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El exmilitar tinerfeño Agustín Fariña inicia una huelga indefinida frente al Congreso

Pide que se reconozca su discapacidad, ya que fue expulsado del Ejército con el 25% tras perder sus aptitudes, mientras que en Servicios Sociales le reconocen el 53%, así como la reapertura de los juicios contra sus presuntos maltratadores
El exmilitar tinerfeño Agustín Fariña iniciará una huelga frente al Congreso el próximo 3 de febrero. DA

El próximo 3 de febrero, el exmilitar tinerfeño Agustín Fariña iniciará una acampada y huelga indefinida (por prescripción médica no puede ser de hambre) frente al Congreso de los Diputados para reclamar un aumento en el porcentaje de discapacidad que le concedieron y que el Ministerio de Defensa no quiere reconocerle, así como la reapertura de las denuncias que interpuso a sus supuestos “maltratadores” en su etapa como militar.

Fariña, que lleva dos años residiendo en Barcelona, donde trata de recuperarse de las secuelas psicológicas que arrastra y que le han llevado a intentar suicidarse en seis ocasiones, recibirá en Madrid el apoyo de los grupos Cuestión de Justicia y Honor, 45 Sin Despidos y Justicia Salarial Policial (Jusapol). Vestido de militar, y con varias pancartas reivindicativas, dormirá al raso o en un saco hasta que sean atendidas sus peticiones, según anunció ayer a DIARIO DE AVISOS.

Agustín entró como soldado profesional en el año 2000, pero en noviembre de 2014 sufrió un accidente en las pruebas físicas obligatorias y se lesionó la rodilla, recibiendo la baja médica. Sin embargo, dos semanas más tarde solicitó al médico de la base de Hoya Fría reincorporarse al servicio con las muletas, concediéndole su petición, pero rebajado de ejercicio físico, maniobras o guardias. Sin embargo, esta decisión no fue bien acogida por varios de sus superiores.

“Ahí comenzó una persecución hacia mi persona. Se me acusó injustamente de cometer cuatro robos en la unidad y de consumir cocaína”, declaró a este periódico. Ante la situación de “acoso, presión y denuncias falsas” que asegura haber vivido entonces, el soldado Fariña presentó las primeras denuncias en mayo de 2015 por “persecución, abuso de poder, daños psicológicos” contra cinco mandos y un compañero (un coronel, un teniente coronel, dos brigadas, un cabo primero y un soldado). “Aporté varias grabaciones de lo que estaba padeciendo”, señaló. Pese a estas pruebas “y la declaración de un comandante a mi favor, al que estoy muy agradecido porque corroboró lo que me estaba sucediendo, todas fueron archivadas, al igual que la denuncia a un mando por vulnerar la ley de protección de datos al enviar un informe al juzgado militar, en el cual hablaba de mi vida personal y revelaba datos íntimos”. No obstante, las dos denuncias presentadas por la jurisdicción militar hacia su persona siguieron su curso y le pedían una pena de tres años en la prisión militar de Alcalá Meco, “que no llegaron a nada ya que fui absuelto”.

Sin embargo, “el calvario que he pasado injustamente me pasó factura, por lo que ahora pediré daños y perjuicios. Perdí la autoestima y entré en depresión, con fobias, estrés postraumático y pensamientos suicidas. No hay derecho a que te hagan pasar por ese dolor”, afirmó. Los informes psiquiátricos recomendaban su invalidez, la causa por la que finalmente fue apartado del Ejército en septiembre de 2019 tras perder sus aptitudes.

Reivindicaciones

“El tribunal médico me da un mísero 25% de discapacidad y sin derecho a nada. Me tiraron a la calle; sin embargo, los Servicios Sociales de la Generalitat de Cataluña me otorgaron el 53% de discapacidad”, señaló. Ese es uno de los motivos por los que inicia esta huelga frente al Congreso. “Solicito una nueva valoración médica, en el hospital militar Gómez Ulla, para que me den el grado de discapacidad que me corresponde y con ello la pensión de clases pasivas”. Este caso es idéntico al de cientos de militares que deben reclamar ante los grados de discapacidad otorgados por el Ejército, incluso con severas lesiones invalidantes, según indicó.

Agustín Fariña también reclamará que se reabran “todas las denuncias que interpuse a mis maltratadores y que fueron archivadas” y, además, pedirá “la dimisión de la diputada del PSOE Zaida Cantera”. “Ella sufrió acoso y tocamientos sexuales como militar, un caso mediático que se saldó con su salida del Ejército con la máxima pensión y la llevó a sacar un sillón en el Congreso. Se ha reunido conmigo y otros compañeros, pero al final pasó de nosotros y se olvidó de todo lo que prometió”, lamentó el exmilitar tinerfeño.

En paro y con escasas salidas laborales, comió de la basura

Con 45 años, Agustín Fariña se encuentra en el paro y llegó a comer en Barcelona de la basura. “En breve perderé el paro y no encuentro trabajo. Todos los cursos que realizamos en el Ejército no nos valen fuera”. Más de 1.500 soldados han sido dados de baja del Ejército tras cumplir los 45 años y reclaman continuar trabajando.

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