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Moncho Borrajo: “En España hay dos tipos de cómicos, los que están en el Congreso y los que están en el teatro”

Ramón -Moncho- Borrajo, humorista y escritor

No son buenos tiempos para el humor, mejor dicho, para lo políticamente correcto en el humor, sobre todo para alguien como él, que “no se casa con nadie”. Pero con más de 50 años haciendo humor a sus espaldas, el cómico gallego afincado en Tenerife desde hace tres décadas, concretamente, en Los Realejos, puede darse el lujo de decir lo que piensa y más en un país donde la política y la actualidad dan mucho juego. Y así lo hizo hace dos semanas, al dedicarle unos versos que desataron polémica al presidente, Pedro Sánchez, por estar de vacaciones durante el incendio que asoló a la isla de Gran Canaria. El 27 de septiembre estrena en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna su último espectáculo Borrajo+ perdido, en el que -asegura- se aleja de la política.

-¿Está más perdido que nunca?
“Estamos llegando a un momento en el que no se puede opinar, en donde hay más censura de lo que pensamos, donde lo políticamente correcto es una trampa para la libertad y lo que pretendo en el espectáculo es burlarme de esa censura haciéndole caso. Al empezar, la gente tiene que votar, con lo cual ya es un cachondeo en un país donde seguramente tengamos que volver a hacerlo. Además, vivimos en una sociedad totalmente intolerante. Yo defiendo el ‘no es no’ en las mujeres, pero la gente no ha aprendido a diferenciar cuando realmente lo es. No puedes hacer un chiste de cojos porque te critican, si hablas de homosexuales, te acusan de homófobo, si le escribes al presidente, uno te ataca, otro te insulta y yo les contesto. Estoy perdido porque estoy harto de que me roben, me censuren, me atraquen, de que se burlen de lo que voto, porque vote a quien vote, hacen lo que les da la gana”.

-¿Habrá nuevas elecciones ?
“Creo que sí y por una razón, porque se han encontrado dos egocéntricos tremendos, como son Los Picapiedras (irónicamente Pedro Sánchez y Pablo Iglesias) aunque algunos se enfaden cuando los llamo así. No se van a entender porque tienen dos egos desorbitados”.

-Cuesta creer que en su nuevo espectáculo se aleje de la política…
“Mas bien de los políticos, porque el público te lo pide. Está empezando a cansarse porque cuando lees lo que escriben Cs, Podemos, el PP, el PSOE y VOX, piensas que salvo dos o tres cositas, todos los programas son iguales. A ello hay que añadirle que Unidos Podemos es ahora Unidas Podemos. ¿Entonces le tengo que hablar en femenino a Pablo Iglesias? Estamos llegando a un punto que es preocupante, no tengo ideas pero no me gustan las tuyas. Y no es que no las tengan, se las han impuesto, se las manda el partido y encima, te las tragas. Unos partidos políticos que son piramidales no tienen sentido”.

– ¿No está de acuerdo con el lenguaje inclusivo?
“No lo entiendo, sobre todo porque el español es el único idioma del mundo que tiene masculino, femenino y neutro, el lo. Ésta es una moda absurda”

-Hace dos años le escribió una carta a Pablo Iglesias, ahora un poema a Pedro Sánchez, le quedan Pablo Casado y Albert Rivera. ¿A qué espera?
““Les he escrito cositas. Y al de VOX. El otro día dije en un espectáculo que había salido una nueva crema solar, el aftersun VOX, ‘la única crema que no te pone rojo’. Me meto con todos. Yo he sido una persona que he intentado ser coherente y consecuente toda mi vida. No creo que encuentren una foto mía con algún político y si lo hacen es porque me está dando un premio. Nunca he participado en ninguna campaña de ningún partido porque siempre he pensado que mi independencia era fundamental. Desde la época de Franco, que me persiguió la policía, me he metido con todos los presidentes cuando hacían algo mal y con la señora Botella cuando habló inglés. Y como pinto, escribo, soy Licenciado en Bellas Artes y ningún partido político puede presumir de que lo vote, cabrea y te silencian, pero ahora están las redes sociales”.

-¿Ningún partido político lo tentó para unirse a sus filas?
“Sí, en mi libro Corre gallego corre, que es como me decían en la universidad, cuento que me ofrecieron montar un partido político para jorobar a ciertos gerifaltes en las segundas elecciones democráticas, cuando ganó Felipe González, y dije que no. Marea me llamó también para colaborar porque mis ideas estaban en esa línea, ya que siempre he sido más de izquierdas que de derechas”.

– ¿Hay más censura que en la época de Franco?
“Claro, porque es una censura totalmente trampa, camuflada, no te prohíbo trabajar pero te cierro locales y las puertas de la televisión. Eres un consentido, te consienten que trabajes en un teatro que van mil personas, pero no en la televisión que te ven tres millones. Tú pones la tele y yo no estoy, es como si no existiera, cuando llevo 50 años trabajando como cómico en España”.

-¿Quedan cómicos en España?
“En España hay dos tipos de cómicos, los que están en el Congreso y los que están en los teatros. Es verdad que los humoristas han traído con ellos la autonomía y como si te metes con la política, no sales en televisión, se han hecho político-direccionales, es decir, trabajo en una cadena determinada y hago un humor para éste o contra aquel, es decir, muy dirigido. Uno de los problemas que ha habido siempre en este país no es la España separada y dividida en dos, son las ganas de no olvidar, de no perdonar, y de estar abriendo la herida cuando está cicatrizando. Y algo que ha venido muy bien y que no ocurría en los años 60, 70 y 80 es que estamos llegando a una sociedad inculta y que promociona la incultura, porque cuanto más inculto eres, eres influencer”.

-En su opinión, ¿juegan un papel positivo o negativo las redes sociales?
“Escribo mucho en Facebook, tengo un muro muy limpio y muy complejo y creo que ayudan. Yo en el año 2016 pasé una depresión muy fuerte de nueve meses y me ayudaron, porque me dí cuenta de la cantidad de gente que me quería. Cuando te sientes que no vales para nada, que te han olvidado, silenciado y han hecho de todo por hundirte, te ayudan. Es un país que parece que vive en el oeste, le encanta ahorcarse sin juzgar, lapidar, parece que tenemos la cultura mora de matar a las prostitutas con piedra. No solo a nivel español sino mundial, interesan muchísimo las redes sociales porque es como se maneja mejor al borrego. Y no hay mejor ejemplo que la wikipedia, que es un conjunto de mentiras escritas a la que acuden los chicos y las chicas para tomar nota. Hemos llegado a un mundo donde hemos equivocado los conceptos por completo. Creo que la lucha del feminismo es muy válida, necesaria y justa pero el feminismo de ultraderecha no tiene sentido con ese radicalismo que solo mira hacia un lado y es muy triste. Hay hombres buenos y malos, mujeres buenas y malas, y cuando son malas, son muy malas”.

-¿La independencia es necesaria para cualquier artista?
“Sí, obviamente se paga y el precio es no salir en las portadas, que no te nombren. Pero a la larga, ese no salir se compensa con algo que a mí me merece mucho la pena, que es el respeto que te tiene la gente. Cuando uno se ha ganado el respeto de la gente es cuando te atacan los mediocres, porque no lo harían si no tuvieras un peso específico como pintor, como escritor, como cómico. También te pueden criticar lo que opinas de una cosa, cómo vas vestido, si eres guapo o no, pero no le pueden quitar al público el concepto que tienen de tí, de ser un hombre que habla claro y que no miente”.

-A la hora de hace humor, ¿quien es más tolerante, la izquierda o la derecha?
“La derecha. Le molestará más, pero quizás por el estatus social, aguanta más la crítica. Yo siempre digo que en Estados Unidos hay cómicos y en la Unión Soviética payasos, porque en este último país no se puede hacer crítica política. En cambio, en Estados Unidos, no les importa lo que digan porque los políticos hacen lo que les da la gana. Los partidos de izquierda nunca han sido defensores de la libertad de expresión, es mentira. El Gulag existió y la represión de tipo intelectual les molesta porque saben que es la forma de llegar al pueblo”.

-¿Para reírse de los demás primero hay que hacerlo de uno mismo?
“Sí, cuando te levantas y te ves desnudo en el espejo te tienes que reír y decirte a tí mismo: ‘Adónde hemos llegado’. Sí, es fundamental. El buen cómico es un magnífico observador. Es el que se sienta en una terraza, ve pasar a la gente y escucha lo que hablan los demás. Y el que está muy informado, que es algo que no acaban de entender algunos pseudoperiodistas. Y con perdón, hay que ser muy inteligente, porque siempre digo que yo hago acupuntura, pincho en el sitio exacto pero no hago sangre. Otros abren y operan a corazón abierto. El humor es arma y medicina. Es un arma del humilde contra el poderoso y el ejemplo claro es el bufón, con el rey. Y es medicina porque ayuda al humilde a ver la vida de otra manera y a reírse. Y a ver a los poderosos a su misma altura, que tiene los mismos defectos que él”.

-¿De qué se ríe Moncho Borrajo?
“Fundamentalmente del poderoso, del prepotente, el pijo, el nuevo rico, el culto que no lo es, el creído, o el que va por la vida pensando que lo sabe todo, porque con los años cada vez me doy cuenta que sé menos”.

-¿Le queda alguna asignatura pendiente en el arte?
“Sí, hacer un espectáculo para niños. Me gustaría hacer un payaso, con barba blanca, una especie de abuelo payaso, que le gusta leer y que se llamará Monchón, el payaso de profesión”.

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