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Yaiza Castilla (ASG) surfea la ola de Thomas Cook y deja en evidencia a CC

El discurso más encendido del día fue el del diputado de Podemos Francisco Déniz, que descuartizó el modelo turístico canario y afirmó que la dependencia externa de las Islas es de tipo “colonial”
La consejera Yaiza Castilla compareció ayer en el parlamento a petición de coalición canaria. Sergio Méndez
La consejera Yaiza Castilla compareció ayer en el parlamento a petición de coalición canaria. Sergio Méndez
La consejera Yaiza Castilla compareció ayer en el parlamento a petición de coalición canaria. Sergio Méndez

“No era necesario un pleno extraordinario, creo que el tiro les ha salido por la culata a quienes lo han presentado”, afirmaba ayer en referencia a Coalición Canaria el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres. Comparecía la consejera de Turismo, la gomera Yaiza Castilla (ASG), para dar explicaciones sobre la crisis de Thomas Cook.  Y en ese juego de máscaras y pullas que  casi siempre es un parlamento, nadie consiguió  doblarle la rodilla al Gobierno  en el debate sobre la gestión que ha hecho  de la caída del turopedor. A retazos, lo que sí emergió fue un relato diverso de lo que ha ocurrido en las últimas dos semanas. De la consejera llamando al representante de Thomas Cook cuando la compañía todavía no había colapsado. De la quiebra. De los 35.000 británicos que volvieron sanos y a salvo a sus casas en aviones británicos, cuidados hasta última hora en hoteles que no jugaron al raterío por miedo a no cobrar. Pero en el relato también había incertidumbre, la que esbozaba el portavoz de Ciudadanos Ricardo Fernández de la Puente mientras recordaba los puestos que se iban a perder y hablaba de Alemania, que dio 380 millones a la compañía Cóndor, como el paradigma de la rapidez de reacción, frente a la indolencia del socialismo español y canario. O la que provocaba escuchar a María Australia Navarro, presidenta regional del PP, mientras afirmaba que lo de Thomas Cook era el 17% de la facturación de la actividad turística, 2.000.000 de turistas europeos, un 6% del PIB. “Y estos son estimaciones conservadoras”, decía, mientras usaba palabras muy gordas como “debacle” y “bola de nieve”, al mismo tiempo que  la emprendía con la pobre tasa turística, simplificada hasta la extenuación y convertida en recurso fácil del boxeo parlamentario.

Torres aclaró ayer que el pacto mantiene su intención de estudiarla, aunque pospondrán su análisis hasta estabilizar la crisis turística. Castilla recordó en el pleno las negociaciones multibanda, los encuentros con turoperadores como Jet2 o la compañía aérea Wizzair para recuperar, a día de hoy, el 58% de las plazas de Thomas Cook que se habían quedado en el limbo. Ayer, la palabra más mencionada fue “conectividad”. Una y otra vez. También destacó la alianza del Gobierno regional con sindicatos y empresarios -de la mano-,  para pedir medidas al Ejecutivo central,  que hace dos días anunció 300 millones en ayudas y préstamos para el sector afectado.

Castilla tenía de su lado a  su  compañero y líder de partido en ASG, Casimiro Curbelo, que ayer dijo que este es un Gobierno que hace las cosas de manera “reflexiva” porque va a gobernar cuatro años. “U ocho, o doce”, afirmaba provocando las sonrisas de algunos diputados de CC. También Esther González, de Nueva Canarias, defendió la gestión de la consejera, “dando todas las explicaciones”. Aunque todo pacto progresista tiene un verso suelto, y ayer le tocó a Francisco Déniz, diputado de Sí Podemos Canarias, que hizo un discurso de cuestionamiento general del modelo turístico, mucho más allá de la gestión de esta crisis particular. “Que estemos hoy aquí sentados para hablar de una compañía de la que dependemos tanto refleja que esto es lo más parecido a una situación colonial”, afirmó Déniz, que rechazó cualquier tipo de rescate del sector hotelero. “En las vacas gordas, la patronal nunca ha puesto dinero para el fondo común”.

Déniz pidió “rescatar a los trabajadores” y condicionar las ayudas “al mantenimiento del empleo”. “Hay que repensar el modelo, lo llevamos diciendo 30 o 40 años, hacer una moratoria, fuera Fonsalía, fuera Agaete, tenemos que decrecer”.

A quien se le enredó ayer completamente el relato sobre Thomas Cook fue a Coalición Canaria. Hace dos días presentaron  una proposición no de ley con 16 medidas razonables que cualquiera podría haber pactado en una negociación. En lugar de reivindicarlas y desgranar concienzudamente su utilidad, la diputada Nereida Calero optó por otra vía. Como si no hubieran liderado el Gobierno durante los últimos 26 años, Calero empezó a advertir de los peligros de concentrar el negocio turístico en pocos turoperadores, y dijo que Turquía había actuado antes que Canarias.

Calero también le echó en cara a Yaiza Castilla no haber tenido un plan de contingencia para emergencias de ese tipo, como si no fuera una recién llegada. Y claro, Yaiza Castilla lo vio, como lo ve cualquier boxeador que no esté aturdido: “Durante año y medio, con ustedes en el Gobierno, ha sido un secreto a voces que Thomas Cook estaba en muy mala situación”, afirmó Castilla. “Cuando todo ocurrió, pedimos los planes de contingencia. ¿Y qué había? Nada”.  Luego, Nereida Calero le espetó que dejaran de abusar del recurso de la herencia recibida. Pero no había nada que hacer. La batalla dialéctica de ayer ya estaba perdida.

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