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Una intensa calima agrava la incidencia de la gripe en las Islas

Los ciudadanos hicieron ayer acopio de colirios, pañuelos, agua y medicamentos como herramientas fundamentales en su lucha contra las partículas de polvo en suspensión, que para suerte de quienes sufren patologías respiratorias, remitirá a partir de esta tarde en Tenerife
Las personas con patologías respiratorias y alergias en la piel y los ojos son quienes más sufren la calima. Foto: Sergio Méndez
Las personas con patologías respiratorias y alergias en la piel y los ojos son quienes más sufren la calima. Foto: Sergio Méndez
Las personas con patologías respiratorias y alergias en la piel y los ojos son quienes más sufren la calima. Foto: Sergio Méndez

Pañuelos en las manos, colirios para evitar la sequedad en los ojos y poca actividad física para aquellos que sufren alergias o enfermedades respiratorias en estos días de calima. Por suerte para estos, las partículas de polvo en suspensión comenzarán a remitir en Tenerife durante la segunda mitad de este jueves, según predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Eran pocos los que ayer se atrevían a hacer deporte por la Avenida Anaga. En la nueva zona de ocio de Santa Cruz, bajo la Plaza de España y junto al parque de calistenia, se encontraba Marcelo Astrada, que padece bronquitis: “aunque con el tiempo te acostumbras a estos fenómenos temporales, es cierto que es un problema a la hora de estar al aire libre”, contó.

Magdalena Castilla, una pensionista tinerfeña con una lesión en la retina de su ojo derecho, asegura que estos días siempre acaba visitando al médico y que la sequedad en sus ojos le obliga a recurrir al uso de colirios. “Además, la sensación de picor en la garganta y la piel es bastante desagradable”, lamenta.

Kostian Jacob Kegel, un holandés de 75 años que lleva un marcapasos, relató que la calima le hace sufrir “graves problemas de asfixia”, lo que le obliga a acudir a su médico. “Incluso la actividad diaria, como caminar al aire libre, me resulta difícil”, aseveró.

Jóvenes como Alejandro Hernández y Paolo Martín no son partidarios de hacer deporte estos días. “Es bastante molesto tratar de jugar un partido y ver cómo la visibilidad es nula. A esto se suma el picor en los ojos y en la garganta”, relata Paolo. Alejandro, por su parte, apunta que evita salir a correr, aunque esto forme parte de su rutina.

En la calle Castillo muchos aprovecharon ayer para realizar sus compras estos días de rebajas. Entre ellos, José Antonio Llarena y Magdalena Castillo, que aseguraron que la calima, al no padecer enfermedades respiratorias, les afecta poco. “A mi edad, y ya tengo 86 años, puedo presumir que no padezco ni alergias, ni enfermedades, ni nada que pueda verse agravado con este tiempo”, celebró José Antonio.

A Dally Cano, una colombiana que aterrizó ayer en Tenerife para visitar a su hermana, la calima le pilló por sorpresa: “¿Es tierra lo que hay en el aire? Pensé que era contaminación”, afirmó. La recién llegada aseguró que la capa marrón que cubría el paisaje se asemejaba al que había encontrado en ciudades como Madrid o Barcelona, donde la polución es visible. Una vez que su hermana, que lleva más de 10 años en Canarias, le contó de qué se trataba, Dally valoró con optimismo la situación: “al menos es algo temporal, en lo que sí debemos centrarnos es en reducir las emisiones de CO2”.

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