Gabino R.M. el infortunado taxista chasnero cuyo cadáver fue descubierto a primera hora del pasado miércoles en su casa de San Isidro (término municipal de Granadilla de Abona), murió como consecuencia de una brutal paliza ejercida, fundamentalmente, a base de patadas.
Así se desprende del minucioso examen realizado en la escena del crimen por los especialistas de la Guardia Civil y por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, a la espera de que los resultados finales de las pruebas que componen todo el informe en que consiste una autopsia confirme unos términos que, visto lo visto, no se estima que cambien en lo fundamental.
Según fuentes cercanas a la investigación de este crimen, en la vivienda de la calle de Los González que habitaba desde hace no mucho tiempo Gabino se vivió, durante la madrugada del pasado miércoles, un auténtico infierno, dado que la víctima presenta (como ya anticipó ayer DIARIO DE AVISOS) llamativos traumatismos en la zona del rostro, pero además presenta la rotura de varios huesos que, en principio, se achacan a los durísimos golpes que recibió.
Además, la investigación ha permitido avanzar en otros aspectos, como por ejemplo que la víctima, un varón de 64 años de edad y natural de San Isidro, apenas pudo defenderse de la brutal agresión, si bien tiene cortes en los brazos que pudieran ser originados en una maniobra defensiva, sin duda desesperada ante una agresión tan violenta como la que nos ocupa.
Hay que tener en cuenta que, en principio, se dudó entre si la muerte había sido causada por los golpes o por las heridas de arma blanca que presentaba (un total de cuatro), pero un análisis más detenido ha inclinado la balanza en favor de la tesis de la paliza a base de patadas.
A este respecto, otro dato que ayer trascendió apunta a que el arma blanca que se utilizó para infligir tales heridas puede ser una herramienta encontrada en el garaje de la vivienda donde se encontró el cadáver.
Ahora quedan dos dudas básicas por resolver. Una es, claro está, si hubo uno o más agresores de Gabino aquella terrible madrugada en su vivienda.
La otra es por qué tuvo lugar semejante crimen. Aunque sigue sin descartarse hipótesis alguna, lo cierto es que, desde un primer momento, se trabaja en un posible robo en domicilio que degeneró en violencia al ser sorprendido el ladrón (o los ladrones) por Gabino, quien al parecer llegó a la vivienda ya entrada la madrugada. A este respecto, hay que tener en cuenta que Gabino, cercano a la jubilación, trabajaba como taxista ahora para el municipio de Adeje, si bien la mayor parte de su trayectoria laboral transcurrió en Granadilla.
El hecho de que la muerte haya sido consecuencia de un ataque tan violento no solo no descarta la hipótesis del robo, sino que encaja en la misma. Si se confirma el uso de una herramienta obtenida en el mismo garaje, podría tratarse de un indicio más de que el malhechor o malhechores actuaron de forma improvisada.
Sea como fuere, ahora es tiempo para que los especialistas de la Guardia Civil en funciones de Policía Judicial profundicen en su trabajo que, salvo contadas excepciones, siempre se resuelve satisfactoriamente.
Un vecino conocido y apreciado en su San Isidro natal
El varón de 64 años de edad cuyo cuerpo sin vida fue hallado a primera hora de la mañana del pasado miércoles en su vivienda de San Isidro era Gabino, que había nacido en esta localidad chasnera, donde era apreciado y bien conocido por sus vecinos, que no dudaban en recurrir a sus servicios como taxista cuando así les era necesario.
Próximo a la jubilación y actualmente trabajando en Adeje, Gabino estaba separado de su mujer, con la que tiene una hija, hoy estudiante en Ávila. Aunque, al parecer, fue la esposa quien descubrió el cuerpo sin vida, fue un vecino el que finalmente dio la voz de alarma a las autoridades.
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