justicia

Culpable de asesinar con alevosía al niño Gabriel

El jurado popular emite veredicto de culpabilidad contra Ana Julia Quezada y se da por hecho que será la primera condenada con prisión permanente revisable
Ana Julia Quezada. DA
Ana Julia Quezada. DA
Ana Julia Quezada. DA

Tras el veredicto de culpabilidad emitido ayer por un tribunal de jurado popular, según el cual se considera a Ana Julia Quezada como la asesina del niño Gabriel Cruz, de 8 años de edad, todo apunta a que la magistrada que juzga este mediático caso le impondrá, a la hora de dictar sentencia, una pena de prisión permanente revisable, tal y como solicitan las dos acusaciones presentes en este proceso. En caso de ser así, Quezada sería la undécima persona (y la primera mujer) que recibe esta pena, una modalidad española de la cadena perpetua, desde que se reinstauró en nuestro país hace cuatro años gracias a una reforma del Código Penal aprobada con el único apoyo del PP. La prisión permanente revisable es aplicable a delitos como los homicidios terroristas, los cometidos contra el rey y sus herederos, el genocidio, los crímenes de lesa humanidad con homicidio, y los asesinatos agravados, y la pena implica el cumplimiento íntegro de entre 25 y 35 años de cárcel. A partir de entonces se revisa la condena, pero el preso sigue en la cárcel si no se cumplen los requisitos para la libertad. Desde su aprobación, en diez ocasiones se ha aplicado la condena a prisión permanente revisable, aunque en uno de los casos el Tribunal Supremo la revocó y la sustituyó por 23 años de prisión. Curiosamente, se trata del único caso acaecido en los tribunales canarios, y corresponde al terrible asesinato de un conocido carnicero de Icod al que masacró cobardemente en su silla de ruedas Sergio Díaz Gutiérrez (24 años) para vengarse de la nieta de la víctima, quien con evidente buen criterio no quería saber nada de este sujeto.

De las otras nueve condenas, cabe recordar que el primero fue el conocido como parricida de Moraña, David Oubel, quien confesó haber matado brutalmente a sus dos hijas, Candela y Amaia, de 9 y 4 años, usando una sierra radial eléctrica y un cuchillo de cocina, después de haberlas drogado previamente para reducir sus posibilidades de defensa en Moraña (Pontevedra). A continuación llegó la sentencia por el caso icodense, ya citado, para seguir en Álava con un profesor de música, Daniel M., quien tiró por la ventana a una bebé de 17 meses en Vitoria en 2016. Luego llegó el parricida de Oza-Cesuras, un hombre que asesinó a su hijo de 11 años en dicha localidad gallega; para seguir con el descuartizador de Pioz, Patrick Nogueira, que a sus 21 años mató a sus tíos Marco y Janaina y a los dos hijos menores de la pareja -de 1 y 4 años de edad- en agosto de 2016. Más tarde tuvieron tal pena un hombre que violó y asesinó a una mujer medio inconsciente en Barcelona; el asesino de Huércal de Almería, un joven acusado de violar y degollar a su excompañera sentimental; el asesino y violador de Pilas (Sevilla), por intentar violar y después asesinar a una mujer en marzo de 2017; el parricida de Toledo, un hombre que asesinó a su esposa, aquejada de la enfermedad de Ménière, en la localidad toledana de Mora, y, por último, el asesino de la niña Sara, que era la pareja de la madre: violó y maltrató a la pequeña hasta acabar con su vida.

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