Antonio González Vieitez es uno de los más destacados intelectuales que tiene Canarias. Licenciado en Derecho y en Económicas y Graduado en Sociología, fue profesor titular de la Escuela Universitaria en Teoría Económica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). La conversación gira en torno a la dependencia energética de Canarias, el gran potencial que tenemos en energías renovables, la histórica falta de interés político en el desarrollo de las mismas y en romper ese “cordón umbilical” que tiene sometidas a las Islas a los intereses de las grandes empresas energéticas.
-¿Le ha llamado alguien del Gobierno de Canarias para pedirle asesoramiento?
[Risas] “No, ellos están en su rollo. Están a la antigua usanza. Hablan de que lo fundamental son las carreteras, los puertos, los trenes, los aeropuertos …, que es estar repitiendo siempre el mismo esquema. El problema del colapso en las autopistas no se resuelve con más infraestructuras, ni con un anillo, ni haciéndolas dobles. Eso sí, está demostrado que los negocios son tremendos. Este problema sólo se resuelve a partir de un modelo distinto de concepción del transporte, donde el sector público tenga una máxima presencia”.
-¿Qué tendría que hacer en este sentido el Gobierno Canario?
“Si realmente quiere hacer políticas de cambio y políticas de Estado, tendría que plantearse un proceso hacia la autosuficiencia energética, en base al hecho de que en materia de energías somos la Arabia Saudita de las renovables. Sin embargo, en estos momentos estamos en manos de Red Eléctrica, Iberdrola, Endesa, Enagas y las grandes transnacionales”.
-¿El apagón eléctrico fue un aviso?
“Una consecuencia del sinsentido que es estar en manos de ellos. Además, con las competencias cruzadas, cuando más de uno es el responsable, al final la culpa es de los demás. Las empresas afectadas tratan de escurrir el bulto y sacudirse las culpas de encima y echárselas al de al lado. Resulta irritante, que siendo el sistema eléctrico canario “autónomo, propio e independiente”, se permita que dos transnacionales sean las que decidan”.
-¿Es realmente factible controlar desde aquí todo el proceso de la transición energética?
“Lo que es evidente, es que Canarias es un sistema eléctrico independiente, no depende de nadie más. Por eso hay que analizarlo desde el punto de vista autónomo, desde la soberanía energética y la sostenibilidad. En estos momentos habría que coger el modelo energético como pieza fundamental contra el cambio climático a favor de Canarias. Las Islas deberían controlar el proceso de transición desde el Viejo Modelo Energético, basado en la concentración, el “grandismo” y en la quema de combustibles fósiles, hacia el Nuevo Modelo Energético, basado en las energías limpias y renovables, más democrático y mucho menos polarizado. La realidad, es que aquí pasan olímpicamente de gestionar globalmente el periodo de transición.” Aquí se sigue con los concursos, cada cierto tiempo el Gobierno convoca un concurso público para que cada multinacional obtenga una cantidad de megavatios y ya está”.
-¿Cuál es la solución?
“Lo que hay que hacer lo dicen muchas personas en todo el mundo. Lo necesario es que aquí no miren para otro lado y aborden realmente el cambio. Resulta evidente que, para que ese tránsito se afronte y culmine con éxito, se necesita una concepción global y unitaria y una dirección con plenas competencias, no compartidas, que aspire a desembocar en una planificación de óptimos técnicos, económicos, medioambientales y sociales. Por ejemplo, Canarias tiene un montón de fuentes de energía que deberían ser utilizadas en sus correspondientes nichos y con los consiguientes niveles de eficiencia alcanzando sus óptimos. ¿Alguien se preocupa de esto? ¡No!”.
-¿Se queda corto el Gobierno de Canarias cuando, tras el apagón , exige un plan de inspección de las instalaciones eléctricas?
“La solución no es revisar lo que otros diseñan y ponerse en marcha cuando hay accidentes. Se trata de atreverse a gestionar en su integridad nuestros bienes públicos, con la aspiración de alcanzar nuestra soberanía energética. El planteamiento es transformar todo el sistema institucional. Y, como el sistema isleño es aislado e independiente, lo más idóneo es unificar todas las competencias necesarias en un ente de obediencia canaria, que asuma la responsabilidad y el liderazgo de concebir, diseñar y planificar el Tránsito hacia el Nuevo Modelo Energético”.
-¿Cómo resolver el problema del almacenamiento?
“El impresionante avance tecnológico en baterías hace que podamos incorporar con facilidad estos artilugios y plantear las cosas de otra manera. No es anecdótico que el último premio nobel se lo hayan dado a dos investigadores por el desarrollo de las baterías de iones de litio, para almacenamiento de energía. El mundo está comenzando a llenarse de pilas, las más grandes del tamaño de un contenedor, y son capaces de hacer maravillas en cuanto a sistema de almacenamiento. Pero aquí se sigue hablando de macro obras como Chira Soria y similares”.
-Usted habla de huir del “grandismo”
“Efectivamente. Hay que huir del “grandismo” en términos territoriales y técnicos: las grandes multinacionales, los grandes centros de transformación, los grandes petroleros para el transporte… Eso es lo que tenemos ahora. Pero, desde la perspectiva del nuevo modelo energético, el “grandismo” no funciona, no tiene sentido, te lleva al apagón, que es lo que nos está ocurriendo”.
-¿Cómo resolvería un sistema autónomo un problema como el de un apagón generalizado?
“Una de las dificultades del sistema canario es que es pequeñito y no está conectado con África, para resolver un problema como el del apagón. Pero este inconveniente de su pequeña dimensión se podría compensar creando una mayor densidad y mallado de centros de producción y de almacenamiento. Por ello es fundamental animar, estimular y subvencionar a los ciudadanos y pequeñas empresas a usar estos sistemas porque va en beneficio de todos”.
-¿Dónde irían los beneficios económicos que generase este modelo?
“Los beneficios tendrían que ir a establecer una política social de tarifas eléctricas y, en parte, a financiar a todas las corporaciones locales del Archipiélago. La FECAM o FECAI que deben ser los beneficiarios de todo esto no han mostrado el mínimo interés, y es lamentable”.
-¿Muchos se plantearán cómo conseguir la financiación para lograr este cambio?
“Este es un mercado donde la demanda está asegurada. Cualquier ciudadano sabe que va a tener que seguir pagando energía eléctrica, sea quien sea el que la gestione. Por lo tanto, invertir en un sector con una demanda asegurada de por siglos no implica ningún riesgo”.