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La gran arteria de El Toscal, de nombre florido: calle La Rosa

Conocida desde su origen como Nuestra Señora de la Rosa, desde 1898 pasaría a denominarse calle La Rosa. En 1932 pasó a llamarse Niceto Alcalá Zamora, en honor del primer presidente de la Segunda República, hasta que, el 5 de octubre de 1936, la Comisión Gestora Municipal le devolvió su nombre original, que pervive hasta la actualidad
La calle La Rosa es hoy en día una céntrica y transitada vía del centro de la capital. DA

La principal arteria del barrio de El Toscal, que hoy transcurre desde la plaza del Patriotismo hasta el Museo Militar de Almeyda, se conectaría con la calle del Norte –Valentín Sanz- el 13 de enero de 1897, cuando se abovedó el barranquillo de Guaite, desde la plaza del Patriotismo hacia Puerto Escondido.

Esta importante mejora facilitaría la unión del barrio de El Toscal con el centro de la población, a la vez que facilitaba su expansión y revalorización de su entorno; pues, según la prensa local, en 1903 los solares se vendían al exorbitante precio de 3,90 pesetas el metro cuadrado.

La mayoría de sus casas eran terreras hasta que, a finales del s.XIX y principios del s.XX, los arquitectos Federico Solé y Antonio Pintor comenzaron a construir varios inmuebles de dos plantas con sabor clasicista, acompañado de ciertos elementos ornamentales, lo que daría lugar a que hubiese que duplicar la anchura de la vía.

Al ser una de las calles más representativas de Santa Cruz, en ella se establecieron importantes comercios, colegios, farmacias, cines, etcétera.
En 1845, se le autorizó al comandante militar de Marina que en el nº 19 de esta calle estableciera un hospital de mareantes, con el fin de ahorrarse los 600 reales que el Hospital Civil de Nuestra Señora de los Desamparados le cobraba anualmente por la estancia de los marinos enfermos. Al año siguiente el citado Hospital sería trasladado a la calle San Carlos, en el barrio de El Cabo.

En octubre del año 1900 se inauguró el primer Centro Educativo de Santa Cruz, el Grupo Escolar del Norte -Colegio Onésimo Redondo-, situado entre las calles La Rosa y Santiago, un edificio que presenta una nobleza de formas y unos acabados únicos para la época, obra del arquitecto Antonio Pintor y Ocete.

Como al construir el Colegio y las viviendas para las Maestras y Maestros se formó la calle San Antonio, el arquitecto municipal proyectó prolongarla hasta la calle San Juan Bautista, y luego unirla a la calle La Marina por el callejón de las Bodegas. También planeó hacer una plaza frente al Grupo Escolar, del mismo ancho que el edificio, que llegaría hasta la calle San Juan Bautista.
En marzo de 1943, en el solar que iba a ocupar la citada plaza, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife inauguraría el Hogar-Escuela, un internado donde recibirían instrucción y educación 50 huérfanas de la isla, con preferencia las hijas de los combatientes del bando nacional.

Dos años más tarde, hubo que ampliar las dependencias porque el número de internas triplicaba al que se había establecido; pero, como los recursos de la Caja habían quedado mermados al levantar el primer edificio, hubo que solicitar ayuda al Mando Económico de Canarias, quien asumió la nueva obra en la figura de don Francisco García Escámez.

En 1907, en la vivienda que hace esquina con Santa Rosalía, se establecería la recién creada Junta de Obras del Puerto, pues desde su mirador, situado en la azotea, se divisaba toda la bahía.

De los cinco cines existentes en el barrio de El Toscal hasta los años 60 del pasado siglo, tres de ellos se encontraban en la calle La Rosa: Parque Recreativo, Toscal, y Royal Victoria.

El Parque Recreativo, inaugurado como cine al aire libre en 1906, en la actual plaza del Patriotismo, pasaría a ser cubierto en 1912. En él se celebraron los famosos y populares bailes de Carnaval hasta el año 1973, en que fue derribado.

El cine Toscal comenzó sus proyecciones al aire libre en 1928, pasando a ser cubierto dos años más tarde. El patio de butacas estaba dividido por un muro de un metro de alto, el cual separaba las localidades más caras, situadas en la parte delantera, de las “populares”, cuyos asientos eran bancos corridos.

Este cine pasaría a denominarse Real Cinema, cuando fue remodelado interiormente como sala de Arte y Ensayo. En 1991 pasaría a ser Sala X, la única que ha existido en nuestra Provincia para películas pornográficas.

El Royal Victoria, inaugurado en 1931, con capacidad para 740 personas, fue el primer edificio construido como cine. En él también se representaban obras de teatro, por lo que disponía de una suite para que se alojaran los actores famosos.

En 1939, en la azotea del edificio se llegaron a proyectar sesiones al aire libre, pero debido a las protestas vecinales hubo que suspenderlas. La cantina, ubicaba en el patio interior, era el lugar de reunión de los espectadores en el “descanso” de las proyecciones.

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