Con la firma esta semana por parte del Cabildo y los tres ayuntamientos del Valle de Güímar (Arafo, Candelaria y Güímar) del plan de etapas del saneamiento en el Polígono Industrial, se firmó de manera definitiva la construcción de la Edari (Estación de aguas residuales e industriales) para frenar los vertidos al mar, que se seguirán realizando, con la autorización del emisario submarino, hasta que esté construida dentro de dos meses.
Manuel Martínez, consejero de Aguas en funciones del Cabildo, afirma que dejará el cargo “satisfecho de encaminar un problema medioambiental grave”, aunque advierte de que “no resuelto todavía” porque se ha firmado la construcción de la Edari para poder pedir la autorización de vertidos, pero recuerda que “todavía falta desbloquear el asunto de las competencias”, porque aunque el Cabildo hará frente a los 6,9 millones de euros que cuesta construir la Edari, según él, “hasta entonces serán los ayuntamientos los que se hagan cargo del mantenimiento y vigilancia del emisario submarino y sus vertidos”, e incluso va más allá: “una vez esté terminada la depuradora industrial, serán los ayuntamientos los que con sus tarifas de saneamiento a las empresas y vecinos se hagan cargo de los costes, con una corresponsabilidad del Ciatf, en caso de que no puedan”.
Precisamente este aspecto económico y competencial es el que ha dilatado la firma del convenio entre los ayuntamientos y el Consejo Insular de Aguas, sobre todo porque Güímar, a tenor de una decisión del Ministerio acerca de quien tenía que pagar la multa de la Unión Europea, insiste que “la competencia es supramunicipal, no de los ayuntamientos”. Manuel Martínez se reafirma en que “el Plan Hidrológico de Tenerife recoge que el saneamiento y el alcantarillado es una competencia municipal”, por lo que han recurrido la decisión del Ministerio que les reclama la multa inicialmente impuesta al que denominó Ayuntamiento Valle de Güímar.
Este es uno de los “bloqueos” de los que habla Martínez, aunque se haya firmado el convenio imprescindible para pedir la autorización del emisario y dar viabilidad a la construcción de la depuradora.
“A partir de aquí, Güímar puede iniciar un expediente vía patrimonial a la administración que considera oportuna”, para reclamar lo que vaya a pagar.
La depuradora comarcal para 2020
La obra de la depuradora comarcal está previsto que se concluya a finales de este año y tras los seis meses de prueba de la instalación, estaría a pleno rendimiento a lo largo del año 202, después de 25 años que se dejó abandonada en suelo de Arafo. El Ciaft propone con ella mejorar el sistema de saneamiento y depuración en esta comarca de forma unitaria y en dos fases, con el compromiso de que Arafo, Candelaria y Güímar, conecten su red de saneamiento a la depuradora. Gracias a esta actuación en la depuradora comarcal del Valle de Güímar, el efluente hasta 7.000 metros cúbicos agua/día será tratado conforme a los requisitos que dimanan de la normativa vigente en materia de depuración y vertido, y con calidad para la reutilización del agua regenerada.
Tras completar la primera fase, la segunda fase ya proyectada tiene como horizonte el año 2027 y supondría una ampliación de una línea más de 3.500 metros cúbicos al día.
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