuenta que las formas de trabajo están cambiando”.

-Ustedes, el Colegio me refiero, fueron de los primeros que criticaron la excesiva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ¿siguen opinando lo mismo?
“Sí, recibimos muchas críticas porque muchas veces opinar lo contrario es recibir críticas. Lo que vinimos a decir es que siempre que se han hecho subidas del SMI iban unidas a un estudio de impacto normativo calculado y consensuado y, en este caso, no fue así. La subida fue una decisión politica. No le digo que les haya salido mal, a lo mejor, hasta les salió bien, pero éstas subidas irreflexivas no puede ser la senda seria de la política económica de un país; ni subir números redondos sin que haya un estudio de impacto normativo. Ésta forma de actuar nos pone nerviosos”.

-¿Se ha notado ya el impacto en Canarias?
“Es pronto, pero mire, Canarias no tiene multinacionales, hay mucha pyme. La gente que trabaja con el SMI es la gran mayoría y normalmente suelen tener el mismo perfil: mujer, mayores de 45, con poca cualificación y cargas familiares y que no tiene manera de acceder a un puesto cualificado. La objetividad de los números nos dice que si se obliga a un pequeño empresario que tiene a su cargo a un empleado con SMI y no me salen las cuentas, al final prescindiré de ella, por lo que ¿a quién perjudico? al más desfavorecido. Tampoco la comparación con otros países es real, porque fíjese el salario mínimo se calcula en España a 14 pagas por lo que este aumento será de 1.050 euros al mes. Estamos por encima de EE.UU. y de otros siete países. Nuestra situación económica no se corresponde con este estatu. No se puede sobrecargar a un tejido empresarial al que ya le cuesta salir adelante. Las grandes cadenas, además, no pagan a SMI; los políticos sí. Hay que subirlo pero de manera consensuada y progresiva”.

¿Es posible llegar a una tasa de paro del 12% en 2023 como prometió en campaña electoral el presidente en funciones del Gobierno de Canarias, Fernándo Clavijo?
“Le insisto, el votante es mayor de edad. Un político no maneja la economía, ni las cifras del paro,ni el PIB. Que un político se ponga esta mochila tan pesada encima hoy en día y con todos los condicionantes externos que tenemos encima es arriesgado ¿De quién depende la creación de empleo? ¿De Clavijo o del tejido empresarial y de la oferta de trabajo?. El Gobierno puede hacer políticas que ayuden, pero es señor Clavijo no es empresario ni crea empleo, es presidente del Gobierno”.

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