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Anselmo Fariña:“Lo que pase en el Sahara no es algo ajeno a Canarias; nuestro futuro está en juego”

El profesor Anselmo Fariña, activista en pro de la causa saharaui, es una de las personas que mejor conoce los orígenes y la historia de la lucha de este pueblo
SAHARA

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El apoyo a la lucha que el pueblo saharaui viene manteniendo desde hace 44 años tiene muchas vertientes. Posiblemente Canarias sea una de las regiones donde el apoyo, fundamentalmente social, de colectivos y asociaciones ha sido más constante y activo. La cara más visible, y quizás más amable de la solidaridad canaria con el Sahara, es el programa Vacaciones en paz, que ha permitido a varias generaciones de niños saharauis convivir con familias canarias los meses más duros del verano argelino. El profesor Anselmo Fariña es una de las personas que mejor conoce los orígenes y la historia de la lucha de este pueblo.

-Fundamental, sin duda, es el papel que desempeña y sigue desempeñando la ONU.

“La ONU es un organismo internacional con una capacidad muy limitada para conseguir que sus principios se apliquen a las relaciones internacionales. Emite resoluciones de gran trascendencia a través de la Asamblea General, donde todos los Estados están representados en pie de igualdad, pero después el que puede adoptar mecanismos de coerción es el Consejo de Seguridad, en el que cinco países siguen teniendo derecho de veto. En el caso del Sahara Occidental, Francia es la potencia con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, que ha bloqueado cualquier solución que permita ejercer el derecho de autodeterminación al pueblo saharaui, e incluso que la Minurso (la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental), vele por el respeto a los derechos humanos o que se ejerza presión sobre Marruecos para que cumpla con lo que ha firmado, como es el caso de los compromisos del Plan de Arreglo, que establecía un período de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sahara Occidental eligiera entre la independencia o la integración con Marruecos. Francia puede actuar de esa manera porque España no actúa como potencia administradora y no expresa su voluntad de completar el proceso de descolonización”.

-¿Cuál fue el verdadero motivo de la Marcha Verde?

Mas allá de ensoñaciones imperialistas de un Gran Marruecos, hubo dos motivos por los que el Departamento de Estado de EE.UU. diseñó la Marcha Verde. Por un lado, evitar a toda costa que se creara un corredor de países independientes desde Libia hasta el Atlántico, y por otro, garantizarse el control de las riquezas naturales ya en explotación en ese momento en el Sahara Occidental -pesca y fosfatos-, más las que potencialmente pudiera tener”.

-¿Qué planteamientos tienen los sectores progresistas marroquíes respecto al tema saharaui?

“En Marruecos están cambiando las cosas, aunque sea imposible verlo si nuestra única fuente de información son los grandes medios de comunicación internacionales. Siempre se nos ha dicho que la cuestión del Sahara es un asunto que unifica al pueblo marroquí tras su rey. Pues bien, desde 2011, y especialmente tras los amplios y profundos movimientos de protesta que existen actualmente en Marruecos, esos dos consensos están en entredicho. Muchas personas que han dado voz al movimiento conocido como Hirak han manifestado que el asunto de la independencia del Sahara es de la incumbencia de los saharauis. España, Europa, ese espacio político y económico que llamamos Occidente, están cometiendo el error fatal de asociar la estabilidad de Marruecos con apoyo a una monarquía feudal y expansionista. El pueblo marroquí ha perdido el miedo al Estado porque su situación de miseria no mejora”.

-¿Lo que ocurre en el Sahara cómo afecta a Canarias?

“No es algo ajeno. Nuestro propio futuro está en juego si el Noroeste africano no se convierte en una zona de estabilidad que permita abordar el desarrollo de nuestros vecinos, lo que a su vez repercutiría positivamente para Canarias. Y el principal obstáculo a esta estabilidad es el régimen imperante en Marruecos, que con sus ansias expansionistas amenaza la paz en la zona. Cuando se produjo la venta del Sahara por España en 1975, Canarias se sintió amenazada en cuanto a su propio futuro y vivió la traición al pueblo saharaui como un aviso de lo que un día podía pasarnos a nosotros. El compromiso del pueblo canario con la causa saharaui es ampliamente mayoritario y se expresa tanto en términos de apoyo a sus justas demandas como en ayuda humanitaria. Desde las Asociaciones de Amistad y Solidaridad trabajamos para que las nuevas generaciones canarias conozcan la historia de nuestros lazos con el pueblo saharaui”.

-Ha habido épocas en las que el pueblo saharaui pensaba volver a la guerra como única manera de lograr la libertad.

“La pasividad de la ONU y la llamada comunidad internacional ante los desmanes de Marruecos, la prolongación por más de 40 años del exilio en la dura Hamada argelina y de la ocupación, el saqueo de sus recursos… hace que cada vez sectores más amplios del pueblo saharaui, especialmente entre la juventud, estén planteando la conveniencia de volver a la guerra. Es nuestra responsabilidad presionar a nuestros gobernantes para que este conflicto se resuelva de una vez mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, tal y como ha señalado la ONU desde 1963. Volver a la guerra sería una tragedia terrible en términos humanos y una catástrofe para nuestras islas, que pasarían a ser fronterizas con un conflicto que no se limitaría al territorio del Sahara Occidental. La guerra tiene que ser despejada del horizonte mediante la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas”.

-Finalmente le preguntamos por la posición actual de los países africanos de la UA.

“La República Saharaui es miembro fundador de la Unión Africana y Marruecos, que no participó en su creación, se incorporó a este organismo en enero de 2017, sin plantear ningún tipo de reservas, es decir, aceptando plenamente su acta constitutiva del 2000, en la que se afirma taxativamente que los Estados miembros se comprometen a respetar la integridad territorial de los restantes Estados y que las fronteras heredadas del colonialismo son intangibles. Con esto pareciera que Marruecos, a pesar de lo que dice su propaganda, se ha obligado a respetar a la República Saharaui. En realidad, desde entonces ha intentado por todos los medios modificar la posición de la UA, favorable a jugar un papel activo en la solución del conflicto del Sahara Occidental sobre la base del respeto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, sin que hasta el momento haya conseguido torcer esta voluntad. Es más, la UA creó, en su cumbre celebrada en 2018 en Nuackchot, un mecanismo africano para el Sahara Occidental con el fin de contribuir a la búsqueda de una solución pacífica, justa y permanente al conflicto”.

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