Entre los periodistas nadie daba por seguro que ‘Joker’, una película de superhéores, aspirara realmente a ganar el prestigioso León de Oro del Festival de Cine de Venecia.
El filme convenció hasta la presidenta del jurado, Lucrecia Martel, de quien se decía que apostaría por el cine de autor. Finalmente, la película de Todd Philipps, con Joaquin Phoenix a la cabeza, se hizo con el codiciado galardón y presentó su candidatura a los Oscar.
El Festival premió al ‘Taxi Driver’ de las adaptaciones de cómics, un filme oscuro y con una gran capa social, la crítica a un sistema que crea villanos cuando expulsa a sus ciudadanos del sistema de bienestar.
El otro titular de día se lo llevó Roman Polanski. Su nueva película obtuvo el Gran Premio del Jurado, el segundo en importancia, por El oficial y el espía. Un galardón que deja claro que Martel no tenía nada en contra del cine del polaco y que ha sido recibido con grandes aplausos en la sala de prensa.
Lo redondo de los premios gordos hicieron olvidar las sombras del resto de galardones, entre ellos el de Mejor dirección para Roy Andersson por repetir su estilo en About endlessness y, sobre todo, el de Mejor actriz para Ariane Ascaride por Gloria Mundi, de Robert Guediguian, un filme con el que nadie contaba. Nadie entendió premiar a Ascaride por encima de interpretaciones como la de Scarlett Johansson en Marriage story o Gong Li en Saturday fiction.
La Copa Volpi al Mejor actor, que todos daban por hecho que ganaría Joaquin Phoenix, fue para Luca Marinelli por otra de las favoritas, Martin Eden.
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