
María Gloria Salgado Pérez (Santa Cruz de La Palma, 1940) fue directora de Promoción del Patronato de Turismo de Tenerife desde 1976 a 2008. Técnico de Turismo, tiene un máster en Hostelería y Turismo y tres años de Filosofía y Letras. Es maestra. Su vocación de recorrer mundo le hizo trabajar como azafata de vuelo, primero en Iberia y después en Transeuropa, en aquellos DC-7 que llevaron y trajeron los primeros turistas por Europa. Su nombramiento como directora de Promoción del Patronato de Turismo del Cabildo fue providencial para la Isla. A ella se le deben las mejores promociones de Tenerife en el exterior y su esfuerzo despertó muchas conciencias para poner a la Isla en el mundo. Siempre trabajó en hostelería y turismo, residió dos años en Brasil con su familia y domina cuatro idiomas a la perfección: español, francés, inglés y portugués. Es miembro de Calínico (Hoteleros por Tenerife), el selecto club de profesionales del sector turístico –la única mujer entre ellos—, cuya composición no puede pasar de 33 miembros. Su esposo, Fernando, fallecido prematuramente, fue el hombre que instaló las primeras hamacas en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro. El “invento” despertó inusitado interés en los medios de comunicación brasileños.
-Ahora vivimos una época convulsa. ¿Qué pasará con el Brexit? ¿Qué ocurrirá con Escocia?
“No lo sé, no lo sabe nadie. Nuestro principal mercado es el británico. No tenemos una bola de cristal para averiguarlo y yo también me pregunto si esos turistas dejarán de venir. Y, la verdad, no tengo respuestas. Pero sí una pregunta”.
-¿Cuál?
“¿Qué sería del mundo de hoy sin el turismo? ¿Qué sería de todas esas economías que dependen de él?”.
-Es verdad, esta industria tira de muchos carros.
“Y el bienestar social que produce es inmenso. Y mucha gente no se da cuenta de la riqueza que conlleva”.
-Tú regentas “La Deseada”, en Tacoronte, un hotelito rural de tres habitaciones. ¿Qué te has propuesto?
“Pues que mis clientes sean felices. Al turismo rural le está afectando mucho eso que llaman conectividad. La actual y preocupante falta de vuelos a Canarias hace que los tour operadores saquen más partido al turismo de hotel y abandonen el rural. Por eso tenemos que potenciar nuestros propios medios de captación, nuestros blogs y páginas web”.
-Cuando te jubilaste, ¿qué ilusión te quedó?
“Leer el periódico mientras desayunaba. Y lo he conseguido”.
–Gloria, ¿y aquellas promociones del viejo Patronato, tan artesanales? Yo las viví.
“Y yo cargué muchas cajas de folletos, muchas escaleras y arrastré muchos paneles. Teníamos poquísimos medios. A lo mejor por todos esos esfuerzos que hice no puedo ahora llevar tacones”.
-Todo esto se ha acabado.
“Sí, claro, ahora solo se promociona Canarias en ferias y son los obreros cualificados los que hacen estos esfuerzos. Todo está tecnificado”.
-¿Se ha perdido cercanía con el tour operador?
“Por supuesto, se ha perdido calor en el contacto directo con los emisores de turistas y también cercanía. Recuerdo que el Patronato nació en tres habitaciones en el edificio del Cabildo. Y hay personas que tuvieron mucho que ver en esto, como Andrés Miranda, José Sabaté, Jesús Monteverde y Lorenzo Dorta, que fueron algunos de los máximos responsables del Patronato. Calínico ha pedido una calle para don José Sabaté, que ahora está dictando sus memorias con noventa y tantos años”.
-¿Y qué me dices de los presidentes del Cabildo?
“Pues que los históricos hicieron mucho por promocionar la Isla. ¿Quién no recuerda a Andrés Miranda, con el que estuve almorzando hace poco, a José Miguel Galván, a Rafael Clavijo, a Pepe Segura? Miranda fundó el Patronato y lo dotó de los medios de los que podía disponer entonces”.
-¿Quiénes formaban el primer equipo de promoción, junto a ti?
“Varios compañeros, pero recuerdo, como las más significativas, a Loli Palliser, a Cristina Ponte, a Conchi Díaz-Llanos y a otros igualmente entusiastas. Unos pocos hicimos mucho”.
-Artesanos del turismo, ¿no?
“Exacto, esa es la palabra. Trabajábamos artesanalmente. Habían poco vuelos directos con la Isla. Teníamos que promocionar el turismo con escalas, esto estaba muy lejos de todo y ahora está mucho más cerca. Era tremendamente difícil hacer venir a la gente”.
-Fuiste la primera técnico de Actividades Turísticas de la Administración española. ¿Me equivoco?
“No, no te equivocas, porque antes de que yo lo consiguiera no se reconocía el título. Ya después sí y se utilizó el temario que yo aprobé para las oposiciones de las nuevas generaciones”.
-¿Cómo fue eso de que tu marido colocó las primeras hamacas en la playa de Copacabana?
“Bueno, él y un amigo, Félix Felipe, que era jefe de recepción del Sheraton de Río por aquella época, vieron en una enciclopedia que no había hamacas en las playas de Brasil. Y consiguieron que las autoridades les concedieran la instalación de las primeras tumbonas en Copacabana. Fue emocionante, apareció la idea en todos los medios de comunicación brasileños como una gran novedad. Eran los años 74 y 75. Yo trabajaba mientras tanto en una importante cadena hotelera internacional, HORSA, en Río, como ayudante de la Dirección Comercial”.
-¿Te impresionó el potencial de Brasil?
“Tengo miles de anécdotas. Por ejemplo, cómo se tapaban las favelas con enormes murales durante el congreso mundial de ASTA. Y no se me olvida, ni siquiera con los años, una frase del director de Aeroperú, refiriéndose a la belleza del paisaje de los pobres”.
-¿Qué dijo?
“Dijo: “La pobreza en Río es verde; en Perú es ocre”. Aquello me impactó muchísimo, pero tenía razón”.
-Cítame alguna promoción de la que hayas estado especialmente orgullosa.
“De muchas. Pero con Pepe Segura, como presidente del Cabildo, fuimos a Amberes a participar en la Europalia. El éxito de nuestro carnaval allí fue notorio. Como dijo alguien de la prensa local, se abrieron ventanas que habían permanecido cerradas durante años para ver pasar el cortejo tinerfeño. Nuestra reina abandonó su carroza y desfiló a pie, con menos de cero grados de temperatura. Fue un esfuerzo enorme, con aquel Jumbo alquilado a Iberia, con 300 personas entusiastas a bordo que querían poner a Tenerife en el mundo. Fue aquello en 1985”.
-Yo lo viví en directo, Gloria. Hasta al Manneken Pis de Bruselas lo vistieron con el traje típico de Tenerife.
“Sí, ¿y sabes quiénes le confeccionaron el traje?, las monjas de clausura del convento de Garachico”.
-Hay docenas de anécdotas de aquel viaje.
“Te voy a contar una. Para que nos dejaran salir a todos del hotel, tú incluido, teníamos que pagar las estancias de la expedición. Habíamos llegado a un pacto con el director, pero resulta que se fue de vacaciones y no dejó instrucciones. Nos dejaron a Pepe Segura y a mí como “rehenes” hasta que un fax del Banco de España garantizó el pago. Pudimos coger el avión, afortunadamente, pero por los pelos”.
-¿Nunca tuviste miedo a volar en aquellos aviones de hélice?
“Tuve momentos en que sí y entonces me iba a la cabina con los pilotos. Esto da seguridad. Una vez, volando a Frankfurt desde París, tuvieron que abanderar dos de los cuatro motores y ellos tan tranquilos. Nos habían fletados para que emigrantes españoles pudieran pasar la Navidad con los suyos en España. Felizmente no pasó nada”.
-Eso porque no viajabas en el Vikker Viscount, en aquel vuelo de Belfast a Edimburgo. Yo estaba a bordo. Nos metimos en una tormenta, las azafatas lloraban, los equipajes de mano rodaban por los pasillos. Parecía que las alas de la aeronave se iban a partir.
“Algunos del grupo Calínico iban en ese vuelo y ya sé que tú también. Me han dicho que fue aterrador. Menos mal que escapé”.
-Para ti fue un momento terrible la muerte de tu marido Fernando.
“Me rompió la vida y me dio dos hijos maravillosos. Fernando era una persona dotada de un gran sentido del humor que transpiraba optimismo. Tuvimos en casa un loro, al que él, que era canarión, enseñó a hablar. Nos lo regaló Inge, la directora comercial del Loro Parque. El loro le decía a todo el que entraba: “Pío, pío, Las Palmas campeón. Tenía 26 años y un día desapareció. Abrió la jaula y se fue”.
(Al final de esta entrevista publicaré el poema que Gloria le dedicó a su esposo, tras la muerte de este. Un poema lleno de ternura y de reconocimiento)
-Gloria, desde el Patronato se tomaron otras iniciativas, al margen de las promociones.
“Sí, como el Plan de Gastronomía de Tenerife, en el que participaron los periodistas Manolo Iglesias, José H. Chela y José Carlos Marrero. O el envío anual de 25.000 claveles de Tenerife al Baile del Emperador, cada 31 de diciembre, en Viena. Pilar Parejo dejó de autorizar ese envío, no sé por qué. Yo me ocupaba personalmente de ello, un año tras otro, durante 24 años seguidos”.
-¿La ferias son importantes?
“Muchísimo. Nuestra presencia en las grandes ferias de turismo ha sido y es fundamental. Yo asistí a muchas ITB (Berlín), WTM (Londres), BTF (Benelux) y Fitur. A Fitur la llamábamos “la feria de las vanidades”, porque antes de su celebración se me acercaban personas a las que no había visto en mi vida para que el Cabildo las acreditara y conseguir así ventajas en hoteles y vuelos y dejarse ver por allí”.
-¿Hay posibilidad de nuevos destinos si fallan los británicos?
“Claro que sí, en el este de Europa, en el norte de África, en Rusia. Hay todavía mucha Europa y otros mercados lejanos al continente que no están explorados y en los que viven gentes de alto poder adquisitivo. Nosotros fuimos la primera comunidad turística española en imprimir folletos en ruso. Conseguimos una imprenta en Madrid que manejaba caracteres cirílicos y también contratamos traductores competentes”.
-¿Con qué te quedas de tu actividad en el sector?
“Con el aprecio y el respeto de todos. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia mis jefes y hacia mis compañeros. Fue muy importante para mí trabajar con ellos y vivimos situaciones realmente inolvidables haciendo cosas por la Isla”.
(Cuando murió Fernando, su esposo, Gloria escribió: “Te digo adiós y acaso te quiero todavía/Este cariño ciego, apasionado y loco/Me lo sembré en el alma/ Para quererte a ti/No sé si te amé mucho/ No sé si te amé poco/Pero sí sé que nunca volveré a amar así/Me queda tu sonrisa/Prendida en mi recuerdo/Y el corazón me dice que no te olvidaré/Pero al quedarme sola/Sabiendo que te pierdo/Quizá empiezo a amarte/Como jamás te amé/Te digo adiós/Y en esta despedida/Mi más hermoso sueño/Muere dentro de mí/Pero te digo adiós para toda la vida/Aunque toda la vida/Siga pensando en ti”)
-No hacen falta más palabras.