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Carme Gallart (IAC): “En nuestra galaxia hemos podido ver con más precisión todos los detalles de su formación”

Para la investigadora del IAC Carme Gallart, “el hito es poder comprobar exactamente cuándo ocurrió y qué masa tenía esa galaxia que se fusionó, denominada Gaia-Encélado, con el progenitor principal”
La investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, Carme Gallart. | DA

Hace unos 13.000 millones de años el Universo era muy distinto al que hoy conocemos. Se formaban las primeras galaxias enanas, cuya fusión daría lugar a las galaxias actuales. Sin embargo, la cadena de acontecimientos que modeló la Vía Láctea era un misterio, hasta ahora.

Esta historia, relatada como si fuera un cuento infantil, fue lo que sucedió en nuestra Vía Láctea: “Érase una vez una galaxia que se estaba formando. Llegó otra galaxia más pequeñita y se juntaron. A partir de ahí, la galaxia grande, que recibió un poco de masa de la pequeña, empezó a crecer más, y luego siguió evolucionando”, así lo explicaría a DIARIO DE AVISOS la investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, Carme Gallart. “Éste ha sido un trabajo muy bonito que nos permite imaginar cómo era la Vía Láctea al principio de su historia y, además, es un resultado que es fácil de explicar. El hecho de que una galaxia se come a otra”.

Para la investigadora del IAC, “el hecho de que las galaxias se formen a través de la fusión con galaxias más pequeñas, es algo que predicen los modelos de evolución y que hemos visto en galaxias externas. El hito es poder comprobar que esto también ha ocurrido en la nuestra y ver exactamente cuando ocurrió y qué masa tenía esa galaxia que se fusionó (denominada Gaia-Encélado). Esos detalles en galaxias externas son más difíciles de saber, pero en nuestra galaxia lo hemos podido ver con más precisión”, señaló emocionada.

“Lo interesante de este trabajo es haber podido ver todo este trabajo en la Vía Láctea, determinando todo con mucha más precisión, es decir, podemos ver más matices y detalles y, por tanto, saber con mayor precisión lo que ha pasado y así entender mejor cuáles son los procesos físicos que llevan a estos eventos. Podemos acotar los fenómenos físicos que están detrás y nos permitirá crear modelos para entender mejor lo que ocurre cuando dos galaxias se fusionan, y qué procesos llevan en la formación de estrellas”.

Meses de trabajo

Este es un proyecto que deriva de un trabajo de muchos años de estudio de la formación estelar (ver a qué ritmo la galaxia ha formado sus estrellas) y se ha realizado a galaxias del grupo local (cercanas a la Vía Láctea). “Todo ese trabajo de estudio ha logrado que se pueda determinar su distancia. Están tan lejos que no notamos la distancia. Y para hacerlo fue fundamental hacer las distribuciones de edad de las estrellas. Para ello hace falta ver la distancia y la luminosidad y el color, y compararlo por medio de modelos de evolución estelar. (La luminosidad de las estrellas y su color nos da su edad, ya que que a lo largo de su vida y dependiendo de su masa, las estrellas cambian su luminosidad y color). Para galaxias externas es fácil, pues una vez conocida la distancia se puede usar la misma para todas sus estrellas.

Sin embargo, para la Vía Láctea, cada estrella está a una distancia diferente, debido a que estamos dentro de ella. Así que la clave para poder aplicar la técnica que llevamos usando hace 20 años, es calcular la distancia de las estrellas una a una. Los datos facilitados por el telescopio espacial Gaia nos ha permitido hacerlo. A partir de ahí, hemos podido calcular, a través de esas distancias, la luminosidad de cada estrella individualmente, su luminosidad y color”.

Aplicando la técnica ‘de toda la vida’ para calcular las edades ha permitido “desvelar la distribución de las estrellas que pueden tener la misma edad, como las del halo de la Vía láctea -que habían sido lanzadas por el impacto a ese lugar-, mientras que las del disco de la Vía Láctea habían mantenido su formación estelar un tiempo más, incluso incrementando su nivel de formación estelar debido al gas que anexó de la galaxia pequeña”.

DIFERENTES EDADES

Este descubrimiento abre nuevas vías de trabajo, ya que hasta ahora “hemos estudiado esos primeros 3 o 4 mil millones de años de la Vía Láctea. Las galaxias tipo disco, como la Vía Láctea, es como una tortilla de papas dentro de una bola de playa enorme. La tortilla es el disco de la Vía Láctea y la bola el halo. En este disco hay otros dos discos, el fino, que está más cerca del plano de la galaxia, se están formando estrellas actualmente, mientras que en el disco grueso, es donde hemos visto que desde hace entre 6 y 8 mil millones de años ya no se están formando estrellas.

Ahora estudiaremos cómo ha evolucionado ese disco de la Vía Láctea y cómo cambian las edades de la distribución de estrellas desde el disco fino al disco grueso, para ver en detalle cómo se formó. Si ponemos el ejemplo de una ciudad, nos permitirá analizar la edad de sus habitantes y deducir en qué época nacieron más niños”, finalizó Gallart.

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