Agencias / M. F.
La quiebra del gigante turístico Thomas Cook tendrá un impacto en el sector turístico de las Islas y, por consiguiente, en la economía del Archipiélago de una “magnitud sin precedentes”. Canarias no se había enfrentado a algo igual y las consecuencias se prevén catastróficas para un sector que ya de por sí estaba tocado. A los efectos de un brexit duro, la recesión de Alemania, el incremento en el precio del petróleo, la apertura de mercados competidores en las Islas y la quiebra de compañías como Monarch, AirBerlin, Cosmo o Germania, se une la caída de uno de los principales turoperadores. Sin contar la incertitumbre generada por el cierre de las bases de Ryanair y la inestabilidad de Norwegian.
Las cifras lo dicen todo: más de 4 millones de turistas menos al año, 600.000 clientes tirados por todo el mundo (30.000 de ellos en Canarias), 745.150 plazas aéreas perdidas hasta agosto de 2020, siendo Tenerife el destino más afectado de España, con 115.372 plazas menos este año y hasta 213.288 en el primer semestre del próximo, y 1.000 empleos perdidos, según la Asociación Española de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo, aunque UGT considera en peligro a más del 10% del total de trabajadores de la hostelería, unos 13.000.
La quiebra del operador británico, inventor del paquete todo incluido, que no ha sido capaz de adaptarse a los nuevos hábitos de los viajeros, supone un golpe “catastrófico” para el sector turístico español y, especialmente de Baleares y Canarias. Según las cifras de Aena, las distintas compañías aéreas del grupo enviaron a los aeropuertos españoles 3,6 millones de clientes en 2018 (7,2 millones de trayectos, contando ida y vuelta), 2,2 millones solo a Canarias.
Las pérdidas para los hoteleros de las Islas aún no están cuantificadas, pero lo cierto es que será “complicado” cobrar los paquetes de verano, ya que la compañía paga a 60/90 días, y lo seguro es que perderán las reservas de este invierno. “Es probable”, explicó el presidente de la Cámara de Comercio, Santiago Sesé, “que algún turoperador como Jet2 o la TUI pueda absorber algo de estos paquetes, pero en cualquier caso no serán los paquetes completos”. Ante esta situación, a los empresarios no les quedará otro remedio que bajar los precios para poder llenar los hoteles.
Thomas Cook tenía programados ayer cuatro vuelos con Gran Canaria. Además, también estaban previstos otros cuatro de llegada, a los que se suman 10 trayectos (5 de llegada y 5 de salida) en Lanzarote, 2 en Fuerteventura y 2 en Tenerife Sur. Las cuatro patronales hoteleras de Canarias -FEHT; la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro; la Asociación Insular de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote y la Asociación de Empresarios Turísticos de Fuerteventura- han asegurado que Thomas Cook agrupa el 25% de movimientos de turistas en las Islas. Elementos como el brexit, una deuda millonaria que lo lastraba desde hace años, su incapacidad para renovarse y competir con sus rivales online y otros factores geopolíticos han ido empujando a esta empresa hacia su colapso, afectando a 22.000 empleados, de los cuales 9.000 son británicos.
La delicada situación financiera del grupo, que en 2007 se fusionó con MyTravel, se agravó este año, cuando en mayo pasado registró pérdidas valoradas en 1.500 millones de libras (1.680 millones de euros), correspondientes a la primera mitad de su primer año fiscal.
Los esfuerzos para que el operador turístico no cayera fueron extremos. El grupo necesitaba 200 millones de libras (227 millones de euros) para completar un plan de rescate de unos 1.200 millones diseñado por la empresa y su máximo accionista junto con los acreedores. Tras una jornada completa de reuniones cruciales mantenidas en Londres, los bancos acreedores se negaron a poner esos 200 millones extra, que se añadían a los cerca de 1.000 que Fosun se comprometió a aportar en agosto para salvar la empresa. Varios empresarios canarios intentaron, sin éxito, reunir el dinero, entre ellos, Lopesan o Bahía Príncipe.