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Un programa pionero en Canarias rescata de la calle a 10 personas

El proyecto Hábitat se puso en marcha en 2017 en Arona y dio vivienda a una decena de hombres y mujeres que llevaban más de tres años durmiendo en playas, cuevas y plazas
José Julián Mena, alcalde de Arona, y Elena Cabello, concejala de Servicios Sociales. DA

La vida les ha cambiado como de la noche al día. Llevaban más de tres años en la calle, en la mayoría de casos durmiendo al raso en plazas, cuevas, playas y cajeros, sin apenas lazos sociales ni familiares, con problemas de adicciones e higiene y con nulas esperanzas de encontrar una oportunidad laboral. Hoy ya no son personas sin hogar, disponen de vivienda individual, han mejorado su calidad de vida y el acceso a sus derechos básicos, como la sanidad o el empadronamiento municipal, les abre las puertas a otros servicios. Han recuperado la esperanza.

Es la nueva vida de los beneficiarios de un programa pionero en Canarias, denominado Hábitat Housing First, que puso en marcha hace dos años el municipio de Arona, a través del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, en colaboración con la asociación Provivienda (especializada en atender las necesidades residenciales de las personas con mayores dificultades) y la Fundación Rais, después de conocerse los exitosos resultados de esta iniciativa en Madrid, Barcelona y Málaga.

La acción pretende combatir de manera individualizada el drama del sinhogarismo, ofreciendo un techo bajo el que dormir a personas mayores de edad que vivían en la calle desde hace al menos tres años y que sufrían algún tipo de adicción. A cambio, los usuarios se comprometen a abonar un 30% de sus ingresos, en caso de tenerlos, y a participar en intervenciones semanales con profesionales.

resultados positivos

Dos años después, el proyecto ofrece unos resultados más que alentadores en Arona. Las 10 personas acogidas al programa (ocho hombres y dos mujeres de cuatro nacionalidades y cuyas edades oscilan entre los 30 y 66 años), han logrado mantener su vivienda al cumplir con las obligaciones que contrajeron para su mantenimiento, condición que se evalúa para seguir viviendo en ella.

A lo largo de este tiempo se han apreciado mejoras notables en el descanso, la higiene y en la calidad de vida de los usuarios, además de detectarse avances para rescatar los lazos personales perdidos. En cambio, la inserción laboral, factor clave que permite recuperar la autonomía personal, sigue siendo la principal asignatura pendiente para la mayoría de usuarios. El Ayuntamiento de Arona subvenciona el proyecto, se encarga de proveer personal profesional, de la búsqueda de viviendas en alquiler, del contacto con los propietarios y de la gestión de incentivos y garantías.

El director territorial de Provivienda en Canarias, Fernando Rodríguez, manifestó a este periódico que el programa que han puesto en marcha Arona y Santa Cruz (únicos municipios canarios hasta la fecha) suponen “un cambio de paradigma total a la hora de atender a las personas sin hogar, ya que se centra en las necesidades de las personas”, y destacó “el 100% de retención de la vivienda” en el municipio sureño. “Aquí nadie quiere volver a la calle”, indicó.

Rodríguez subrayó algunos casos concretos que revelan la importancia de contar con una vivienda para la reinserción social, como una mujer que abandonó su adicción al alcohol sin necesidad de tratamiento y un hombre al que le daba vergüenza recibir en una cueva a su nieta y ahora se queda en su casa con la niña los fines de semana.

Mena: “El problema no puede limitarse a recursos de emergencia”

La experiencia adquirida por Housing First en Arona y en otros 16 municipios de España, con un total de 300 personas acogidas al programa, revela que el 82% son hombres con una media de edad de 48 años que llevan casi un decenio en la calle y que presentan problemas de adicción o alguna enfermedad mental.

El alcalde de Arona, José Julián Mena, explicó que con este tipo de iniciativas “buscamos ocuparnos de las personas, de sus problemas y de su integración, especialmente cuando se trata de derechos fundamentales”. Además, subrayó que el trabajo de personas sin hogar “no puede limitarse a recursos puntuales o de emergencia, se trata de un problema serio que afecta a la dignidad y los derechos de las personas”. Por su parte, la concejala de Servicios Sociales, Elena Cabello, destacó la importancia de abordar el sinhogarismo desde la raíz, “interviniendo en los factores que llevan a estas situaciones o las empeoran”.

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