política

Un cambio de poder que pide tiempo para concretarse

Cien días después de la toma de posesión, que se cumplen hoy, los nuevos ayuntamientos hacen planes y presupuestos tras ajustar las herencias recibidas de sus antecesores
El alcalde de La Laguna, el socialista Luis Yeray Gutiérrez, en el acto de su toma de posesión. Sergio Méndez
El alcalde de La Laguna, el socialista Luis Yeray Gutiérrez, en el acto de su toma de posesión. Sergio Méndez
El alcalde de La Laguna, el socialista Luis Yeray Gutiérrez, en el acto de su toma de posesión. Sergio Méndez

Cuando el día 14 de septiembre por la noche La Laguna se llenó de interminables fuegos artificales después de un largo día de procesiones, los más desconfiados pudieron comprobar que la izquierda no había llegado al poder para acabar con las celebraciones religiosas y las fiestas populares. Es cierto que el primer teniente de alcalde, Rubens Ascanio, había cumplido la promesa de su grupo político, Unidas Se Puede, de no participar en procesiones ni ceremonias religiosas, pero allí estaban el alcalde socialista, Luis Yeray Gutiérrez, y el concejal de Avante La Laguna, Santiago Pérez, tan laguneros como un verode, paseándose por las calles adoquinadas muy cerca de las autoridades religiosas. Entonces pareció todavía más surrealista aquella mañana pre-electoral en que alguien pintó a mala gana “Unidas Se Puede” junto a una hoz y un martillo en la fachada de la catedral para que la gente pensara que el mismísimo Stalin estaba a punto de ocupar el Palacio del Obispado.

Pero tan hiperbólico se pone a veces todo en campaña electoral, que uno se imagina mil desastres. Cien días después del inmenso cambio político que sacudió a varios de los municipios más importantes de la isla y envió a la oposición a Coalición tras décadas de poder, las cosas tampoco han cambiado demasiado. Primero se han revisado las cuentas y se han establecido prioridades.

“Nos han dejado 23 millones en facturas sin pagar y el presupuesto de este año ejecutado en más de un 90% en muchas áreas”, afirma el primer teniente de alcalde, Rubens Ascanio. Entre ellas, la de Fiestas, área que prácticamente estaba agotada y para la cual hubo que hacer una modificación presupuestaria el pasado 31 de julio. Dice Ascanio que el poder le ha permitido percibir de primera mano la lentitud de los procesos burocráticos, sobre todo por la falta de personal en el Ayuntamiento de La Laguna. “A pesar del trabajo inmenso que se está haciendo en las áreas, hace mucho tiempo que no se convocan concursos de oposición ni se cubren las bajas ni las jubilaciones que se van produciendo. Eso hace las cosas mucho más lentas”. A partir de octubre, asegura, empezarán a elaborar un plan de choque contra la pobreza y la exclusión fruto de la colaboración entre ONG y técnicos municipales, y promete nuevas bases para la asignación de las ayudas sociales, porque las actuales vienen de los noventa y están “absolutamente desfasadas”. Por ahora, recuerda, ya han abierto, en colaboración con la Cruz Roja, un comedor social, después de que el último cerrara el 22 de junio.

Menos pufos ha recibido el Ayuntamiento de Santa Cruz, liderado por la socialista Patricia Hernández en un pacto con los dos ediles expulsados de Cs, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, y la amistad crítica de Unidas Podemos, que no apoya pero sí comprende.

Santa Cruz fue la capital que mejor gestionó la cuestión de los comedores escolares para niños de familias con pocos recursos cuando el antiguo Gobierno regional, de Coalición Canaria, cambió el sistema, hasta entonces coordinado por ellos, y no dio tiempo a que los municipios, en plena provisionalidad electoral, se organizasen para prestar estos servicios. También han tenido que fajarse con el Centro Comercial Meridiano para que mantenga el parking gratuito donde, cada día, aparcan miles de tinerfeños que van a trabajar a la capital. El Ayuntamiento también ha decidido hacer una auditoría de la Sociedad de Desarrollo y organizar un programa de limpieza de los barrios.

“Eso ya se hacía antes”, asegura el portavoz de Coalición Canaria Juan José Martínez. “Cada semana había un zafarrancho de limpieza al que iba el concejal Dámado Artega. Según Martínez, lo que define al nuevo equipo de gobierno es “la nada”. “Todavía no sabemos cuál es su proyecto político, más allá de seguir las inercias de lo que nosotros ya hicimos o de paralizar algunas obras, como las piscinas de Tíncer y de La Cuesta, por querer aplicar modelos de construcción y gestión directa desde el sector público que ya están absolutamente desfasados”, asegura. Según Martínez, los ocho millones de euros que costarán esas obras, y que sufragaría una concesionaria con el modelo que defiende CC, se podrían utilizar para rehabilitar los campos de fútbol de la ciudad, mejorar las canchas o techarlas. “Lo que sí reconozco que están haciendo, es oposición a la oposición.

Pero no todo son municipios de gran tamaño. En Tenerife, el cambio también alcanzó a lugares menos poblados, como Tacoronte, pero que llevaba con CC en el poder desde 1995. Su nuevo alcalde es José Daniel Díaz, de Nueva Canarias, el primer alcalde que tiene este partido en la isla de Tenerife. Dice medio en broma que él es como la “aldea gala” de Nueva Canarias. Lo primero que ha hecho es poner también orden en las cuentas. “Hemos tenido que hacer un reconocimiento extrajudicial por facturas de hasta 520.000 euros de 2017 y 2018. Lo curioso es que este Ayuntamiento está bastante saneado, pero con bastantes problemas de organización, le faltaba dirección política”, afirma en referencia al último alcalde, Álvaro Dávila. Lo segundo que ha hecho es ponerse manos a la obra con el tema de las termitas Reticulitermes flavipes unos voraces insectos de origen americano que durante mucho tiempo han campado a sus anchas, sobre todo por una zona del municipio, y han provocado algún foco en La Laguna. Comen madera seca de las casas, pero también devoran plantas vivas, como ha ocurrido en algunas huertas y jardines de Tacoronte.

En Buenavista, Sí Se Puede, la formación que nació al calor de las manifestaciones contra el Puerto de Granadilla y otras batallas ecologistas de primera mitad del siglo, vuelve al poder con Antonio González Fortes después de cuatro años del PSOE. Los de Sí Se Puede afirman que se han encontrado con las cuentas muy menguadas. El problema surgió cuando vieron que solo quedaban 2000 euros del presupuesto para emergencias sociales. “Así funciona el PSOE en año electoral, ya lo sabíamos de antes ”.

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