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Cruz Roja estrena en el Sur un plan para formar a mujeres maltratadas

El programa, pionero en la comarca, preparará entre mayo y diciembre a una treintena de víctimas de violencia de género para facilitarles la posibilidad de encontrar un trabajo
Imagen de un proyecto anterior de formación de Cruz Roja. DA
Imagen de un proyecto anterior de formación de Cruz Roja. DA
Imagen de un proyecto anterior de formación de Cruz Roja. DA

Cruz Roja acaba de poner en marcha un proyecto de empleo, pionero en el Sur, orientado a la formación de las mujeres que han sufrido violencia de género en la comarca.

El programa, coordinado por una trabajadora social y arropado por un equipo de voluntarios, incide sobre aspectos como la autoestima, la motivación, la valoración de habilidades y la preparación para entrevistas de trabajo, a través de diferentes talleres, tanto individuales como en grupo, con el fin de facilitar su acceso al mercado laboral. El asesoramiento, desde aspectos tan básicos como hacer un currículum, es otro de los puntos fuertes de este plan, subvencionado íntegramente por Bankia.

Las previsiones de Cruz Roja apuntan a que de la treintena de mujeres que participarán en el proyecto, que empezó el pasado mes de mayo y concluirá en diciembre, al menos la mitad consiga una oportunidad laboral antes de que concluya el año. El coordinador de la organización humanitaria en la comarca de Abona, José Luis Camisón, confirmó a este periódico que en los últimos años ha aumentado el número de mujeres víctimas de malos tratos que son derivadas a proyectos de Cruz Roja en la comarca.

“Por suerte, las víctimas de violencia de género se atreven a denunciar cada vez más”, sostiene el coordinador, que no duda en afirmar que la zona meridional de la Isla es una de las más afectadas por esta lacra social.

Además de ese proyecto, que lleva poco más de un mes en marcha, Cruz Roja cuenta también con el Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de violencia de género (Atenpro), que ofrece una atención inmediata ante el riesgo de una agresión las 24 horas del día, los 365 días del año y en cualquier lugar en el que se encuentren las víctimas.

La activación de este dispositivo por parte de la mujer pone en marcha todo el protocolo de intervención para recortar al mínimo los tiempos de respuesta a la hora de personarse en el lugar desde el que se ha activado la alerta.

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