güímar

La Subida de la Virgen de El Socorro también convoca

Si la Bajada fue una romería multitudinaria, el regreso de la Virgen de El Socorro a San Pedro fue más familiar, aunque terminó con una fiesta juvenil con carrozas y botellones
La Subida de este año también batió récord de asistencia / SERGIO MÉNDEZ

Si la Bajada se convirtió en una de las más multitudinarias que se recuerdan -el edil de Seguridad, Cándido Gómez, cifra la asistencia en 80.000 personas-, la Subida de la Virgen de El Socorro también se sumó ayer a la convocatoria, aunque más modesta lógicamente.

Una Subida que comenzó puntual y que transcurrió de manera rápida hasta la llegada a La Tahona, donde, como es tradicional, una vecina le limpió la cara a la imagen, una vez superado el polvo del camino. Allí se dieron cita los que caminan por devoción y fe, los que lo hacen con las parrandas de amigos y los más jóvenes, aquellos que acompañan a las carrozas -carros en realidad- para hacer su botellón particular, como si se tratara de un carnaval más que tuvo su epílogo en la medianoche cuando comenzó la verbena y la Virgen dormía ya junto a San Pedro.

No son pocos los que ven la Subida mucho más auténtica que la Bajada, quizás por ser más familiar, más recogida, más religiosa o por mantener tradiciones como la de los pares o nones, a pesar de la escasez, cada año mayor, de almendras.

La Subida es la culminación de la fiesta de El Socorro, donde durante todo el día de ayer se celebró la tradicional ofrenda atlética y hasta tres concelebraciones religiosas, la última de las cuales, de acción de gracias, despidió a la Virgen, que inició a las seis, bajo un día nublado y con bochorno, el regreso a Güímar.

Tras el descanso en La Tahona se llegó hasta La Asomada, donde comenzó la solemne procesión que trasladó a la imagen a la ermita de El Calvario y posteriormente a la iglesia de San Pedro, a donde llegó sobre las once de la noche acompañada a ritmo del tajaraste por la Danza de Cintas.

Hospital de campaña

A la espera de saber los datos de la Subida y la verbena de anoche, las incidencias sanitarias dejaron el sábado un balance de 50 intervenciones en el hospital de campaña, casi todas por lipotimias e intoxicaciones etílicas, excepto un herido que necesitó puntos de sutura por una caída. “Algo insignificante, cuando hablamos de 80.000 visitantes”, dijo el concejal Cándido Gómez.

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