Diana Sánchez cumplía condena por suplantación de identidad en la cárcel de Denver (EEUU) y antes de entrar ya había advertido a las autoridades que estaba embarazada de 8 meses y tenía contracciones, pero nadie le hizo caso.
La mujer de 27 años dio a luz en una celda tras pasar horas pidiendo auxilio entre gritos de dolor mientras los guardias contemplan la escena sin intentar ayudarla en ningún momento.
Las cámaras de seguridad de la prisión captaron el momento en el que Diana tiene que bajarse la ropa interior y tiene que parir completamente sola, a pesar de haber pedido que la llevaran al hospital momentos antes. Es en ese momento cuando uno de los agentes decide llamar a un sanitario, que para cuando llega no puede hacer otra cosa que sujetar al bebé en los momentos finales.
Pocos días después del parto, fue liberada.
Los hechos se produjeron en julio del año pasado, pero las imágenes no habían visto la luz hasta esta semana, cuando la joven ha demandado al departamento de prisiones correspondiente a la localidad por negarle atención médica.
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