
Gradas que no se pueden usar por carecer de elementos de protección, grietas en el suelo que hace imposible la práctica de ningún deporte, igual que los charcos que se forman cuando llueve, y, lo más peligroso, cables vistos que salen de las farolas con el consiguiente riesgo de electrocución. Este panorama es el que, ayer, describió la alcaldesa de Santa Cruz, Patricia Hernández, durante la presentación del plan de choque para la puesta a punto de una treintena de canchas deportivas de la capital que, en el plazo de un año, estarán lista para el uso ciudadano. Una intervención que será llevada a cabo por 78 desempleados de larga duración, mayores de 45 años, que forman parte del plan de empleo Santa Cruz-Haciendo barrios, que el Consistorio presentó al Cabildo y por el que ha obtenido una subvención de 2,1 millones con los que se pagará el sueldo a estas personas.
La alcaldesa avanzó que la semana pasada ya empezaron las obras en ocho de estas canchas “y confiamos que en dos meses ya estén listas”. Según Hernández, “no hay ni un solo barrio en el que las canchas estén bien. En el recorrido que he hecho, tanto en campaña como ahora, me he encontrado instalaciones sucias, rotas, deterioradas y sin mantenimiento”. “Los agujeros y las grietas son de tal calibre que cualquier niño se puede dejar allí el tobillo”, añadió.
Las canchas en las que ya se está interviniendo son las de La Multa, Cesar Casariego, Santa Clara, San Antonio-Nuevo Obrero, Yanira, San Gerardo, San Juan de la Rambla y la cancha de bolas de San Gerardo. El resto de espacios que estarán listos en el año de duración de este plan de choque son los de Los Gladiolos, Salud Alto-Cuesta Piedra, El Perú, Santiago Apóstol, García Escámez, Chimisay Alto, Vistabella, las 148 viviendas de Ofra-Las Delicias, Chamberí, Tío Pino, Llano Alegre, San Pío, Añaza y Añaza 2, Santa María del Mar, Alisios, Tíncer, La Gallega, Barranco Grande, El Tablero, El Sobradillo y San Andrés.
Marta Arocha, concejal de Vivienda, área que será la que gestione las obras junto con Deportes, dio más detalles sobre las personas que van a estar contratadas un año y que tienen formación en el sector de la construcción. “Desde hace dos meses tres aparejadores están trabajando en los proyectos de rehabilitación de estas primeras ocho cancha es, que, por otra parte, son las que más peligro presentaban”, detalló la edil. Arocha añadió que hubo que coordinarse con Servicios Públicos para poder empezar a trabajar porque “el estado de suciedad en algunas de ellas era tal que no se podían iniciar las obras sin antes limpiar. Una vez que entró Servicios Públicos, pudimos comenzar los trabajos”. La edil detalló que, además de aparejadores, también se ha contratado a peones, fontaneros, electricistas o auxiliares administrativos.
Plan de choque
Desde el área de Deportes, Elena Mateo, señaló que su principal labor será la de suministrar material como pintura, redes o canastas. “Este plan de choque entronca con otra política fundamental que queremos potenciar en este mandato como es la del formento de la práctica de la actividad física y que mejor forma de hacerlo que rehabilitando los espacios que están más cerca de las casas como son las canchas deportivas abiertas”, explicó.
La alcaldesa retomó la palabra para lamentar el abandono de estos espacios. “Canchas como las de Yanira son un auténtico lujo para la ciudad, pero el abandono en el que está sumida la hacen prácticamente inservible”, afirmó. También mencionó otras como la de Santa Clara o la anexa al Colegio Echeyde como ejemplo de espacios cuyo estado hace imposible la práctica deportiva. “Lamentablemente nos hemos acostumbrado a tener las canchas así y por eso ponemos en marcha este plan de choque”, añadió Hernández.
La alcaldesa recordó que a esta intervención que durará un año hay que sumar los cerca de 850.000 euros invertidos en la mejora del polideportivo de San Andrés y otras tres canchas, además de que el área de Deportes aportará la inversión necesaria para los materiales con los que se están llevando a cabo las obras a lo que se sumaría las dotaciones para dejar todo en un estado óptimo y listo para su uso una vez finalizadas las obras.