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El día que en La Gomera no se oyó ni el silbo

El triste balance final de 20 muertos en el incendio de Agando del 11 de septiembre de 1984 dejó a la Isla muda de dolor
El incendio de Agando terminó dejando una cifra total de 20 víctimas, tras el fallecimiento, poco después del 11 de septiembre, de tres de los heridos. Pablo Afonso
El incendio de Agando terminó dejando una cifra total de 20 víctimas, tras el fallecimiento, poco después del 11 de septiembre, de tres de los heridos. Pablo Afonso
El incendio de Agando terminó dejando una cifra total de 20 víctimas, tras el fallecimiento, poco después del 11 de septiembre, de tres de los heridos. Pablo Afonso

“Lo viví en mis propias carnes. Esos jóvenes que se quemaron, esa cantidad de gente que se devoró el fuego…en el pueblo de San Sebastián solo se oía el zumbido de las moscas, la gente no teníamos ni valor, ni ánimo para hablar ¡Qué horror!”, escribe Marioli Negrín Trujillo, una de tantos gomeros que recuerdan la mayor tragedia jamás vivida en la Isla y el incendio forestal con más víctimas habido nunca en España: 20 muertos.

El próximo miércoles, 11 de septiembre, se cumplen 35 años del incendio de Agando. Un suceso que se llevó la vida de 20 personas, la mayoría de ellos jóvenes gomeros, que fueron trasladados hasta esta zona próxima al Parque Nacional de Garajonay para participar en labores de extinción. También fallecieron el entonces gobernador civil, Francisco Afonso, y otras autoridades, así como un grupo de amigos de Tenerife, calcinados en un coche cuando querían huir de la bola de fuego que les atrapó en el kilómetro 18 de la G-2. El fuerte viento que soplaba en la zona conocida como Los Roques (Agando y Ojila) sorprendió a los trabajadores y voluntarios con una bocanada de aire caliente que impulsó el fuego hacia la carretera e impidió eludir las llamas.

Una escultura de acero en la que están inscritos los nombres de todos aquellos que perdieron la vida, realizada por el artista José Abad, recuerda el triste acontecimiento y cada 11 de septiembre, desde entonces, el que fuera chófer del Cabildo, deposita en nombre de todos los gomeros una corona de flores.

A las 23.20 horas del 11 de septiembre de 1984, León Sosa, funcionario del Icona, y Jefe de Comarca de la isla, recibe una llamada telefónica de Ramón Cubas, jefe de Zona de Vallehermoso, indicándole que Manuel Torres, capataz del retén nocturno de Chipude, ha detectado un foco de fuego en las últimas casas del barrio de La Laja (en la zona conocida como Dehesa de Manco), en el municipio de Sebastián de La Gomera.

El monumento, que recuerda a los fallecidos, con una corona de flores. DA
El monumento, que recuerda a los fallecidos, con una corona de flores. DA

En un primer momento se defienden las viviendas de La Laja apagando el flanco inferior del fuego, pero el incendio se propaga rápidamente hacia Las Nieves y Degollada de Peraza, siendo imposible actuar por la velocidad que el viento imprime al incendio y a primera hora de la tarde del 11 ya se empiezan a contabilizar víctimas. Mientras, se había tocado arrebato en la capital y en Hermigua y un coche con altavoces convocaba a los vecinos a acudir al monte.

“Creo que fue un cúmulo de cosas, pero lo principal es que mucha gente no debía haber estado allí”, asegura Pio Martín, uno de los voluntarios, quien incluso afirma que, en el caso del gobernador civil, este insistió en pasar y no esperar a que los técnicos apagaran el fuego. A la gente que conocía el terreno como los de Icona, que ninguno se quemó, no les hicieron caso”.

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