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Depedro: “La cultura del éxito y del ‘más es mejor’ es completamente absurda”

Depedro (Jairo Zavala, 1973) visita Tenerife, isla donde vivió un año y medio de pequeño, como cabeza de cartel de la cuarta edición del Phe Festival
Javier Zalaya, Depedro

Javier Zalaya, Depedro

Depedro (Jairo Zavala, 1973) visita Tenerife, isla donde vivió un año y medio de pequeño, como cabeza de cartel de la cuarta edición del Phe Festival. El músico madrileño, directo desde el barrio de Aluche, animará el Puerto de la Cruz en esta noche calurosa de verano con los temas de su último disco, Todo saldrá bien, un recopilatorio grabado en un par de días en Estudio Uno y para el que contó con un elenco de colegas artistas de la talla de Vetusta Morla, Coque Malla, Luz Casal, IZAL o Amparo Sánchez (Amparanoia).

-¿De dónde viene el nombre de Depedro?
“Es simplemente un nombre que le di a mi proyecto porque en un principio no tenía idea de qué proyección iba a tener y si iban a formar parte más personas de él”.

-¿Dónde prefiere tocar, en salas pequeñas o en grandes festivales como el Phe?
“Me da igual. Soy consciente de lo afortunado que soy de tener la oportunidad de tocar y no voy a estar con remilgos. Intento disfrutar de cada momento. Cada actuación es diferente y me adapto y aprendo de cada momento. Lo disfruto sabiendo el valor que tiene”.

-Lleva viviendo de la música desde los 19 años. ¿Se considera un privilegiado?
“Mucho. Mantener un estilo de vida basado en lo que te gusta creo que es un privilegio tremendo. Por supuesto que hay mucho trabajo, existe y siempre lo ha habido, pero desde luego soy muy afortunado”.

-¿En sus comienzos pensaba en el éxito inmediato o buscaba más esta carrera de fondo?
“No ha habido una intencionalidad nunca, de nada. Ni del éxito. Es que la búsqueda de los finales son siempre muy aburridas, porque si llegas al final se acaba todo ya. No tengo ningún interés de llegar al final rápidamente. La cultura del éxito y del más es mejor es completamente absurda. Lo mío siempre ha sido un tránsito por carreteras secundarias y estoy muy a gusto. Como vas más lento, te da tiempo a conocer a las personas con las que compartes el camino. Enriquecen mi maleta, la llenan de historias”.

-Se lo preguntaba porque parece que ahora en la industria musical solo importa el éxito inmediato.
“Eso es el show business. La música no tiene nada que ver. Son dos cosas diferentes. Una cosa es lo que se apoya en los medios a tope y otra cosa es la música. Yo me considero un músico, de siempre, desde que empecé. No un asalariado del éxito”.

-Antes comentaba que ese camino lento le ha hecho conocer a personas dentro de la música, y ahora saca un disco con alguno de ellos.
“El circuito musical tampoco es tan grande y nos conocemos casi todos. Yo tuve la suerte de que en el momento en el que se decidió hacer el disco esos compañeros fueron tan generosos de prestarme su talento y dijeron que sí. Soy muy consciente de lo difícil que es hacer eso, y más en dos días que se pudo coordinar a todo el mundo. Y sí, con muchos de ellos hablo todos los meses. Son parte de mi entorno musical, ya sea personal o que me han influido e inspirado”.

-Una de ellas, Amparo Sánchez, le presentó al grupo Calexico, al que se unió y posteriormente le han acompañado en algunos discos y giras
“Amparo y yo hicimos una canción juntos que Calexico comenzó a versionar y bueno, pues eso fue el principio de mi relación con ellos. No han estado en este disco porque fue imposible, pero sí que han estado en muchos anteriores. Y hay una canción, Flores y Tamales, que la compuse con ellos, que la metí para tenerlos presentes”.

-Cuando estaba con ellos dio la vuelta al mundo tocando.
“Con Depedro también he girado por todo el mundo, pero sí es verdad que ellos fueron los primeros que me dijeron que podía hacerlo, y abrieron una puerta en mi cabeza que elimina limitaciones personales, y eso se lo voy a agradecer toda la vida”

-Ha viajado por todo el mundo, su abuela le ponía habaneras, su madre música africana… Supongo que sus influencias han sido bastante variadas.
“Siguen siéndolo. Sigo siendo un aprendiz, ese chaval curioso que mira, escucha isas canarias, que intenta aprender a tocar el timple. Una vez recuerdo que en Fuerteventura, en Cofete, me encontré con un hombre muy grande, que debía ser luchador canario porque era gigante, un hombre montaña. Y agarró el timple y le dije “Dios mío, cómo puedes tocarlo tan bien si tu mano es enorme”. Hay que estar atento porque nunca sabes cuándo algo te va a sorprender creativamente”.

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