Es la atracción de los bañistas de El Médano estos días. Desde hace una semana, cuatro crías de tiburón cazón, de medio metro de longitud, se dejan ver por la orilla de la playa y hasta conviven con los bañistas con total normalidad.
Por momentos reúnen a numerosos curiosos en la zona de la costa donde los lleva la marea, junto a los riscos en los que están los pilares que sustentan el hotel Médano, en la misma orilla y donde la profundidad del mar no supera el medio metro en su parte más honda. Es un espectáculo que ni los bañistas más veteranos recuerdan haber visto en la playa granadillera, convertida, en los últimos coletazos de agosto, en una guardería de pequeños tiburones que conviven sin problema con los numerosos bañistas. De momento no dan muestras de querer irse.
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