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Myanmar, el país de la sonrisa real

El aventurero tinerfeño César Sar, director de ‘El Turista’, descubre para DIARIO DE AVISOS uno de los lugares más desconocidos del sudeste asiático, el último en abrirse al turismo

Por César Sar

Saludos amigos, con estas palabras es con las que inicio casi todos mis vídeos de El Turista para mostrarles cosas que ver y hacer en diversos lugares del planeta. Hoy en DIARIO DE AVISOS tengo una recomendación especial para ustedes. Les quiero proponer que vayamos de viaje a Myanmar.
Hay muchas formas de calificar este destino, pienso que es el país de la sonrisa real. Situado en el sudeste asiático este territorio es el último de su entorno en abrirse al turismo y eso tiene algún inconveniente pero muchas ventajas. Como aún están menos desarrollados las infraestructuras turísticas son todavía escasas, pero a favor tengo que decir que se trata de un lugar auténtico, si me permiten la expresión.
He visitado Myanmar en dos ocasiones, la última hace pocos días y debo reconocer que vuelvo con una sonrisa contagiada por los birmanos que siempre están sonriendo, lo maravilloso de esto es que son amables todos, tengan o no tengan relación con los turistas.
Este humilde país que está abrazando poco a poco la democracia invita a visitarlo por sus innumerables maravillas naturales y culturales. Es un lugar con mucha seguridad, con una tasa de criminalidad cercana al cero, con garantías de salubridad alimentaria y sanitaria. Sus carreteras son aún escasas y tortuosas pero a favor el país está bien conectado por aviones ATR del tipo que usamos en Canarias.
Es Myanmar el país de las pagodas. Estos edificios son túmulos con base circular de origen religioso budista que suele terminar en pico, son una evolución de las estupas induistas.
En la meseta de Bagan encontramos una de las imágenes arqueológicas más impresionantes del mundo. Miles de pagadas salpicadas entre la vegetación ofrecen una silueta que todo el que la ve se maravilla. Cuentan que llegaron a estar en pie más de 10.000 pagodas, hoy solo quedan 2000 pues los terremotos, las guerras y paso del tiempo han ido derruyendo la mayoría. Al amanecer o atardecer ofrecen la visión más interesante.
Otro gran ejemplo de pagoda la encontramos en Yangón, la ciudad más importante del país y sede del complejo religioso de Shwedagon, donde destaca una magnífica estupa de 100 metros de altura y recubierta de oro, brilla intensamente por el Sol en el día y por las luces en la noche, en su interior hay varias reliquias de Buda y es venerada a todas horas por miles de devotos que rezan mientras la rodean caminando. Los turistas son bienvenidos.
En todos los centros religiosos así como en las calles de las ciudades y pueblos de Myanmar encontraremos a miles de monjes y monjas budistas. Por la complexión física de los birmanos costaría diferenciarlos por sexos si no fuera por lo ropajes, ellos van con unas túnicas más rojas o naranjas y ellas más tirando a rosa o salmón. Si el turista desea hacerles una foto o incluso posar con ellos tendrá que pedir permiso y siempre encontrará una respuesta afirmativa. Luego, solicitarles su perfil de facebook o Instagram, casi todos los montajes tienen cuentas en redes sociales.
Yangón, es la ciudad más grande del país y el gran centro económico pero, afortunadamente no es una mega urbe ruidosa y contaminada como otras en el sudeste asiático, en Yangón aún se puede caminar por sus calles con bastante paz observando pasar la vida. Tenga en cuenta que para muchos birlamos los turistas somos algo nuevo en el paisaje, así que no se sorprenda si son ellos quienes le piden una foto.
A los extranjeros que viajan por primera vez al país les sorprende ver a muchas personas con la cara pintada de amarillo. Es Thanaka, una especia de cosmético natural que se extrae de frotar el tronco de un arbusto del mismo nombre sobre una losa de piedra con un poco de agua. La savia que desprende se la aplican en la cara haciendo dibujos muy originales. Tiene un olor parecido al sándalo y se lleva usando más de 2500 años, mayoritariamente, por ellas pero también los hombres. Se quita sin problema lavándote con agua. Cuentan que además de cuidar la piel y mostrarse bellos contribuye a la protección solar. Sí, los turistas también podemos usarla, se las recomiendo.
En esta pequeña pincelada por este cautivador país quiero recomendarles dos visitas más, la primera, es al famoso puente de teca a las afueras de Mandalay. Es el puente de madera más largo del mundo con 1,2 kilómetros. Construido en 1851 conecta dos poblaciones de lago Taugthaman y sus pilares proceden de los desechos de un palacio real. Hoy este lugar es visitado por miles de locales y algunos extranjeros para disfrutar de un impresionante atardecer. Es un enclave magnífico y romántico. Tenga cuidado porque en su mayoría el puente no tiene barandillas.
La última de mis recomendaciones nos llevará hasta el lago Inle. Una lámina de agua de 200km2 en el centro del país. En sus orillas hay más de 200 poblaciones y decenas de miles de personas viven en casas sobre el agua y se desplazasen barcas en lugar de coches. Aquí, muchos son pescadores y se han hecho famosos en el todo el mundo por su particular manera de remar con una pierna mientras con la otra dentro de la barca mantienen el equilibrio, esto les deja los brazos libres lanzar y recoger las redes de pesca. En estas aguas habitan bastantes especies de peces endémicas de este lugar. Además, como las aguas son poco profundas y sus tierras fértiles han desarrollado las mayores plantaciones agrícolas sobre el agua del mundo.
Espero que este pequeño resumen les haya despertado la curiosidad por visitar uno de los países más fascinantes y menos visitados de Asia. Feliz viaje amigos, compartir es vivir. Hasta otro destino en cualquier rincón del mundo.

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